ALICANTE. La idea surgió durante la pasada legislatura, todavía bajo el mandato del Consell del Botànic (PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem EU). No obstante, su desarrollo comienza a cobrar impulso ahora en una actuación coordinada con la intervención de tres actores principales: la Conselleria de Innovación, como órgano promotor, la Autoridad Portuaria como sede, y el Ayuntamiento de Alicante, como administración anfitriona que quiere participar en su definición. Se trata de la implantación de un hub enfocado en la innovación y en la digitalización que proporcione formación, fomente la divulgación y acoja la instalación de startups en el sector de Poniente del Puerto de Alicante.
El departamento autonómico que ahora coordina Marián Cano comienza a sentar las bases del proyecto después de haber secuenciado su ejecución en dos fases distintas. La primera se situará sobre las naves de la antigua empresa conservera Amaro, cedidas por la Autoridad Portuaria por un plazo de 30 años prorrogables. Innovación ya presupuestó una primera partida de 193.000 euros para financiar la redacción del proyecto de remodelación de ese conjunto de edificios en los presupuestos de 2024 a la que no se habría dado uso y que se pretende reproducir en las cuentas de 2025, ahora en fase de reformulación para incorporar mecanismos por la reconstrucción de los municipios de la provincia de Valencia asolados por la Dana del pasado 29 de octubre.
Ese conjunto de espacios suman una superficie de más de 5.000 metros cuadrados que están oficialmente en manos de la conselleria desde esta semana, cuando la Autoridad Portuaria consumó la entrega de llaves del complejo. De hecho, ya se habría producido una primera visita de los arquitectos de la conselleria para tener una toma de contacto in situ que permita perfilar objetivos de la próxima remodelación y convocar el concurso sobre la redacción de su proyecto, previsiblemente, en la primera mitad de 2025. A partir de ahí, le seguiría la licitación posterior de la ejecución de las obras, para lo que -eso sí- todavía no se ha fijado plazos ni financiación concreta. Como anticipo, bajo el mandato del Consell del Botànic se llegó estimar que esa remodelación requeriría de un desembolso de 4,8 millones.
La segunda fase, a ejecutar en un plazo posterior, se extenderá sobre el área de las viviendas del antiguo barrio de Heliodoro Madrona, en el borde con la avenida de Loring: un espacio de máxima interacción con la ciudad que queda condicionado por la obligación de conservar al menos parte de sus edificaciones, incluidas en el catálogo municipal de protecciones. De ahí que el Ayuntamiento de Alicante trate de participar tanto en la ordenación urbanística de ese entorno, como en la formación que acabe impartiéndose en las futuras instalaciones.