ALICANTE. "El éxito es ser feliz". Así de contundente agarraba el micro Iván Sempere, parafraseando las palabras de su padre en la celebración del 25 aniversario de Padima, la firma alicantina de marcas. Un evento en el que compartía escenario con su socia y mujer, Eva Toledo, bajo la mirada y aplausos de las 250 personas congregadas en la zona exterior de Puntapiedra para celebrar las bodas de plata de la mercantil alicantina.
Sempere ponía dos cláusulas a esa felicidad: en primer lugar, ser agradecido y, en segundo puesto, rodearse de gente mejor que tú y que, además, sean buenas personas. Un inicio de discurso que ya empleó en el 10º aniversario de la firma y que quiso volver a sacar a relucir en este cuarto de siglo, porque "esas pautas han formado parte del ADN de Padima", aseguraba.
Agradecidos se mostraban ambos con los asistentes, así como con toda aquella persona que ha formado parte de la firma internacional estos 25 años de trayectoria. En esta línea, Sempere y Toledo quisieron volver físico ese agradecimiento entregando nueve ramos de flores a "personas que han sido o son una inspiración o han significado algo que nos ha hecho seguir adelante".
Así, fueron receptoras del ramo Emilia Lozano, de Gent Nova, la primera clienta de Padima; Vicente Aznar, presidente de Ateval, recogiendo la selección floral su hijo Eduardo; Luis Enriquez, Juan Vanrell y Saúl Santoyo, "corresponsales" de Padima en el extranjero; Esther Algarra, secretaria general de la Universidad de Alicante (UA), y Juan José Ruiz, rector de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH); Isabel Ibarra, como representante del equipo de Padima, y Luis Barcala, alcalde de Alicante, en representación de la tierra en la que hace 25 años, Toledo y Sempere decidieron emprender.
Tampoco quisieron dejar pasar la ocasión de agradecer a la familia y amigos por "el apoyo, la paciencia y la inspiración", haciendo mención especial a sus hijos. Y era Toledo quien lanzaba un deseo a las personas allí invitadas: "Queremos seguir siendo capaces de disfrutar de quienes nos acompañan y todo lo que nos llevamos. No es tan importante dónde llegamos", declaraba, en contraposición al camino que se recorre y se disfruta.
La cita en Puntapiedra comenzaba a las 20:00 horas para los puntuales, aunque abría minutos antes para las personas más adelantadas, con un photocall y unas copas de vino o botellines de espumeante como bienvenida. Entre quesos, embutidos, salmorejos, croquetas de jamón, y otras delicias preparadas por el chef Pablo Montoro y su equipo, se paseaban dos mujeres-pájaro con plumaje blanco y dorado, acompasándose con la música que hacía sonar el DJ.
Después se daba paso a los postres y a un espectáculo de fuego que ponía punto final a una serie de celebraciones dentro de 25º aniversario de Padima, que también ha organizado a lo largo del año un acto sobre la protección de las tradiciones, la jornada 'Talento alicantino mejorando el mundo', el evento 'Tecnología y humanismo, el binomio indisoluble', para cerrar con esta fiesta en Puntapiedra.