ELCHE. El tercer bloque del barrio de San Antón ya está finalizado salvo cuestiones menores que se están ajustando. De hecho, en abril se publicará el pliego para la comercialización de sus 90 viviendas, más las pendientes por adjudicar del segundo inmueble de 120 pisos. Con esto, Pimesa, promotor de la obra, liquidará a final de año el convenio con el Ministerio de Fomento —que tiene las competencias de Vivienda— a final de año. Paralelamente, para la siguiente fase, la segunda, presentará una propuesta a dicho ministerio para financiarla con los fondos de reconstrucción europeos, los Next Generation EU.
En este sentido, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), ha abierto una convocatoria de manifestaciones de interés que finaliza el 9 de abril respectiva a la rehabilitación de barrios y a la que el Ejecutivo local se va a presentar. Con su propuesta pretenden financiar los siguientes cuatro bloques del barrio y zonas verdes, que corresponderían a la segunda fase del Plan de Reforma Interior Modificativo (Prim) de San Antón, y que se levantarían sobre los solares de los cuatro primeros edificios antiguos en los que se están sorteando el orden para elegir piso para los nuevos inmuebles.
Eso sí, como todas las convocatorias para los fondos europeos de reconstrucción, la manifestación de interés no es vinculante, es una primera fase en la que los distintos ministerios sondean en qué se puede invertir el dinero público que llegará desde Europa y dónde está la demanda. Desde el equipo de gobierno no se quieren cerrar a ningún tipo de convocatoria de este tipo para obtener financiación externa, pero sí están ultimando la propuesta de actuación para el Mitma. De hecho, ya en su momento el conseller de Vivienda Rubén Martínez Dalmau abrió la puerta a intentar trabajar en otras vías de financiación con respecto a la siguiente fase de renovación del barrio. Eso sí, de obtenerse la financiación, esta actuación debe ejecutarse en seis años, lo que supondría una mayor velocidad que la del actual programa de Área de Regeneración y Renovación Urbana (Arru).
Ahora que acaba la obra del tercer bloque, Pimesa liquidará el convenio con la administración autonómica y nacional para darlo por concluido. El cuarto edificio, aunque se contempla dentro de la primera fase contemplada, está financiado con otro programa, aunque con el mismo funcionamiento: la Actuación de Regeneración y Renovación Urbana y Rural (Arrur). Mientras que con los Arru los consistorios se presentan por concurrencia, la Generalitat en cierta forma 'reservó' algunas de estas actuaciones para los Arru ya en marcha, como era el caso del barrio ilicitano, por eso era un solo edificio. La única salvedad en la financiación es que se adelantó por parte autonómica una pequeña parte de la misma; en general, estas actuaciones las sufraga la empresa municipal y después se le reintegra el montante por parte de las administraciones convenidas.
Sobre este cuarto edificio, cuando se elaboró el primer Prim se generaron más solares que las viviendas que hacían falta, por lo que sobraban varios solares. En uno de ellos es donde se levantará este cuarto inmueble de 55 viviendas, que supondrá peatonalizar algunas vías del entorno, y se va a habilitar una zona verde en el lugar en el que se encontraba el pino que se derribó y por el que hubo quejas vecinales. Queda otro solar edificable en el que está por ver qué actuación se realiza.
Así, en el caso de que se aprobaran estos fondos con la segunda fase para reubicar a los vecinos de otros bloques, después habría que contemplar en siguientes pasos si tan solo hace falta una tercera fase o también una cuarta. Por el momento, desde Pimesa siguen trabajando con soluciones para parte de los vecinos de los viejos inmuebles que no pueden permitirse costear la nueva vivienda aún entregando la antigua como parte del pago. Para estos casos la empresa municipal tiene que buscar alternativas habitacionales como alquileres sociales, escriturar herencias o buscar avales. En el caso de que cuando se lleguen a los instantes finales, si hay vecinos que no quieren dejar su piso, se recurrirá al desalojo. Como contó este medio, en algunos casos, particulares se han comprado pisos antiguos para obtener el derecho a la adquisición de la nueva. En ese caso, quedan al final de la cola de los residentes.
Por último, como adelantó este medio, se van a comercializar los bajos de los tres bloques ya construidos. Hace unos meses, Pimesa y el Ayuntamiento permutaron varias propiedades para que la empresa municipal obtuviera estos bajos de los edificios para sacarlos a concurrencia. Algo que llegará a corto plazo a priori porque se han aprobado los pliegos para comercializar dichos locales.