El portavoz de Cs en uno de los últimos plenos / PEPE OLIVARESELCHE. Otra bomba en la línea de flotación en Ciudadanos Elche. Al menos en lo referente al portavoz municipal, Eduardo García-Ontiveros. El jueves al mediodía se daba a conocer que las alegaciones presentadas por segunda vez por el cabeza de lista de la formación naranja ante la propuesta de suspensión cautelar de militancia no se aceptaban. Una decisión a cuenta de la Comisión de Garantías que deja al aún portavoz en una situación delicada. De hecho, desde fuentes consultadas por este medio se entiende que este rechazo a sus quejas supondrá la expulsión del partido, aunque advierten que no entregará su acta de concejal.
En el pasado mes de septiembre la cúpula del partido filtró a la prensa su suspensión de militancia, y así fue como se enteró García-Ontiveros. Las costuras ya estaban abiertas desde la marcha de David Caballero y sus afines, y se ensanchó con la designación por parte del cabeza de lista —elegido desde Madrid para buscar alguien ajeno a los escándalos internos— de Irene Ripoll, número tres de la lista y actual funcionaria de empleo. Tomó la decisión en la segunda semana de agosto, a pesar de que ya la tenía tomada desde mucho antes. Precisamente tardó en aplicarla porque él y su entorno sabían, o al menos intuían, que de decidirse por Ripoll y no por Mari Paz Gallud, la preferida por los Crisol y Emilio Argüeso, muy probablemente habría consecuencias. Como se suele decir, la venganza se sirve en plato frío. Así que tras aguantar presiones para que nombrara a Gallud, decidió apostar por Ripoll y formar un grupo de trabajo municipal con gente de su confianza para trabajar a largo plazo. Todo con una aparente normalidad, incluso con la protocolaria rueda de prensa de inicio de curso.
Hasta que las costuras se volvieron a romper. En octubre Ciudadanos no admitió las alegaciones del portavoz y durante el mediodía de este jueves se dio a conocer que tampoco se habían aceptado las segundas alegaciones, lo que deja al edil naranja a las puertas de la expulsión, aunque tampoco está claro entre la misma estructura interna del partido cuál es el siguiente paso. Al igual que los partidarios de García-Ontiveros defendieron en su momento que la propuesta de Acción Institucional de designar a Gallud como funcionaria de empleo era una recomendación y no una directriz vinculante, los detractores del portavoz opinaban que se tenía que haber ceñido a la teórica directriz. En este limbo estatutario, reflejo de la situación del partido desde hace tiempo y más tras las elecciones de noviembre, este rechazo aboca al portavoz de Cs a quedar fuera del partido. Eso sí, fuentes cercanas aseveran que no dejará el acta, por lo que quedaría como concejal independiente. Lo paradójico de todo es que quien entraría como edil siguiendo la lista sería Ripoll, número 3 y motivo de la discordia que ha acabado acarreando esta tesitura.
