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Si opta por el hotel, tendrá que escoger hasta dónde y cómo actuar

El hotel de Las Clarisas en Elche, sobre el tejado del Ayuntamiento, aunque Conselleria tendrá que informar

15/12/2021 - 

ELCHE. Este lunes los tres promotores de la idea de convertir el Convento de la Merced, Las Clarisas, en un hotel de cuatro estrellas superior con una caracterización cultural, asociados en la compañía Wel Hoteles, presentaban el estudio de viabilidad entregado al Ayuntamiento (cuyas líneas maestras dio a conocer este medio). Será la administración local la que tenga que decidir qué hacer con el convento, una de las principales joyas patrimoniales de la ciudad y el inmueble más antiguo que queda en pie del casco histórico. Si opta por apostar a la iniciativa privada y publicar un concurso público que entregue el inmueble en una concesión durante varias décadas o no. En el caso de que apruebe el uso hotelero, tendrá que decidir hasta dónde se puede intervenir, y en última instancia, también ha de informar sobre ello la conselleria de Cultura.

A este respecto, el inmueble es Bien de Relevancia Local (BRL) —con elementos principales todo el conjunto del convento, claustro, jardín, iglesia, Baños Árabes, escalera y demás dependencias—, por lo que según indican los promotores del proyecto, la competencia para delimitar la protección y permitir intervenciones es del Consistorio. La única parte que es Bien de Interés Cultural (BIC) y por la que tendría que dar las orientaciones la Conselleria de Cultura es la torre vigía, que no se tocaría. Tampoco los Baños Árabes. Eso sí, el inmueble se encuentra dentro del Conjunto Histórico-Artístico, que también está catalogado como BIC, aunque la decisión última será del Ayuntamiento. Eso no obsta para que la conselleria de Cultura tenga que informar. De hecho, los promotores señalan que la misma tendrá que pronunciarse sobre el hipotético proyecto, emitiendo un informe favorable o desfavorable. 

En cualquier caso, el arquitecto Antonio Macià asevera que desde la Generalitat han planteado la cuestión un par de veces y se les ha dicho explícitamente que "excepto la torre, el resto del edificio tenía que estar asociado a lo que dijera el Ayuntamiento", en palabras del arquitecto. Lo que deja en primera instancia en el tejado de la administración local la decisión sobre si autorizar o no la obra. Una cuestión muy sensible por el valor patrimonial del inmueble, al que no se le ha sacado lustre desde su propiedad municipal en 2007, y que llega precisamente en pleno trámite del nuevo Plan del BIC del Conjunto Histórico Artístico. Ahora en exposición pública, y para el que plantea dos alternativas, dejar el inmueble dentro o fuera del área del BIC, como pasa con la casa Palacio de Jorge Juan, aplazando un plan específico de protección para sendos edificios.

Una obra que ya se estimaba en 7,2 millones antes de la pandemia: ahora serían más

Por parte de la iniciativa privada, han puesto de relieve que la concesión que han planteado es de 50 años, con lo que calculan poder recuperar la inversión en 20 años. Eso sí, los costes de 7,2 millones para la puesta en marcha del hotel (6,4 de la restauración), con 27 contrataciones, era el precio antes de la pandemia. Ahora, con la inflación y el coste de las materias primas cabe esperar que el precio fuera mayor. Estiman que el coste de la noche sería de 165 euros, al ser un hotel de 4 estrellas superior, estipulando que tendría una media de ocupación del 65%, salvo momentos coyunturales que rozarían la plena ocupación. Una vez pasadas esas dos décadas, creen que se podría alcanzar una rentabilidad del 5,9%. 

En el caso de que se decidiera dar luz verde a la idea del hotel, tendrían un plazo de 3 años para ejecutar las obras una vez conseguida la licencia, aunque creen que en año y medio sería suficiente para finalizarlas. Asimismo, se puede dar el caso de que en el caso de que el equipo de gobierno apruebe la iniciativa, no sean Wel Hoteles quienes exploten el inmueble, ya que sería un concurso abierto. O que el Consistorio modifique la propuesta. Eso sí, la ley les otorga una pequeña ventaja de puntuación (un 5%) por haber planteado el estudio de viabilidad. Así, también está por ver cómo reaccionan ambos socios de gobierno a la idea, al tratarse de la privatización de un inmueble de gran relevancia, y del que los promotores defienden que es una buena alternativa para restaurar y mantener el edificio compatible con algunos usos públicos, así como para darle un empujón al casco histórico. 

La disyuntiva municipal

En el PP prefieren optar por un centro cultural y han presentado enmiendas al respecto en las cuentas de 2022. Una cuestión que dará mucho que hablar en los próximos tiempos, como lo ha hecho en redes sociales estos días al conocerse la noticia, incluso empezando a recoger firmas por internet por la rehabilitación para uso público. No obstante, en los contactos de los promotores con grupos de la oposición indicaron que su intención tampoco es crispar ni que se genere una polémica como la del Mercado Central.

Se utilizara de forma o no estricta toda la idea que han puesto encima de la mesa, con la presentación se han podido ver imágenes inéditas de la bóveda gótica y policromada apenas vista. Estaría dividida en dos zonas, una sala multiusos para exposiciones, conferencias, etc, y la otra sería el restaurante. Aunque apuntan que la división entre ambas no es fija y en ciertos casos se podría utilizar toda la Iglesia para cualquier evento, con la visión de la totalidad del techo. La idea, según el arquitecto, es "recuperar la espacialidad que el edificio ha tenido históricamente a finales del siglo XVI, dejándolo todo como un único espacio". Para las bóvedas desaparecidas se podría, según el arquitecto, recuperar de manera ligera con intervenciones "ligeras y poco agresivas" como en el antiguo convento de los Dominicos de Villaescusa de Haro (Cuenca). 

Serían, en definitiva, partes abiertas al público, "visitables", como los jardines o las dos terrazas, que se podrían vincular al servicio de cafetería o a actividades de ocio o deporte. Junto a una de las terrazas hay una medianera a la que se podría generar un jardín vertical para aminorar el impacto, y fuera del inmueble se contemplaría el acceso desde otras calles, ahora tapiados. La pelota, en el tejado del Ayuntamiento: permitir una restauración y uso pero cediendo patrimonio a la iniciativa privada —se desconoce el canon que podría ser— la mayoría del inmueble o descartar y buscar (o no) otras alternativas.

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