ALICANTE. El Hércules reconoce que puede costar más de lo esperado, pero que "el compromiso de volver a hacer uso del campo de Fontcalent es firme" y que "el equipo entrenará en él".
Desde el club han visitado la instalación en los últimos días y hacen cálculos respecto al coste y los plazos necesarios para que vuelva a estar operativa. La voluntad declarada es que la pretemporada (cuyas fechas, como las de la Liga, son una incógnita) se pueda realizar en Fontcalent, pero puntualizan que "se está trabajando ya con el césped del José Rico Pérez y el del estadio de Atletismo por si fuera necesario hacer uso de ellos como alternativa para las primeras semanas de entrenamientos". Eso sí, también apuntan a que "el dinero no será un problema" para volver a poner en marcha una instalación que precisamente se dejó de usar por el coste que representaba su mantenimiento.
Hace dos años, cuando el Intercity Sant Joan valoró hacer uso del campo de Fontcalent para entrenar, rondaba los 60.000 euros el desembolso a realizar para reacondicionarlo. Obviamente, su estado no solo no ha mejorado en este tiempo, es que es posible que ahora se requiera una inversión mayor si hay que trabajar con el sustrato y, especialmente, el sistema de riego que sin duda tiene que haberse visto afectado por las matas de metro y medio que no solo dominan el espacio que antaño se correspondía con el terreno de juego, también las zonas anejas al mismo (el camino de acceso, la zona de vestuarios y la de prensa han sido invadidas por las malas hierbas) haciendo que el lugar se asemeje a una zona selvática.
Primera piedra en 2006, reforma en 2010 y en desuso desde 2017
A comienzos de 2006 se ponía la primera piedra de una instalación ubicada en la parcela 122 del polígono 20 de la partida de Fontcalent y que cuenta con una superficie ligeramente superior al medio millón de metros cuadrados.
Después de unos trabajos que se extendieron por espacio de diez meses tras ser paralizados por el Ayuntamiento de Alicante al carecer de licencia (e incluso fueron objeto de una investigación penal por la presunta comisión de un delito ecológico, actuaciones que finalmente fueron archivadas), el Hércules empezó a entrenar en este campo cuya titularidad corresponde a la sociedad Camservi Obras y Servicios, perteneciente al Grupo Cívica. Lo hizo previa cesión verbal, en régimen de precario y por tiempo indefinido: el club asumía el mantenimiento (y su coste).
A finales de 2010, con el equipo militando en Primera División, la instalación sufrió una profunda remodelación para que, por ejemplo, los jugadores no tuvieran que ducharse con agua fría si se agotaba el gas del depósito, algo que había llevado semanas antes (en vísperas de recibir al Real Madrid) a una plantilla de la que formaban parte futbolistas como David Trezeguet, Nelson Valdez o Royston Drenthe a protagonizar un plante (no mucho después, lo último que empezaría a preocuparle a los jugadores en su relación con la entidad sería el tema del agua caliente).
Con la puesta en marcha del campo de Fontcalent se puso fin a un mal endémico del Hércules como era la falta de un campo de entrenamiento 'propio'. El problema es que tras el descenso a Segunda B de 2014 los ingresos cayeron de tal forma que los 50.000 euros anuales que costaba el mantenimiento de la instalación se convirtieron en inasumibles, por lo que en la segunda mitad del curso liguero 2016/17 el club se vio obligado a abandonar Fontcalent y a suscribir un convenio con el consistorio de Alicante para ejercitarse en el estadio Joaquín Villar: desde entonces, el equipo disfruta en exclusividad por unas horas cada día del césped de esa instalación municipal a cambio de encargarse del mantenimiento. La misma ha sido escenario, sin ir más lejos, de las últimas pretemporadas (en la del verano de 2019 el pésimo estado del césped fue causa de no pocas lesiones musculares).
Sin ciudad deportiva ni estadio
Entre 2006 y principios de 2017, entre la construcción, mejoras y mantenimiento, el Hércules invirtió en Fontcalent casi un millón y medio de euros. Ahora se volverá a entrenar en él pero nadie duda de que se seguirá agitando desde Foguerer Romeu Zarandieta la necesidad de contar con una ciudad deportiva, algo que se acostumbra a hacer periódicamente (en los últimos dos años, al calor de 'las presidencias' de Quique Hernández).
"En nuestra hoja de ruta es tan importante ascender como llegar a un acuerdo con Hacienda; luego vendrá el recuperar el Rico Pérez y construir una ciudad deportiva", decía Enrique Ortiz hace tres semanas en una entrevista a Alicante Plaza.
Un Pinatar Arena en Alicante, ese es el proyecto que tiene en mente desde hace años Ortiz, pero el naufragio del Plan Rabasa primero y de la ATE de Ikea después le han impedido sacarlo adelante. El destino del vetusto estadio José Rico Pérez, hoy titularidad del Instituto Valenciano de Finanzas, también ha estado ligado a ambas actuaciones y por extensión a la construcción de esa ciudad deportiva. Algún día, quién sabe; lo de los plazos es lo de menos en Alicante, la undécima ciudad de España pero que cuenta, por ejemplo, con una estación de autobuses y una de trenes 'provisionales hasta la próxima mitad del siglo'.