ALICANTE. No participaron el miércoles en el amistoso de Torrellano y este jueves se ejercitaban al margen del grupo.
Jesús Alfaro y Benja Martínez son las dos primeras bajas por lesión de la pretemporada 2019/20 del Hércules. Que no cunda el pánico porque ahora mismo la cosa no pasa de unas molestias musculares, pero la realidad es que tanto el extremo como el delantero centro se quedaron si jugar en el Isabel Fernández por precaución y este jueves, en el que el equipo se ejercitó en sesión de mañana y tarde, no sudaron junto al resto de sus compañeros, trabajando con el readaptador Carlos de las Cuevas.
El equipo de Lluís Planagumà viene entrenándose desde el 22 de julio en el estadio Joaquín Villar, una instalación municipal cuyo terreno de juego no está en las mejores condiciones, si bien es cierto que su estado es mucho mejor que el césped del José Rico Pérez donde, si bien el verde vuelve a mandar en la mayoría de las zonas, al proceso de renovación natural (su resiembra no se producirá hasta noviembre, pensando en los meses de frío) que sigue su terreno de juego coincidiendo con esta época del año, marcada por el calor, todavía le restan etapas.
El Rico Pérez no es todavía una alternativa
La dureza del césped del Joaquín Villar preocupa al club pero el Rico Pérez todavía no es una alternativa para entrenar. El partido ante el UCAM, fijado para el sábado 17 de agosto y correspondiente al Trofeo Ciudad de Alicante, será el primero que se dispute en el mismo. Restan algo más de dos semanas para su celebración y se espera que en los días previos el equipo ya pueda ejercitarse en el Rico Pérez.
Este viernes el equipo seguirá trabajando en el Joaquín Villar, lo hará en una única sesión; el sábado los blanquiazules se desplazarán al Pinatar Arena para medirse al equipo de la Asociación de Futbolistas Españoles en el que será el segundo amistoso de una pretemporada que tendrá el domingo su segundo día de descanso.
Fontcalent y el Intercity
Mientras el Hércules continúa haciendo uso del estadio Joaquín Villar, merced a un convenio de uso suscrito en 2017 que se ha ido renovando anualmente y que le ha obligado a acometer diferentes mejoras en la instalación, además de a encargarse del mantenimiento del terreno de juego, del germen de lo que iba a ser la ciudad deportiva blanquiazul, el campo de entrenamiento de Fontcalent, solo quedan un conjunto de barracones herrumbrosos como recuerdo.
El césped hace años que pasó a mejor vida y las matas han crecido tanto que de no ser por las redes que rodean lo que en su día fue el terreno de juego, costaría a día de hoy imaginarse que en ese espacio entrenó entre 2006 y 2016 el primer equipo blanquiazul.
Las instalaciones se construyeron en 2006, siendo posteriormente objeto de una remodelación en 2010. Toda la actuación tuvo un coste de más de 700.000 euros que corrieron a cargo del Hércules, si bien este espacio de la partida de Fontcalent es titularidad de la sociedad Camservi Obras y Servicios, mercantil del Grupo Cívica que mantenía "un acuerdo verbal" con el club blanquiazul sobre la cesión de su uso "en régimen de precario" y "por tiempo indefinido" a cambio de asumir el mantenimiento de las mismas que ascendía a unos 50.000 euros anuales.
Al igual que ocurriera hace un año, cuando el ascenso en los despachos del Intercity a Tercera División (luego truncado por la Federación) le llevó a este a plantear al Hércules el uso compartido del estadio y de Fontcalent a cambio de asumir la mitad de los gastos de mantenimiento, el club de Sant Joan tenía la intención de volver a solicitar lo anterior para el caso de que hubiese resultado adjudicatario de la plaza del Reus en el grupo III de Segunda División B. Finalmente el Intercity no se hizo con la misma, por lo que la temporada 2019/20 competirá en el grupo VI de Tercera (tras ascender deportivamente en junio de Preferente) y seguirá jugando y entrenando en el polideportivo de Sant Joan (cuyo consistorio se ha comprometido a llevar a cabo varias mejoras).
El Hércules declinó hace un año la propuesta del Intercity, pero hay que decir que entre los más proclives a aceptarla, especialmente respecto a Fontcalent, estaba Enrique Ortiz. Por lo que de haberse consumado ese ascenso administrativo de los sanjuaneros, las opciones de que las instalaciones de la partida de Fontcalent hubiesen vuelto a tener vida hubiesen sido muchas.
En cuanto al uso compartido del Rico Pérez, la realidad es que la cosa habría estado más complicada, aunque no imposible de haber entendimiento por las partes. Ahora mismo el uso por parte del propio Hércules está judicializado: con el liquidador de Aligestión defendiendo en sede judicial que el contrato de arrendamiento está cancelado y el club lo contrario, todo con el Instituto Valenciano de Finanzas como espectador pese a que es el dueño.