ELCHE. El segundo 'round' del Debate del Estado de la Ciudad se celebró este miércoles con los grupos municipales, que como se esperaba, tomaron buena nota, al igual que el bipartito, de la larga enumeración de quejas por el déficit inversor en las pedanías. Una parte de las mismas fue utilizada como munición y acabó en un debate bastante tosco por parte de bipartito y parte de la oposición, sobre todo PP y Vox. Unos argumentarios y defensa de políticas por parte del Ejecutivo local ya bastante mascado durante meses por comunicados, comparecencias o los propios plenos municipales.
En este sentido, las intervenciones del edil no adscrito Eduardo García-Ontiveros y de Eva Crisol por Ciudadanos fueron intervenciones más comedidas, al contrario que las de Pablo Ruz por el PP y Aurora Rodil por Vox. Las críticas de todos oscilaron en torno a prácticamente los mismos ejes: la falta de inversión en barrios y pedanías como quedó de relieve en la jornada anterior, el retraso de obras del Plan Centro, la apuesta por carriles bici y eliminación de aparcamientos o pedir rebajas fiscales para los sectores más afectados por la pandemia. Asimismo, otro punto importante fue el de las trabas a la oposición —por parte de los grupos municipales y no del edil sin adscripción—, con críticas varias como la lentitud con las que entregan documentos que se piden y que dificultan su fiscalización, el tratamiento "inadmisible" que reciben, el "rodillo de la mayoría" o los reveses del Síndic de Greuges en varias ocasiones. También las dudas con el Mercado Central y la posible indemnización de la que advierten.
Dentro de esta narrativa común, cada uno de ellos dejó su sello o sus propuestas propias. Por ejemplo García-Ontiveros planteó que no se ha sabido explotar la ciudad a nivel turístico, instando a "creernos lo que somos", destacando el potencial industrial, por ejemplo. Propuso acortar los plazos de licencias para la construcción y la firma con el convenio con arquitectos para ello —cosa que no ha hecho hasta ahora el Ayuntamiento—, así como cambiar la gestión para planificar a futuro o promover grandes eventos culturales. Por parte de Cs, Crisol también apeló al "consenso y los acuerdos", valorando este foro como un instrumento eficaz par a la legislatura, y sobre las pedanías perguntó por la brigada rural, o el abandono de La Marina, así como una falta de plan de arbolado. Se quejó de nuevo del "rodillo" del equipo de gobierno y que no se haya rescatado la mesa del Mercado Central. Consideró que se ha ninguneado al calzado en el proyecto del learning factory —que en un principio era solo para calzado—, aduciendo en materia industrial que es preciso diversificar y modernizar las áreas ilicitanas.
En la parte de críticas más duras, Vox aprovechó para hablar de política nacional, asegurando que ha habido “eugenesia encubierta de la Seguridad Social al haber dejado a los ancianos abandonados” y denunció la situación de la residencia de Altabix, contra la que han presentado tres querellas. Criticó también las modificaciones presupuestarias que se han hecho tras aprobar las cuentas municipales y de nuevo acusó al bipartito de no invertir en las pedanías para centrarse en "la propaganda y subsidios ideológicos", eso sí, sin concretar qué partidas o inversiones. Sí criticó los sobrecostes de la Corredora o Nuestra Señora de la Cabeza. Por su parte, desde el PP —que empezó como era previsible su intervención con el "tostón" que se le 'escapó' a Carlos González con el micro abierto—, Pablo Ruz quiso erigirse como alternativa, de nuevo con el argumentario de un Ejecutivo "amortizado y reactivo", destacando que no han cumplido un 70% de sus propuestas.
Exigió una reindustrialización de la ciudad, y cargó contra el PMUS porque no ha pasado por el pleno —a priori debe hacerlo más adelante tras el permiso ambiental— por la eliminación de aparcamientos y por “criminalizar al conductor”. También acusó al bipartito de estar empeñado en demoler la Cruz de Germanías —a lo que se unió Vox—, "resignificándola, porque una cruz de la reconciliación", incidió el edil, después de la concentración y del manifiesto de profesores de Historia sobre su origen franquista. Criticó el fiasco del Instituto Tecnológico de la Palmera y preguntó dónde está el protocolo del Consell de los 43 millones, que defendieran el Pativel y que no haya novedades sobre el Centro del Referencia del Calzado en el Sixto Marco.
Por parte del bipartito intervinieron los portavoces de PSOE, Héctor Díez y su homóloga en Compromís, Esther Díez, además del propio alcalde. Obviamente defendieron su gestión, y dijeron del PP que "por mucho que digan consenso, no lo promueven", arguyó el edil, quien aseveró que gracias a los impuestos han podido dar ayudas para la pandemia. Y cuestionó que no tengan modelo de ciudad si cargan contra las peatonalizaciones, las actuaciones del carril bici o si no era modelo de ciudad el desarrollo industrial de sectores residenciales e industriales. Finalizó señalando que el PP ha virado desde hace dos años con su discurso: "Primero hablaron de Matrix, después de la venta de humo, después que llegamos tarde con el despilfarro de la Corredora y ahora con la vía judicial, no echan ninguna mano".
Por su parte, la edil de Compromís, enfatizó sobre todo en las políticas de servicios públicos y sociales de la Generalitat con el Edificant, la dependencia o los nuevos compromisos de los centros de salud, así como su política municipal en materia de ayudas al agua o el impuesto del IBI. Defendió su modelo de plataformas únicas y sacó pecho de la obra de la Corredora, enfatizando sobre Virgen de la Cabeza que buena será su gestión si la oposición 'solo' critica el retraso en unas obras. Defendió el PMUS y los nuevos corredores verdes del mismo para El Pla, Carrús y Altabix; dijo de la oposición que no tienen alternativa de ciudad y anunció que se va a elaborar protocolo de naturalización de la ciudad.
Por su parte, González indicó que incluirán este modelo de debate en el futuro reglamento local para las sesiones plenarias y fue rebatiendo o contestando a las intervenciones de la oposición, destacando que están abiertos a estudiar alternativas para el Palacio de Congresos, defendiendo que no haya indemnización para Aparcisa por el Mercado Central y que al estar rescindido el contrato no hay lugar a que se paralice alguna actuación en el entorno. Dijo que se restablecerán los presupuestos participativos, que van avanzando en las pedanías y que nadie había invertido en la última década un millón en asfaltado en las partidas rurales. Aprovechó para anunciar que avanza el derribo del Hotel de Arenales y la ansiada Ronda Sur, así como que están adjudicados los futuros trenes híbridos para la línea de Cercanías.
Declaró sobre Ruz que su argumentario es "rimbombante pero vacío de contenido, mucho ruido y pocas nueces" y aseveró que es falso que no hayan incumplido el 70% de las propuestas. Además le envió un mensaje implícito contestando a Rodil que Vox se ha convertido en quien "marca el ritmo y el rumbo de la derecha ilicitana", y ya sí directamente a Ruz, "dejen la crispación y la estela de Vox y la extrema derecha". A Rodil le dijo que había hecho una intervención "corrosiva" y defendió como política industrial la ampliación del Parque Empresarial.
Para finalizar, y sobre los contratos menores y la denuncia en Anticorrupción, denunció que en el PP en el mandato hubo 470 facturas pagadas sin contrato y a la misma empresa por valor de decenas de miles de euros, de la que aseveró que "casualmente" es la de su asesor Claudio Guilabert. "Huele mal". Después, en el último turno, no sacó más el tema tras espetarle Ruz que qué insinuaba y que todo se había hecho correctamente. El líder del PP además planteó un decálogo de diez propuestas para erigirse como esa alternativa que buscar ser, hablando de la lucha contra la economía sumergida, un plan de economía, cultura o patrimonio, así como un plan turístico o desarrollar el nuevo PGOU.