ALICANTE. Las molestias por ruido que los residentes del Centro Tradicional de Alicante asocian al desarrollo de la actividad hostelera en plena calle les lleva ya a reclamar actuaciones drásticas por parte del Ayuntamiento, después de haber conseguido que el Juzgado de lo Contencioso número 4 vuelva a escrutar si se están vulnerando sus derechos fundamentales, como adelantó Alicante Plaza este jueves. La asociación vecinal que les representa (compuesta por 487 miembros, según precisan) ha instado ya de manera oficial al equipo de Gobierno, del PP, a revertir la ordenación del tráfico del barrio de manera que se reabra a la circulación de vehículos las vías que ahora son peatonales. Se trataría fundamentalmente del entorno de la calle Castaños, en las que se encuadran Periodista Pirula Arderius, San Ildefonso, Cándida Jimeno Gargallo y San Francisco.
La petición se registró el pasado 8 de noviembre a través de una instancia en la que se alude a la incapacidad del Ayuntamiento para "garantizar el descanso de los vecinos del Centro Tradicional". Según ese escrito, "la hostelería [...] se ha adueñado totalmente de las calles del centro de la ciudad y la Unidad Fox [de la Policía Local asume la vigilancia de las normas relacionadas con la Ocupación de la Vía Pública] no es eficaz en el control de la misma", apunta. Y añade: "Una sola unidad de agentes para controlar los cientos de veladores y locales de hostelería y ocio es totalmente imposible que sean efectivos para poner orden y control en todos los locales".
La instancia reseña con dureza cuál es, a juicio de los vecinos, la situación que se vive en el barrio. "Es evidente, y a la vista está, la degradación de la zona Castaños y adyacentes, invadidas de veladores, llenas de orines, vómitos y añadir también, la suciedad generada por los establecimientos de la zona, de contenedores llenos de sus basuras, desde primeras horas del día". Y prosigue: "No se garantiza en ninguna hora del día, el paso de vehículos de emergencia, donde se instalan los camiones de mudanzas, obviando en todo momento, los informes desfavorables de policía y bomberos. la excesiva ocupación de veladores, impiden también, las entradas de ambulancias para la recogida de enfermos, ante la imposibilidad de hacerlo con el vehículo, se hace a pie, sacando a los enfermos en la camilla con los goteros puestos a las vista de todos los que ocupan las terrazas. Situaciones denigrantes y vejatorias para los residentes de la zona", se enfatiza.
Así, se conmina directamente al alcalde, el popular Luis Barcala, a que "proceda a la inmediata reapertura al tráfico rodado en todas las calles peatonales del Centro Tradicional sin excepción alguna, trasladándole la necesaria petición de que no sean cerradas ninguna calle del Centro Tradicional de las que ahora están abiertas al tráfico".
El añadido recogido en esta última frase resulta trascendente en la medida en que expone con claridad el rechazo del colectivo vecinal a los planes de peatonalización de nuevas calles que se han barajado desde el inicio del actual mandato, sobre el eje de la avenida de la Constitución y Bailén. De hecho, el actual equipo de Gobierno ha continuado con la previsión que barajaba el ya extinto tripartito y acaba de adjudicar los estudios previos que deben planificar cómo podría abordarse esas nuevas restricciones al tráfico en ese mismo ámbito.
Pero, además, los residentes del Centro tradicional recriminan también al actual equipo de Gobierno una actuación paralela que tiene que ver con el uso de otro espacio público: la plaza de Gabriel Miró. A través de un segundo escrito registrado en la misma fecha, la asociación vecinal denuncia que se estén ejecutando obras para ampliar la superficie de las aceras de la calle Manero Mollá en la zona de carga y descarga habilitada para los comercios de esa calle con el propósito de reubicar allí los veladores ahora instalados en la parte central de la plaza. Los residentes insisten en que esas obras supone llevar a la práctica el Plan de Ordenación de Veladores de Gabriel Miró pese a que no está aprobado de manera formal y pese a que no se ha contestado las alegaciones presentadas contra esa reordenación.
Los residentes lamentan también la rapidez con la que se han puesto en marcha esos trabajos, sin que se haya facilitado ninguna información al respecto, frente al bloqueo o el retraso en otros proyectos reivindicados por los vecinos a través de los presupuestos participativos como la restauración de la fuente de la plaza, la ampliación de juegos infantiles en la plaza de Calvo Sotelo o la adecuación de las aceras para que resulten accesibles a personas de movilidad reducida.