ALICANTE. La firma de energías renovables del empresario alicantino Enrique Riquelme, Cox Energy, regresa del parón estival con un otoño 'caliente' por delante. La empresa, que firmó ante notario la adquisición de la multinacional sevillana Abengoa (tras adjudicársela en subasta judicial en el seno del concurso de acreedores con liquidación) a finales de julio, tiene ahora que llevar a cabo el encaje de bolillos de su integración en el grupo, al tiempo que está obligada a consolidar su cotización en BME Growth (donde empezó a cotizar hace apenas dos meses) y, además, hacer frente a las denuncias de una de sus rivales en la subasta, la promotora Urbas.
Por partes. En lo que respecta a Abengoa, que formará parte a todos los efectos del grupo Cox (aunque no estará controlada directamente por la firma de renovables, sino por su cabecera), Riquelme ya ha comenzado a 'darle trabajo', además de tomar las primeras decisiones para reflotarla. Así, hace una semana cerró el fichaje de un nuevo CEO para dirigir la nueva etapa de la firma andaluza: Ignacio Moreno. Se trata de un ejecutivo especializado en el sector financiero, que llega directamente de Credit Suisse pero que ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria en Barclays. Su misión está clara: que Abengoa vuelva a convertirse en un referente de la ingeniería y aproveche al máximo las sinergias con Cox.
En paralelo, Riquelme se ha adjudicado el suministro eléctrico de Guatemala para quince años, de manera que tendrá que vender 106 gigavatios hora (GWh) al año de energía a la Distribuidora de Electricidad de Occidente, Distribuidora de Electricidad de Oriente y a la Empresa Eléctrica de Guatemala. La adjudicación conlleva la construcción de 130 MWp de energía solar en dos parques en la región de Zacapa y Chiquimulilla con una inversión de 100 millones de dólares, con la que se generará energía para la adjudicación y clientes privados. De estas obras se encargará, precisamente, Abengoa.
En todo caso, el 'pipeline' (proyectos en cartera) de su compañía al completo supondrá una inversión de 6.000 millones de euros, que también beneficiará a Abengoa. Hasta 2026, entre Europa y América, la inversión será de 3.500 millones, con 5.000 megavatios aproximados, según adelantó el empresario alicantino durante su intervención en el Cámara Business Club de junio. Riquelme ha diseñado un plan de negocio a cinco años que ha obtenido el respaldo del pool bancario. En este sentido, Santander, Caixabank, Crédit Agricole, BBVA, Bankinter y HSBC forman el grupo de bancos con el que se ha llegado a un acuerdo para una línea de avales por 150 millones de euros.
En cuanto a su salto a la bolsa española (en México ya cotizaba desde hace años), Cox Energy protagonizó una de las mejores salidas recientes a BME Growth, con un +25% en su primera sesión, y llegó a revalorizarse hasta los 450 millones de euros, frente a los 285 millones en que se valoró para su salida. Con el paso de las semanas el valor se ha ido estabilizando, pero aún así inicia septiembre con una capitalización bursátil de cerca de 310 millones de euros y una rentabilidad anual por encima del 8,6%, según datos de este lunes. El reto ahora es estabilizarse y servirse de su condición de cotizada para captar inversores y apoyos financieros, como el que ya le presta la familia Zardoya, que es el segundo máximo accionista tras Riquelme.
Menos positiva para los intereses de Riquelme es la derivada 'judicial' de la adjudicación de Abengoa en el concurso el pasado mes de abril. Desde entonces el otro postor español, Urbas, puso en marcha una ofensiva procesal que no cesa: primero recurriendo hasta el último resquicio (su incidente de nulidad ante el Supremo, el último cartucho, fue desestimado en julio, pocos días antes de la firma de la compra), y después probando suerte en la vía penal. Urbas presentó una querella contra Riquelme por revelación de secretos, que el juzgado de Instrucción 15 de Madrid admitió a trámite también el mes pasado, lo que conlleva la imputación del empresario alicantino durante la fase de instrucción.
El argumento de Urbas es que Cox Energy se valió presuntamente de información confidencial facilitada por la promotora en un primer acercamiento para estudiar una posible oferta conjunta por Abengoa, para luego presentar su propia oferta en solitario con los datos económicos y financieros que habían sido preparados por la empresa que preside Juan Antonio Acedo. Cabe recordar que Urbas es a su vez dueña de la constructora alicantina Ecisa, a cuyos acreedores ha ofrecido capitalizar su deuda con una quita del 50% para convertirse en accionistas del grupo.