Cox Energy ya vale casi 450 millones en bolsa en una semana con el apoyo de Alberto Zardoya

ALICANTE. La firma de energías renovables del empresario alicantino Enrique Riquelme, Cox Energy, se ha convertido en la última sensación del BME Growth español (el antiguo Mercado Alternativo Bursátil). La empresa, más conocida desde el pasado mes de abril por haberse convertido vía sentencia en la dueña de Abengoa, ya cotizaba en la bolsa de México desde 2020, y desde hace una semana lo hace en la modalidad de dual listing en los dos mercados, un hito que no se había producido hasta ahora.

Riquelme busca ampliar su base de accionistas y facilitar el acceso de Cox Energy a financiación adicional, algo clave dados los compromisos que ha adquirido al hacerse con Abengoa y con su deuda concursal. De hecho, el empresario nacido en la Vega Baja y curtido en Latinoamérica lleva los dos últimos meses presentando su plan de negocio a bancos y fondos de inversión, en busca del capital necesario para afrontar esta nueva etapa y de una renegociación de la deuda para dotar de viabilidad a la multinacional con sede en Sevilla.

Por lo pronto, la acogida de los mercados de valores no ha podido ser más positiva. Y es que aunque lo que la bolsa te da, la bolsa te lo puede quitar, la capitalización bursátil de Cox Energy se ha disparado en su primera semana listando en BME Growth. La firma de Riquelme saltó al parqué a un precio de 1,7 euros por acción y una valoración de 285 millones, pero en solo siete días se ha disparado más de un 57%, según los datos de BME Growth al cierre de la sesión de este lunes. Es decir, que ahora mismo Cox Energy vale casi 450 millones de euros en bolsa, a 2,83 euros por acción (tras subir otro 4% este lunes).

En la bolsa de México se ha producido el mismo efecto tras las noticias sobre la compra de Abengoa y la salida a BME Growth. Según la información de la Bolsa Institucional de Valores mexicana al cierre de la última sesión, la filial americana de Cox Energy se ha revalorizado un 65% en el último mes, y un 90% desde mayo, hasta alcanzar los 38 pesos mexicanos por acción. Un valor que eleva su capitalización bursátil en la bolsa latinoamericana hasta 6,26 billones de pesos (333 millones de euros, al cambio actual).

El apoyo de la familia Zardoya

En el comportamiento de Cox Energy en la bolsa y la recepción que le han brindado los inversores no pesa solo la compra de Abengoa y las expectativas que ha despertado el pipeline de la compañía en Latinoamérica (sobre todo, en Chile), aunque desde luego son las palancas fundamentales. También pesa, y mucho, la foto del accionista de referencia que acompañó a Riquelme en el toque de campana del lunes de la semana pasada: Alberto Zardoya.

Alberto Zardoya Arana es uno de los hermanos miembro de la segunda generación de la familia que fundó la empresa de ascensores de su mismo nombre, que en los setenta se fusionó con la norteamericana Otis y desde 2021 es propiedad al 100% de la multinacional, al vender la familia vasca su participación en el capital tras una OPA. Los Zardoya están considerados como una de las mayores fortunas de España, y su apoyo a Cox Energy como el segundo máximo accionista tras Riquelme, con cerca de un 5%, ha sido determinante para generar confianza.

En todo caso, Zardoya Arana no figura entre las participaciones significativas de Cox Energy comunicadas esta misma semana al BME Growth, al no superar el citado umbral del 5%. De hecho, los tres accionistas con participaciones significativas que se declaran son en realidad el mismo: el propio Enrique Riquelme y dos empresas de su propiedad, que controlan directamente el 80,7% del capital de Cox Energy (la participación indirecta de Riquelme a través de sus sociedades es del 56,84%). El resto está en manos de pequeños accionistas.

Por otra parte, Cox Energy también ha comunicado este lunes al BME Growth los costes de su salida a bolsa. El importe total de gastos incurridos por Cox Energy en su proceso de incorporación ascendió a 460.091 euros (excluyendo impuestos indirectos). Dicho importe incluye los gastos de auditoría contable y de comfort letter del auditor externo, los informes de valoración de la sociedad, la due dilligence financiera y legal, los honorarios del asesor registrado y de la entidad de enlace y agente de pagos, así como los cánones de BME Growth.