ALICANTE. Nueva etapa para el hotel Villaitana de Benidorm, uno de los principales activos del fondo norteamericano Blackstone en el sector hotelero en la Comunitat Valenciana. Después de salir del concurso de acreedores y alcanzar un acuerdo con el Banco Sabadell para cancelar la deuda financiera a cambio de la mayoría del capital, su nuevo dueño, HI Partners (la división hotelera del banco, luego adquirida por Blackstone) saneó el balance de la sociedad para poder cumplir el convenio, que se certificó en marzo de 2018. Pero inmediatamente después volvieron las pérdidas.
Hasta que en junio de 2018 el nuevo dueño del complejo, con dos hoteles de cuatro y cinco estrellas y varios campos de golf, decidió cambiar el modelo de gestión, algo que se ha revelado como clave. Hasta ese momento, arrastrada por el concurso de acreedores, Xeresa Golf (la sociedad propietaria del hotel, ahora rebautizada como Xeresa Villaitana) tenía alquilado el hotel a Meliá a cambio de un canon anual. Sin embargo, una vez vencido dicho contrato, HI Partners (Blackstone) lo ha cambiado sustancialmente: ahora es un contrato de gestión hotelera, y es Meliá quien percibe su remuneración en función de los ingresos y el beneficio.
Así lo recoge la memoria de las cuentas de 2018, que evidencia también el éxito del cambio de modelo de gestión. Xeresa Villaitana pasó de no tener empleados a contar con una plantilla de 310 empleados, y por tanto de no tener gastos de personal a afrontar un coste de 4,2 millones de euros por este concepto. Pero también de facturar 3,7 millones (lo que pagaba Meliá por el contrato de arrendamiento) a ingresar casi 12,5 millones por la actividad del complejo: casi cuatro veces más. Y lo que es más importante, de perder 3,5 millones en 2017 pasó a ganar 4 millones en 2018, con un resultado de explotación de más de 5 millones (-2,7 millones un año antes). El beneficio se destinó a engrosar la reserva y a cubrir pérdidas de años anteriores.
Tras la entrada de Blackstone como propietario, Xeresa Villaitana ha sufrido otros cambios de calado. En marzo de 2018, como contó este periódico, la mercantil se hizo con la titularidad de la parcela que ocupa en la zona de expansión de Terra Mítica, en la subasta celebrada por la Sociedad Proyectos Temáticos (SPTCV). Poco después, en agosto, lanzó una ampliación de capital de 4,7 millones de euros, una cantidad muy similar a la que ofertó para hacerse con su suelo. Ya en 2019 lanzaría una segunda ampliación más modesta, de 2,5 millones, que de nuevo cubrieron sus accionistas. De forma que la familia Cremades, impulsora del complejo, mantiene un 20% del capital.
Asimismo, ya durante el pasado ejercicio, el fondo invirtió 7 millones en una reforma integral del complejo para reposicionarlo, en el marco de una estrategia para mejorar la rentabilidad de su planta hotelera que movilizó 500 millones, tal como publicó Alicante Plaza. El complejo, que recrea un pueblo mediterráneo típico, está formado por un conjunto de 25 edificios, que suman un total de 455 habitaciones y suites. La reforma integral respetó la identidad del complejo, con una mejora de las prestaciones del alojamiento, como estancias con espacios más abiertos o una nueva decoración para proporcionar un ambiente familiar. La oferta gastronómica también se renovó con una cocina más saludable y productos de proximidad.