Guilabert y Ruz en primer plano, visitando GermaníasELCHE. Después del auténtico quebradero de cabeza que ha supuesto la reforma del Paseo de Germanías, primero con el no cumplimiento de los Edusi y ahora con una cesión del contrato porque la adjudicataria no ha cumplido con su parte, el bipartito enviaba este martes un mensaje a futuros licitadores: los plazos están para cumplirlos, y de lo contrario, si no, habrá penalidades.
Así se expresaba el edil de Contratación, Claudio Guilabert, poniendo de relieve los problemas que han tenido con esta obra para evitar tener que volver a licitar, optando finalmente por esta fórmula que permite sortear de nuevo reiniciar la maquinaria administrativa. Eso sí, el concejal como responsable del área hacía patente su cabreo: "Nadie se ríe del Ayuntamiento de Elche" (en referencia a la ya exadjudicataria de Germanías, Patrimonio Inteligente SL).
Yendo más allá, advierte que serán muy estrictos no solo con los plazos, sino con las ofertas que reciben. "Si se lo queda una adjudicación el primer clasificado porque ha hecho una oferta baja, pero luego pide incrementos de precio y acaba igualando el precio de un tercer clasificado, estamos hablando de un fraude, no vamos a acceder a eso", señala Guilabert, que agregaba que quiere acabar con "esta práctica que venía ocurriendo los últimos años". Critica que las empresas oferten un precio bajo para después pedir incremento del coste de la obra y ampliación del plazo. "No tiene sentido".
Para el edil, los licitadores que se presenten a concurrencia pública "tienen que tener muy claro a qué se enfrentan y tener las cosas claras". De lo contrario, afirma, "habrá penalidades, tal y como establece la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) y esa empresa no podrá contratar en otro Ayuntamiento de España". Desde el equipo de gobierno advierten de estas cuestiones porque "sabemos el volumen de obras que hay, y en los próximos meses se va a incrementar de forma muy notoria", indica, precisando que en septiembre empezarán actuaciones "de estrategia de gobierno". Y esta tienen que estar —por directriz del alcalde— el 18 de diciembre. Todo porque muchas de las obras que se han ido consignando en los últimos meses están financiadas con el remanente de 2023 que el Consistorio casi ha exprimido. Si no se ejecutan antes de diciembre, como establece la legislación para estos fondos, estos no se podrán volver a utilizar hasta el segundo trimestre de 2025, cuando se liquida el ejercicio anterior. "Ahora estamos muy vigilantes", explica Guilabert.
Tanto él como Ruz querían exhibir este martes que no van a consentir este tipo de situaciones, y que a compañías como la adjudicataria del centro sociocultural de Arenales del Sol se le explicó que el plazo era julio y así se inaugurará esta semana. El concejal de Contratación destaca también que las plataformas únicas, financiadas con remanente, se han ejecutado rápidamente, "en menos de un mes, como en Capitán Lagier o Porta Xequica del Salvador". Con el alumbrado público también están controlando los plazos y se ha reunido con otras contratistas de plataformas únicas, como la de José García Ferrández, proyecto importante en Carrús. "Ya les hemos trasladado a todas que tienen que cumplir unos plazos", y se hará lo propio cuando haya una adjudicataria para la renovación de Ausiàs March. En el caso de que hubiera penalidades en el futuro, estas se cifran según porcentaje sin ejecutar y por días sin obra en marcha.
Unas situaciones con la contratación pública que en absoluto son nuevas. En los últimos tiempos, con el anterior y el actual gobierno, son bastantes los casos de firmas que piden una vez iniciada la obra un aumento del coste por la actualización de las materias primas, "pero no puede ser que se pida si ha estado un tiempo con la obra parada mientras ese coste subía", matizaba el edil. En unos casos se aceptan por la Junta de Gobierno, y en otros no. Eso sí, finalmente las ofertas más ajustadas, las más 'ventajosas' para la administración, a veces llevan sorpresa, cumpliendo con el refranero, 'lo barato sale caro'. En la pasada legislatura está por ejemplo el fiasco que se dio con la calle Nuestra Señora de la Cabeza o el Instituto de la Palmera, ahora ha sido en Germanías.
El actual Ejecutivo ya ha vivido coyunturas muy parecidas, alguna nada más empezar la legislatura con un subcontratista que no llegaba a obras de pistas en colegios públicos a escasos días de iniciar el curso. También se han rescindido contratos como los de la cantina de la Policía Local, y en otras se han impuesto sanciones como a la adjudicataria de la obra del Huerto urbano de Travalón por demora del proyecto, no justificada para el Ayuntamiento.
