ALICANTE. El alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, elige a un hombre de su máxima confianza para desentrañar el futuro de la limpieza viaria y la prestación del servicio de transporte público en autobús: los dos contratos que suponen un mayor coste para el Ayuntamiento y que pueden acabar siendo claves en el conjunto del mandato que se inauguró este sábado.
El ungido para tamaña misión es el edil Manuel Villar, asesor del PP entre 2015 y 2019 y número 7 de la candidatura municipal, que pasa a asumir ahora las delegaciones de Transporte y Accesibilidad, Limpieza, Gestión de Residuos y Contratación, además de Medio Ambiente y Asesoría Jurídica. Como Barcala, Villar es abogado y podría decirse que es una extensión del propio primer edil con el que también ha compartido funciones en el área jurídica de la ejecutiva provincial del PP. Por si quedara alguna duda de que se convierte en la auténtica mano derecha del alcalde, basta considerar que también ejercerá como segundo teniente de alcalde: será la máxima autoridad municipal en caso de ausencia de Barcala y de la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez (Cs).
Con la designación de Villar al frente de esas concejalías, Barcala se garantiza un control directo a la hora de ejecutar la hoja de ruta que él pretende imprimir sobre las dos contratas. Sobre la limpieza y recogida de la basura, el propio Barcala insistió una y otra vez durante la campaña electoral en cuál iba a ser el planteamiento que pretendía desarrollar si resultaba reelegido alcalde. Primero, asumir los 4,5 millones de inversión que corresponden al Ayuntamiento para renovar la maquinaria de la contrata, mientras se continuaba intensificando tanto la labor de inspección sobre la empresa adjudicataria actual (una UTE formada por FCC, Ferrovial, Inusa y Grupo Cívica) como las campañas para concienciar a la ciudadanía.
Y segundo, preparar una nueva licitación para 2021 -sin conceder las prórrogas adicionales que permite el contrato actual- con dos nuevos concursos por separado: uno para la limpieza viaria y otro para la recogida y tratamiento de los residuos. El propósito: propiciar una mayor especialización y una mayor competencia entre empresas del sector. Así, Villar cuenta con un margen de dos años por delante para cuadrar esos pliegos.
El 'hombre fuerte' del PP controlará ambos servicios ahora y planificará su nueva licitación desde Contratación
Sobre la prestación del segundo servicio municipal, el de transporte público, el problema es mucho más inmediato, puesto que la vigencia del contrato actual, en manos de Masatusa (grupo Vectalia), expira este mismo mes de junio. Villar deberá lidiar en breve con el pago por su prestación mediante la fórmula del reconocimiento extrajudicial de crédito (gastos no presupuestados) mientras se disipa qué modelo de contrato se pretende licitar. El estudio de asesoría externa encargada sobre ese punto todavía no está finalizado.
Con todo, el PP y Barcala tienen claro que se trata de un asunto prioritario al que se quiere dar un trato preferente. Prueba de ello es que el área de Transportes se ha separado expresamente de la Concejalía de Movilidad y Tráfico en la que quedaba integrada hasta ahora. Además, Villar tendrá la ventaja de ser el responsable directo de ambos servicios ahora y de planificar directamente (sin otros ediles intermediarios) su licitación, como responsable de la Concejalía de Contratación.