ALICANTE. Como el protagonista de "Atrapado en el tiempo", así debe sentirse el Hércules y todos los que guarda relación directa o indirecta con él.
El club blanquiazul aguarda desde hace dos semanas a que la Agencia Tributaria le cite para una reunión con la que retomar la negociación de un nuevo convenio que permita encauzar el pago de los ya casi cinco millones de euros que le adeuda.
La petición se trasladó directamente al departamento de Recaudación de la Delegación Central de Grandes Contribuyentes que, como venimos contando estos días, cuenta con nuevo responsable tras el cese en febrero de la temida Soledad García que ahora trabaja en la embajada española en Londres como consejera de finanzas.
El Hércules desea reunirse con Guillermo Barros, nuevo director de Recaudación, para exponerle la situación en la que se encuentra la entidad y tratar de consensuar con los técnicos de su departamento un acuerdo de aplazamiento.
Hacienda se quedó esperando hace un año
A finales del pasado mes de junio, el entonces presidente blanquiazul, Juan Carlos Ramírez, logró seducir al fisco con una oferta consistente en el pago inmediato de dos millones de euros y el aplazado del resto (la deuda entonces ascendía a 4,3 millones), en cuotas de importe condicionado a la categoría en que militase el primer equipo y garantizado con su patrimonio y un aval bancario si llegara a ser necesario. El problema es que Ramírez quería firmar ese acuerdo de aplazamiento siendo ya adjudicatario de la subasta de la deuda de la Fundación (garantizada con la mayoría del capital social del club) y Hacienda no estaba dispuesta a esperar indefinidamente a que se celebrase la subasta (estaba sin convocar por el Instituto Valenciano de Finanzas): el fisco puso como fecha límite para firmar el 5 de julio y el plazo expiró sin que hubiera más noticias del empresario vasco que precisamente en las semanas anteriores había cargado duramente contra la Agencia Tributaria y la citada Soledad García por no querer recibirle.