ELCHE. Si no fuera porque otras ciudades vecinas —sin ir más lejos Alicante— aún no tienen claro qué pasará el sábado, se podría decir que lo de Elche con el PSOE y Compromís fue un pacto in extremis. Aunque al final se impusiera la luz verde con un principio de acuerdo en la jornada del jueves, hasta esa misma mañana aún no había nada del todo claro con respecto a qué iba a pasar en la investidura del sábado. Una vez cerrado el pacto en la jornada del miércoles, es decir, Sostenibilidad —Medio Ambiente, Eficiencia Energética, Medio Rural y Movilidad— y Comercio para Compromís, estos últimos tensaron más la cuerda para pedir Turismo. Algo que casi fagocita las negociaciones, ya que los socialistas no vieron serio que se exigiera dicha concejalía después de haber cerrado el acuerdo.
Compromís intentó rascar más en el descuento
Sin embargo, la noche del miércoles, el PSOE envió una oferta a Compromís con tintes de ultimátum, o eso o nada. El jueves por la mañana con contactos informales y algo de inquietud en el ambiente, finalmente la coalición de Mireia Mollà aceptó el trato, dado que los socialistas estaban dispuestos a ir solos a la investidura del sábado —conscientes de que en segunda vuelta saldrían por tener la mayoría de votos—. Un trato que se refrendó por la tarde en sendas asambleas de los partidos. Compromís obtendría el 'pack verde' con Medio Rural —que podrán encajar en dicho pack o en Comercio— y una tercera tenencia de alcaldía. Un pacto aceptable teniendo en cuenta que la correlación de fuerzas les deja muy atrás con respecto a los socialistas.