ALICANTE. Nuevo paso para completar el nuevo barrio del acceso sur de Alicante. El Ayuntamiento de Alicante y los promotores de la segunda Unidad de Ejecución del Plan Parcial Benalúa Sur firmaron este viernes el convenio urbanístico preacordado hace un mes por el que se regulan las condiciones básicas para el desarrollo del sector. El acuerdo, suscrito entre el edil de Urbanismo, Adrián Santos Pérez (Cs) y los representantes de Harinas Cloquell y Bufort Urbana, Antonio Bufort Camino y José Luis Bufort Sempere, renueva y modifica el acuerdo que se firmó en 2003 y permite desbloquear la transformación de uno de los puntos claves del acceso sur a la ciudad.
El nuevo convenio confirma la hoja de ruta que ya se anticipaba en el Programa de Actuación Integrada (PAI) aprobado en el pleno de abril sin votos en contra. Así, se contempla que los edificios de las dos históricas fábricas de Harinas Bufort y Harinas Cloquell queden conservados (en el convenio de 2003 se preveía su demolición) y pasen a ser de titularidad municipal como cesión del aprovechamiento urbanístico que le corresponde asumir a la administración en el desarrollo del PAI, que abarca una superficie urbanizable de 8.355 metros cuadrados.
Como ya avanzó Alicante Plaza, se prevé que los inmuebles de las dos fábricas (o, al menos, la parte de ellos que se considere que merece ser conservada por su valor como ejemplo de arquitectura industrial) tengan una función múltiple y puedan ser destinados a albergar oficinas administrativas, así como otros usos culturales o deportivos todavía por definir.
Al tiempo, en el convenio se concreta que los aprovechamientos urbanísticos de los propietarios del suelo (Harinas Cloquell y Bufort Urbana) se materializarán en el ámbito de la propia unidad de ejecución. Es decir, que no se prodrá producir una hipotética compensación basada en la entrega de suelo edificable en cualquier otro punto del término municipal. ¿Qué implicaciones tiene eso? Que las dos sociedades dispondrán de 12.915 metros cuadrados de techo residencial edificable en los terrenos del entorno de las dos fábricas de su propiedad, lo que permitirá que puedan construirse en torno a 100 o 105 viviendas. La cuestión que se debe resolver ahora es cómo y dónde podrían situarse esas viviendas, toda vez que deben compartir la misma pastilla de suelo en la que se prevé que subsistan los edificios de las fábricas.
Esa definición es la que se debe concretar a partir de ahora en el proyecto de reparcelación que el Ayuntamiento debe elaborar en el plazo de dos meses, en coordinación con los propietarios del suelo: un puzle por resolver con el reto de que las piezas cuadren. La clave de ese proyecto de reparcelación es, precisamente, qué tipo de solución se adopta para encajar la pervivencia de las fábricas y la construcción de las viviendas.