ALICANTE. Su primera piedra se colocó en 1934. Y, ahora, después de 87 años en los que han enraizado como parte de la foto característica del acceso sur de Alicante, están a punto de hacer las maletas para mudarse a Mutxamel: el municipio en el que realmente se produjo su alumbramiento. Se trata de las históricas harineras de Benalúa, Bufort y Cloquell; las dos últimas fábricas asentadas en pleno casco urbano de Alicante que ya preparan su traslado a sus nuevas instalaciones en el polígono de Riodel (promovido, precisamente, por los propietarios de las harineras, tras formar una UTE con Elecnor).
Salvo cambio imprevisto, la primera en regresar a su lugar de origen será Harinas Cloquell. La compañía ya ha conseguido cerrar la estructura de la nueva nave en la que centralizará su producción, con la intención de poder estrenarla en el mes de julio. Se trata de un edificio de 1.800 metros cuadrados distribuidos en tres cuerpos, sobre una parcela de 5.600 metros cuadrados, a la que se suma una reserva de espacio adicional de otros 7.000 metros más para desarrollar futuras ampliaciones.
Harinas Bufort seguirá sus pasos solo unos meses después, el próximo noviembre. La compañía acaba de cerrar la compra de dos naves en el mismo polígono industrial (justo frente a la futura sede de Cloquell) que suman 1.050 metros cuadrados, en las que organizará el almacenamiento y la distribución del producto, después de haber concertado un acuerdo con otra histórica del sector (la ilicitana Harinas Serrano) sobre la moltura del cereal.
Las dos compañías juntas suman una plantilla de 50 empleados y una facturación de 6,5 millones anuales con una producción media de 20 millones de kilos de harina a un precio de 30 céntimos el kilo. Las cifras se han resentido (con una caída del 25% en las ventas) por el efecto inevitable de la pandemia, aunque ahora comienzan a reactivarse tras la reapertura de la mayoría de los hornos tradicionales: sus principales clientes. Y el objetivo a partir de ahora es seguir haciendo lo que mejor saben hacer: fabricar harina. "Somos correosos; hemos sobrevivido a la República, a la Guerra Civil, a la Dictadura; ahora también a la pandemia... y no vamos a parar", asegura José Luis Bufort, a las riendas de la harinera que toma su apellido.