BENIDORM. La construcción del conocido como Vial Discotecas no iba a ser un camino de rosas. Después de iniciar la obra hace dos años, el Ayuntamiento aún ha tenido que introducir cambios en el proyecto que afectan a la rotonda que enlaza con la N-332 y una parte de la carretera. Unos cambios que para su ejecución necesitaban el visto bueno del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, una autorización que ya ha llegado al Consistorio para completar esta carretera que da acceso al polígono industrial.

El documento, firmado el pasado 29 de septiembre, aprueba las nuevas obligaciones, que según explica a Plaza la concejal de Urbansimo, Lourdes Caselles, responden a requerimientos de organismos externos y necesidades detectadas una vez iniciadas las obras.

Así, la autorización, a la que ha tenido acceso este diario, señala que la solicitud del Consistorio llegó a la Unidad de Carreteras en Alicante el pasado 7 de agosto. Y el plazo de validez es de dos años, contando a partir de la notificación de la misma. 

Fue en julio de este año cuando el Ayuntamiento aprobó la modificación del proyecto, lo que suponía un incremento del coste en torno a los 2,4 millones de euros, es decir, 18.587.744,36 euros en total, y pasar al 2026 la finalización de la obra. 

El objetivo de este modificado es introducir requerimientos que han surgido durante los trabajos, tanto de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) como de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV). Precisamente, la autorización permitirá ejecutar el soterramiento de la carretera a su paso por las vías del Tram, como ha ocurrido con el cruce en la avenida Beniardá, y que estaba pendiente a la espera de esta notificación. También se han añadido mejoras en la red de saneamiento y agua potable. Al mismo tiempo, se crearán arcenes ciclo-peatonales para todo el tramo.

Como viene contando de largo este diario, la ejecución del Vial es una condición indispensable para que se pueda desbloquear los suelos del polígono industrial. El Plan Parcial 3/1 recoge parcelas cuyos propietarios llevan más de 30 años esperando para que se pueda dar uso. Además de esta carretera y las nuevas exigencias por la zona de entrada por la avenida Beniardá, su desbloqueo pasa por la urbanización del polígono. Unas obras que nunca se llegaron a terminar y cuyo coste se ha disparado hasta el punto que el agente urbanizador no seguirá en el proyecto.