ELCHE. El Ejecutivo local quiere aprobar los presupuestos de 2026 en noviembre para que puedan entrar en vigor en el mismo mes de enero. Ello permitiría al bipartito empezar a desplegar nuevos proyectos antes, toda vez que si lograra la luz verde después de noviembre, teniendo en cuenta los plazos de alegaciones y enmiendas, entraría en vigor al menos en febrero. Lo que PP y Vox no se quieren permitir de nuevo es ir retrasando actuaciones, lo que ya ha pasado derivado del plan de ajuste en marcha por el desfase de 8,5 millones de euros a final de 2024. De hecho, este lunes el alcalde Pablo Ruz ha reconocido que lo que queda hasta final de ejercicio el Ayuntamiento seguirá realizando encajes entre partidas para ir sorteando los problemas derivados del plan de ajuste.
Según se explicaba este lunes, Partido Popular y Vox ya han mantenido varias reuniones para abordar las cuentas del próximo año, en los cuales se incluiría entre los principales proyectos, el primer paso para la transformación del entorno urbano del río Vinalopó del que se habló en la presentación del Plan Estratégico a principio de verano. Se consignaría una partida para un concurso internacional de ideas, al estilo del Palacio de Congresos, para atraer diseños innovadores que puedan replantear ambos flancos del río.
Vox pedirá más viviendas para situaciones de emergencia
Preguntada la teniente de alcalde Aurora Rodil sobre las exigencias de Vox de cara a las cuentas del próximo ejercicio, la misma apenas ha concretado alguna actuación puntual, tan solo que plantean cuestiones "en beneficio de la gente", y que por ejemplo una será la de la construcción de unidades habitacionales para familias en situación de emergencia. Aprovechando su área, que se seguirá también la línea de la atención psicológica a familias o jóvenes, ya que han visto que el contrato que se adjudicó recientemente no es suficiente por la demanda que está teniendo. Y tras ello, destaca sus políticas en pedanías.
Más encajes de bolillos con el presupuesto
Con todo, lo que sí reconoce el regidor es que Hacienda seguirá haciendo encaje de bolillos para llegar a final de año en situación de estabilidad presupuestaria, a la espera mientras tanto de que la Generalitat apruebe el plan de ajuste municipal, un término tabú para el Ejecutivo, que prefiere denominarlo por el nombre técnico, Plan Económico Financiero (PEF), aunque a toda luz, es un plan con el que se están haciendo ajustes mediante minoración de partidas, aplazamiento de otras, o racionalización de contrataciones, tal y como le ha exigido la administración estatal para cuadrar las cuentas. Ruz vuelve a hablar de "situación económica normal", aunque la realidad es que esta serie de encajes que se han estado haciendo durante estos meses atrás, que a pesar de ser movimientos entre asientos económicos, llegan por el plan de ajuste, fruto de un desfase de 8,5 millones de euros a finales de 2024.
Se prevé más transferencia entre capítulos "para terminar este año con estabilidad presupuestaria", indicaba este lunes Ruz, sobre todo desde el Capítulo 2, de Gasto Corriente, al 1 de Personal, que excede los 100 millones de euros, el que está más tensado. Lo cual, según el alcalde, "no es porque falte dinero para pagar nóminas, sino porque hay que cuadrar todo el presupuesto" (para esa estabilidad presupuestaria), lo que pasaría por la mencionada redimensión de la plantilla. Algo que se ha venido publicando y comentando estos meses atrás por esa racionalización de gasto impuesta: menos contrataciones, no renovaciones de los empleos temporales y mayor control de las horas extra.

- Pablo Ruz y Aurora Rodil, este lunes -
- AP
El alcalde ya avanza que en septiembre u octubre se tengan que hacer estas transferencias del Capítulo 2 al 1 para acabar el ejercicio en positivo —en esa estabilida presupuestaria—. Otro movimiento más de los que se han realizado con anterioridad, desde anulación de partidas de inversiones o gasto, a aplazamiento de proyectos. Con todo, y con las críticas de PSOE o CCOO, el alcalde niega que haya problemas para pagar nóminas futuras de la plantilla municipal. "Es algo sagrado y cuestionar esto es hasta inmoral. No se puede dudar de la disponibilidad económica para pagar nóminas". Cabe recordar que con anterioridad, fuentes sindicales planteaban que podría haber problemas tras el verano en los departamentos municipales, sobre todo en atención pública, por la no renovación de los contratos temporales. A lo que ahora se suma el hándicap de las limitaciones que ha implicado el ciberataque, con alguna recuperación paulatina de servicios como la Omac.
Transferencias por consignaciones cuyo monto no se gastará
Como ejemplo de los movimientos que se prevén, Ruz ejemplifica que de cara a la externalización de Parques y Jardines, la adjudicación llegará en noviembre o diciembre, por lo que si hay una consignación para este punto de 1,8 millones de euros, como se adjudicará tarde, esto permite transferir parte de la cantidad del Capítulo 2 al 1 porque no hará falta todo el monto. Para así lograr la estabilidad. Un aplazamiento y reducción de partidas que ya se ha estado haciendo. Ahora bien, destacando siempre que ello no implica que haya esos problemas de pago de nómina, pero ahí quedan unos movimientos que suscitan dimes y diretes entre oposición y sindicatos para 'cuadrar el presupuesto'.
Cabe recordar, que en este constante encaje de bolillos, que no es habitual en la administración local puesto que se está estirando al máximo la flexibilidad y la gestión diaria del presupuesto, como avanzó Elche Plaza, el Ayuntamiento quiere retrasar el segundo pago de productividad, comprometido en noviembre, y que se quiere retrasar a enero. Colateralmente, de ahí que al equipo de gobierno y a Ruz les interese aprobar cuanto antes el nuevo presupuesto para que entre en vigor en enero: no solo para las inversiones, sino para volver a empezar de cero y no tener que estar 'pidiendo la hora' cuadrando el presupuesto, y disponiendo de caja para asumir compromisos como el de la productividad. Cuyo intento de aplazamiento a enero, aunque se quiera hablar de normalidad, es un reflejo de los apuros económicos para cuadrar las cuentas y atajar la losa que supone la inestabilidad presupuestaria. Justo hace un año, con la situación de las reglas fiscales y el aumento de gasto de personal, ya se preveía un 2025 complejo, que a la postre lo ha sido más de lo esperado.
Normalidad con la renuncia al 100% de dedicación de Soler
Por último, los representantes municipales también han sido preguntados por la renuncia de la dedicación exclusiva del concejal de Hacienda y Urbanismo, Francisco Soler, como publicó Información días atrás, que como hicieran Rodil, José Antonio Román o Samuel Ruiz, pasa de cobrar el 100% al 75% para compatibilizar su responsabilidad con la actividad privada (asesoría fiscal). Como ya ocurrió con la dimisión del concejal Raúl Sempere, tercera del mandato, la enmarcan dentro de la normalidad. Para el alcalde o la concejal, que el responsable de áreas tan importantes como Urbanismo o Hacienda renuncie a la dedicación exclusiva, máxime ahora que se quiere elaborar el presupuesto y se está cuadrando el plan de ajuste, no reviste especial importancia. Al menos de puertas hacia afuera. En los mentideros, consta el pesar del concejal por el creciente gasto constante en las diferentes áreas durante este tiempo.
Para Ruz es "una cosa muy buena que pueda compatibilizar su profesión con el desempeño de sus funciones". Rodil agrega que cada uno "conoce su capacidad de trabajo" y que nadie quiere "perder su profesión de siempre" por la política. La edil asevera además que Soler no reducirá su tiempo dedicado al trabajo municipal, como han hecho los otros ediles sin dedicación exclusiva al 100%. "Nos gusta trabajar", sentenciaba.