ALICANTE. Salvo sorpresón, que sería mayúsculo hasta para una entidad casi más histérica que histórica como es el Hércules CF, Rubén Torrecilla se sentará el domingo en el banquillo local del estadio Rico Pérez con motivo del encuentro ante el Alcorcón.
No obstante haber sumado solo tres puntos de doce posibles y, especialmente, haber encadenado tres derrotas consecutivas en partidos en los que en ningún caso mereció ganar, el preparador extremeño continuará entrenando al conjunto blanquiazul que este domingo, en el Municipal Cartagonova contra el Cartagena, se hartó de pegarse tiros en el pie... como en el Rico Pérez frente al Algeciras o una semana antes en Can Misses con el Ibiza.
Torrecilla no es el único culpable del mal arranque (que ilustra bien su posición en la tabla), pero si cuando los resultados no se dan en el fútbol el entrenador es el que paga los platos rotos, toda vez que es más fácil prescindir de él que de cinco o diez futbolistas, en el caso que nos ocupa el extremeño ha estampado parte de la vajilla contra el suelo de la cocina: y es que el técnico sigue sin dar con la tecla, tanto a nivel de planteamientos (el último giro fue apostar por una defensa de tres centrales que perdían la marca una y otra vez y dos carrileros que terminaban su recorrido ofensivo de interiores) como de elección de futbolistas (los Unai Ropero y Antonio Aranda continúan teniendo un rol secundario, pese a que el '9' -que sigue sin chutar a puerta, sea 'Slavy' o Fran Sol- es una isla y otros medipuntas como Rojas o Soldevila no se están haciendo acreedores de la titularidad). Ahora bien, ojo con los jugadores, con el rendimiento que ofrecen sobre el verde porque también están haciendo que parezca que seguimos en mayo, que no hemos tenido un mercado de fichajes en el que, presuntamente, se haya reforzado al equipo (no hay por dónde cogerlo, tanto defensiva como ofensivamente).
Como hasta hace dos tardes nadie dudaba de que había mejor plantilla que la pasada campaña, empezando por el propio entrenador, debemos estar ante un problema principalmente de actitud que, encima, se ve aderezado por comportamientos impropios de profesionales centrados en lo que han de hacer y nada más. Pero que lo árboles no impidan ver el bosque porque el Hércules 2025/26 tiene más carencias de las que se podía imaginar: la nave blanquiazul tiene más vías de agua de las que cabía pensar y hasta los detractores de Torrecilla están sorprendidos por el pobre rendimiento del grupo. De ahí que quepa esperar que si finalmente hay una decisión traumática que tenga al preparador como protagonista involuntario, sea porque además de seguir (desgraciadamente) dándole la espalda los resultados, se ha conseguido que la primera opción para sustituirle ha aceptado también convencido de que se puede revertir la situación con los mimbres que hay. O lo ha hecho el segundo de la lista de candidatos, pero igualmente seguro de las posibilidades del equipo.
En cualquier caso, que quede claro que cuesta hablar de Rubén Torrecilla en pasado porque además de ser presente, también puede ser futuro si consigue que el Hércules enderece el rumbo. En la 2023/24, contra todo pronóstico, lo logró.
