ALICANTE. El Club de la Serpiente vuelve a escena y celebra su trigésimo aniversario con una comedia de barrio para el público alicantino. Una boutique en La Florida fue la producción que el pasado viernes, 12 de diciembre, trajo la compañía alicantina al auditorio de Fundación Mediterráneo. Escrita y dirigida por Paco Sanguino, la obra es un homenaje a esas abuelas, madres y tías que sostienen los barrios cuando la ayuda económica y política no llega.
La piedra angular de este matriarcal vecindario de La Florida es Pura, una mercera de fuertes convicciones que, entre tachas, encajes y agujas, encuentra la fuerza necesaria para luchar por los derechos de su barrio y tratar de erradicar el aislamiento al que se ven sometidas sus convecinas. A través de los personajes que orbitan en torno a Pura, también nos asomamos a las realidades de una inmigrante cubana en el barrio —Beta—, de una niña que crece y se queda anclada en él —Elena— y de quien huye en busca de otras oportunidades —Sofía—. Todas juntas se enfrentarán a una concejala déspota e hipócrita para sacar adelante un proyecto que permita la instalación de ascensores en los edificios del barrio de La Florida.
La obra es una llamada de atención a una sociedad que ha perdido el sentido de comunidad vecinal, algo que en los barrios aún se atesora de forma extraordinaria y que en el centro de la ciudad se pierde día tras día, por la prisa, las pantallas y el egoísmo. Otros rasgos centrales de la pieza son la geografía y las costumbres alicantinas, en las que el público se reconoce, al adentrarse en la cotidianidad de estas mujeres, cuyas realidades resultan muy familiares.

- Una boutique en La Florida -
- FOTO: Mercedes González
La crítica social contra la marginación de los barrios periféricos brota de un texto que destaca por su comicidad y que, con un tono tan hiriente como gracioso, constantemente despertó sonrisas cómplices entre el público asistente. Al entrañable texto de Sanguino, se suman las cercanas interpretaciones de Puri Moya, Elizabeta Domínguez, Elena Candela, Sofía Prieto e Inma Sancho. Las cinco actrices llevan a cabo unas actuaciones emocionantes y divertidas, que, sin opacar ninguna de sus individuales señas de identidad, brillan especialmente de forma conjunta, en correspondencia con el tono coral que marca toda la obra.
La dirección de estas intérpretes también corre a cargo de Paco Sanguino, que, consciente de la fuerza de las historias de estas mujeres, opta por desnudar la escena de cualquier elemento que aleje al público de ellas. En esta clase de decisiones, también se encuentra la firma del actor alicantino Manuel Ochoa, como ayudante de dirección. Asimismo, el diseño de vestuario, realizado por Sisi Álvarez y Puri Moya, se ajusta a la personalidad de cada una de las mujeres que desfilan por el escenario como si de nuestras calles se tratara.
En definitiva, la nueva producción de El Club de la Serpiente se define por una puesta en escena sencilla, pero portadora de un mensaje significativo y necesario en estos tiempos: el valor de la comunidad por encima de la individualidad. Ya nos lo enseña Pura cuando renuncia a una carrera en la alta costura porque "esas vecinas no necesitaban una boutique, lo que necesitaban era botones, cremalleras, hilo, agujas…" y ascensores.