ALICANTE. La Plaza de Toros de Alicante se afianza, definitivamente, como espacio de referencia para la celebración de conciertos y espectáculos públicos. Esa es, al menos, la intención con la que trabaja el equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), a través del nuevo concurso convocado para conceder su explotación en régimen de arrendamiento toda vez que, entre las bases de esa licitación, se incluye como exigencia la oferta de un mínimo de diez eventos no vinculados con la tauromaquia a desarrollar en la programación anual del coso. 

Se trata de un requisito que amplía las condiciones establecidas en el concurso precedente, convocado en 2020. Entonces, se estipuló que la empresa interesada en asumir la gestión del edificio de titularidad municipal debía ofertar al menos seis espectáculos no taurinos al año. Ese objetivo habría quedado satisfecho con creces durante la prestación del contrato actual, que permanecerá vigente hasta el próximo mes de abril. La actual concesionaria, Eventos Mare Nostrum, ha venido ofreciendo actuaciones musicales a través de ciclos como la Plaza en Vivo o Goldest Legends que, en esencia, se han concentrado entre los meses de primavera y verano con más de seis actuaciones. 

De ahí que se haya optado por reforzar esas posibilidades elevando el listón para requerir la organización de cuatro espectáculos anuales más. Ese requisito llega, además, en un contexto en el que se pretende potenciar el edificio del coso como uno de los polos culturales de un eje que se completaría con el Auditorio Provincial de la Diputación (Adda) y con el futuro museo internacional a desarrollar en el edificio de la Casa de Misericordia, en el complejo de Las Cigarreras, como pilar fundamental del proyecto 'Alicante Nuevo Centro' anunciado por el alcalde, Luis Barcala, en el transcurso del debate sobre el estado de Alicante. 

La apuesta por el refuerzo del coso como edificio polivalente coincide, igualmente, con la advertencia respecto a la provisionalidad del recinto privado de Rabasa, conocido como Multiespacio Rabasa, sobre el que la Concejalía de Urbanismo acaba de subrayar las condiciones restrictivas que rigen para poder conceder autorizaciones temporales para la celebración de conciertos, tras el estudio de las condiciones individuales de cada evento. En concreto, se aboga por permitir únicamente el desarrollo de eventos en los que quede acreditada la previsión de una afluencia de asistentes "lo suficientemente numerosa para justificar su celebración en el Multiespacio Rabasa, en lugar de en otros recintos de menor capacidad que ya cuentan con una concesión pública para el desarrollo de esta actividad", como sería el caso de la Plaza de Toros. Por lo pronto, el edificio del coso dispone de un aforo de 11.000 personas, con lo que podría convertirse en la primera alternativa para albergar cualquier actuación capaz de congregar a esa cifra máxima.

Contrato por hasta tres años

Al margen de la exigencia sobre el número de espectáculos no taurinos, el análisis del pliego de condiciones del concurso sobre la Plaza de Toros también permite concretar que la duración del contrato de gestión no quedará limitada a solo un año de duración, como había trascendido hasta ahora. Ese es, en realidad, el tiempo de vigencia inicial, sobre el que se contempla la posibilidad de la concesión de hasta dos prórrogas adicionales de un año cada una. O lo que es lo mismo: el futuro concesionario podría retener la explotación del edificio por un máximo de tres años; uno menos de la duración prevista en la licitación precedente (que quedó sujeta a prórroga por el tiempo en el que se suspendió su actividad con motivo de las restricciones sanitarias acordadas durante la crisis del coronavirus).

Con ello, el ayuntamiento se reservaría la posibilidad de no alargar la concesión más allá de periodos de un año de duración en el supuesto de que se pretenda promover la remodelación integral del edificio, que volvió a anunciarse, igualmente, en el marco del proyecto 'Alicante Nuevo Centro', en el momento en el que se pueda contar con la financiación necesaria para promover esas obras. Por el momento, eso sí, esa remodelación no incluiría la posibilidad de impulsar la cobertura del edificio mediante un sistema retráctil, como se había llegado a plantear durante el pasado mandato, con el fin de posibilitar su uso durante todo el año, sin quedar sujeto a la variabilidad de las condiciones meteorológicas.

En cuanto el importe del canon que el adjudicatario deberá abonar al Ayuntamiento por el uso de la plaza, el pliego señala que deberá ascender a un mínimo del 4,00% sobre los ingresos brutos de taquilla (IVA excluido) que el arrendatario perciba de cada espectáculo taurino que promueva, tanto de los obligatorios (un mínimo de cuatro corridas de toros, un festejo de rejones y una novillada picada durante la Feria de Fogueres) como de los opcionales (cuantos se proponga, siempre que no interfieran en los obligatorios). En el caso de los conciertos y actuaciones musicales, se establece un canon fijo de 3.000 euros por cada actuación (en el contrato precedente era de 5.000), admitiéndose propuestas al alza.

Y lo mismo sucede en el caso de la cantidad a ingresar por las arcas municipales en el caso de los eventos no musicales ni taurinos, para los que se establece una cuantía mínima de 1.500 euros. Además, también se establece que el ayuntamiento ingresará un 10% de la recaudación bruta obtenida por las visitas guiadas al edificio y al museo taurino. En esta línea, se plantea un presupuesto mínimo de licitación de 293.715,23 euros por un año de duración inicial.