ALICANTE. Si hay un lugar icónico de Alicante es el paseo de la Explanada, construido durante la primera mitad del siglo XX por el alcalde Agatángelo Soler. Ese diseño de mosaico con más de seis millones y medio de teselas que dibujan enormes olas de colores rojo, azul y blanco es tremendamente representativo. Pasear por él es un deleite y sentarse en sus sillas para contemplar escenas costumbristas de la ciudad es otro 'placer culpable'. Algo a lo que solía jugar el alicantino Álex Amorós, residente en Londres, en sus visitas entre 2016 y 2019, etapa en que fotografió con su curioso objetivo sociológico algunas de esas estampas.
Las sillas de la Explanada siempre han llamado su atención. “Cuando tomas asiento, se congela el tiempo y se aprecia el carácter mediterráneo de nuestra ciudad. En ellas conviven y habitan multitud de historias. Representan a nuestro pasado sin descartar el presente y el futuro", afirma el fotógrafo, que ha reunido en Las sillas de la Explanada una selección de imágenes que se expondrán del 10 de noviembre al 5 de diciembre en la sala Tabarca de La Lonja del Pescado”.
“El principal objetivo de este proyecto era mostrar un lugar entrañable y familiar para muchos de nosotros, porque varias generaciones de alicantinos y visitantes han pasado y charlado durante algún momento de su vida en un lugar tan emblemático y a la vez casero”, destaca el artista, cuyo primer gran proyecto a nivel fotográfico fue Londoners, un proyecto similar centrado en la ciudad inglesa que versaba sobre la incomunicación de las grandes urbes, la velocidad, la falta de tiempo para dedicar una conversación con los demás y la distancia con los seres humanos.
Alicante, claro está, es otro mundo. Por eso este nuevo proyecto comenzó con un objetivo totalmente diferente y Las sillas de la Explanada no es la versión 'alicantiners' de su serie Londoners. El eje de esta nueva acción era mostrar, mediante la congelación del tiempo, la conversación, la escucha y la conexión con los sujetos que forman parte de las escenas, así como la ejecución del retrato a través del entorno y la persona. “En unos tiempos en los que la celeridad, la falta atención y la robotización de la especie está a la orden del día, apreciable de manera clara en las grandes urbes, este proyecto nace para mostrar la vida en ciudades medianas, donde todavía se conserva algo más de calma y comunicación”, explica Amorós.
Sin embargo, como consecuencia de la pandemia el proyecto se paralizó en 2020, aunque eso también le ha dado la oportunidad de mostrar cómo era la vida precovid para comparar las diferencias con el ahora. Pero este proyecto también es su pequeño homenaje a los mayores, que suelen ser los habituales usuarios de esas emblemáticas sillas. “Mi humilde aportación pretende hacerlo a través de un lugar tan significativo como la Explanada, y mediante algo tan vinculable como son sus históricas sillas y nuestros mayores, que lamentablemente han sido los más perjudicados por este tornado que nos ha azotado durante este año y medio”.
“Multitud de anécdotas y buenos momentos me han rodeado durante esta travesía”, destaca sobre ese proceso. “La foto que a nivel personal simboliza este proyecto es la de mi tía abuela Lolín Vives que, el día de Navidad de 2019, me acompañó haciendo un esfuerzo para ser retratada en, quizá, su último paseo a pie de motu proprio”, confiesa. Una fotografía que el alicantino ha escogido como imagen del cartel de la muestra.
Alex Amorós ha trabajado en diferentes proyectos fotográficos y audiovisuales, primando su labor en lo documental y musical. Ha publicado diferentes fotolibros, destacando sobre todo 40 Music Venues, un proyecto de salas de música londinenses cerradas durante la pandemia, que fue destacado en la BBC británica y el medio de culto musical NME, así como Londoners, la serie de retratos de extraños en las calles de la ciudad inglesa que fue expuesta en varios países durante 2019. Una de sus últimas exposiciones fue presentada por la Asociación de Fotógrafos Profesionales del Reino Unido. A principios de 2022 formará parte de la muestra colectiva Life Under Lockdown, que hace referencia a la pandemia en el municipio de Hackney, habiendo sido seleccionada una de sus fotos cómo imagen principal de la misma. Varios de sus proyectos forman parte de la prestigiosa Fundación Martin Parr de Bristol y de la emblemática sala The Photographers Gallery de Londres.
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