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el alicantino álex amorós fotografía a partidarios y detractores en su parlamento

'In or out': coincidencias y discrepancias de una sociedad británica dividida por el brexit

4/04/2020 - 

ALICANTE. El fotógrafo alicantino Álex Amorós, que reside en Londres, está llevando a cabo un experimento sociológico para el que ya ha realizado un conjunto de retratos de ciudadanos londinenses que pasaban por el metro, pero ahora está preparando la segunda parte de este proyecto. Otra gran colección de retratos de personas anónimas, pero esta vez realizados en La Explanada de Alicante. En este significativo enclave, una de las zonas más concurridas de la ciudad, pretende extraer una buena muestra de la sociedad alicantina que le sirva para comparar las similitudes y diferencias entre una gran capital y una ciudad mediana como es Alicante, su tierra. 

Mientras eso pasa y sigue tomando dichas imágenes en sus esporádicos viajes de vuelta a casa, lo que ha sí ha podido hacer el fotógrafo en Inglaterra es otra comparativa, quien sabe si odiosa. La de una sociedad dividida por un brexit que no acaba de llegar nunca. De hecho, la crisis desatada por el coronavirus vuelve a complicarle las cosas tanto al gobierno británico como a la Unión Europea para gestionar un proceso de transición que no se sabe si al final será duro o será blando. "El proyecto ha consistido en fotografiar tanto a partidarios como a detractores para plasmar esa dualidad que se vivía entre las familias y en la sociedad británica en definitiva", explica el autor. 

En este foto-libro el artista alicantino plasma las dos caras de la moneda. Esas dos partes de Gran Bretaña dividida por la votación que les ha llevado a separarse de sus hermanos europeos. De esta forma, el proyecto muestra a las personas que defendieron y expresaron sus ideas a las puertas del parlamento. "Lo más curioso es que, defendiendo ideas totalmente opuestas, son muy parecidos en cuanto a su actitud, e incluso físicamente", afirma el fotógrafo. "Hubo un momento confuso en el que la gente llegó a pensar que no habría brexit, porque no había claridad, pero al final no fue así", recuerda. 

En el momento de los periodos de extensión o moratoria fue cuando más se llegó a pensar eso. "Pero no hubo claridad por parte de la oposición para abanderar esa resistencia y eso hizo que se diluyera", comenta. Se llegó a plantear en la sociedad la posibilidad de un segundo referendum, lo que avivó las movilizaciones. Sin embargo, quienes se acercaban hasta las puertas del parlamento británico para dar su opinión eran, en ambos casos, la gente más mayor. "Lo cierto es que aunque se estaba decidiendo sobre algo que a quien más va a condicionar es a la gente más joven, allí quien iba a manifestarse era la gente mayor, tanto en un lado como en el otro", explica Amorós. 

Se optó finalmente por la salida, pero aun está todo en el aire. Y aunque el libro sigue una cronología perfecta de los hechos hasta ese momento, lo cierto es que la portada ilustra directamente el final. Sin miedo al spoiler, porque todos conocemos el resultado. En esa imagen aparece un inglés encerrado en algo tan indentificativo e identitario como es una sus cabinas telefónicas, envuelto en su bandera y aguantando el chaparrón que está cayendo precisamente en los minutos previos a las 00:00 del último día en que Gran Bretaña formó parte de la Unión Europea. Durante esa cuenta atrás que el resto de europeos le dedicaron desde Bruselas. 

"Fue curioso vivir en primera persona lo que allí estaba ocurriendo y fue gratificante tener la información de primera mano", afirma Amorós. Se palpaba una sociedad partida en dos y sintió la necesidad de plasmarlo en imágenes. "Yo lo que hice fue involucrarme, pero sin dar mi opinión, porque mi obligación es solo plasmar lo que está ocurriendo", explica. En su opinión, los mayores votaron por la salida mientras la gente joven votó por permanecer, mayoritariamente. Sin embargo, cuenta cómo percibió que este debate, en un país latino, habría sido diferente. "A pesar de estar divididos, simplemente confrontaban su opinión, mientras que un país como España habría causado otro tipo de enfrentamientos", afirma.

"No había grandes altercados, sino que daban sus opiniones y hablaban", recuerda, aunque tampoco generaliza. "Esto sucedió en Londres, pero quizá en otra zona rural se vivía de otra manera", apunta. Esas situaciones, cuando acudía un parlamentario a hablar con los asistentes, eran momentos emocionantes en los que se intensificaban las protestas y se caldeaba el ambiente. Aun así, en lo estético se mantenía la igualdad. "Si ves las fotos, de un lado y de otro, hay muchas similitudes; eso es fundamentalmente lo que iba buscando", explica. "Una persona con un gorro y defendiendo una idea frente a otra persona con un gorro defendiendo lo contrario".

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