ALICANTE. Eliminar de manera eficiente los conocidos como microplásticos (partículas inferiores a 5 mm) y nanoplásticos (inferiores a 1 µm) de las aguas residuales y sus lodos para que puedan ser reutilizadas en entornos urbanos y agrícolas es uno de los retos para aprovechar de manera óptima este recurso. Y es que las tecnologías actuales que emplean las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) todavía no están preparadas para eliminarlos completamente durante los procesos de tratamiento.
Para capturar los micro y nanoplásticos (MNP) de las aguas residuales, Aimplas, Instituto Tecnológico del Plástico, está desarrollando unas novedosas tecnologías de depuración con membranas de ultrafiltración combinada con procesos de digestión anaerobia a escala piloto con una eficiencia esperada superior al 99%, en el marco del proyecto Prevenplast, financiado por la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI).
En este proyecto también se está desarrollando una metodología estandarizada de análisis cualitativo y cuantitativo para la detección, identificación y cuantificación de estas partículas. Permitirá estudiar la eficacia de las tecnologías de tratamiento propuestas y hará posible el desarrollo de una guía de buenas prácticas que ayudará a las industrias prevenir la generación de estos materiales y su liberación al medioambiente.
La Unión Europea cuenta con unas 5300 EDAR, por lo que los resultados obtenidos en el proyecto Preveplast en palabras de Juan Francisco Ferrer, investigador del laboratorio de Caracterización de Aimplas, "supondrán una solución avanzada para la eliminación de micro y nanoplásticos en los efluentes industriales, ya que actualmente no existe ningún sistema de estas características, basado en tecnología de biorreactores anaerobios de membrana (AnMBR), instalado en Europa. Además, facilitará a las empresas la implantación de medidas preventivas en sus procesos industriales y les permitirá anticiparse a futuras restricciones legales".
En concreto, Aimplas está evaluando, en una EDAR con muestras de aguas residuales y lodos y en una planta piloto de transformación de plástico, tanto la presencia de micro-nanoplásticos en diferentes puntos de los procesos implicados y la capacidad de minimizar su generación, como su recuperación a través de las tecnologías de membranas de ultrafiltración de fibra hueca y digestión anaerobia. Del mismo modo, está analizando la eficiencia y estabilidad a largo plazo de estas nuevas herramientas desde el punto de vista técnico, económico y ambiental para su optimización.
La solución propuesta tendrá un gran impacto económico en diversos sectores, como el de tratamiento de aguas residuales y el de transformación de plásticos, entre otros, e impulsará acuerdos multisectoriales. Así, Aimplas trabaja en este proyecto con la colaboración de la empresa Global Omnium, el Grupo de Investigación Calagua de la Universitat de València (UV) y el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de Universitat Politècnica de València (UPV).
Otra de las iniciativas de economía circular en las que trabaja Aimplas es Bioreact, centrada en el reciclado de residuos con base polimérica de almidón, como son las bolsas o los acolchados empleados en agricultura. Actualmente no existe un método específico para su reciclado y tienen como destino final tras su vida útil el compostaje o la biodegradación en suelos. Gracias a este proyecto, en el que colabora con la Universitat de València (UV), PICDA y Viromii, serán valorizados y transformados en un producto de alto valor añadido como es el ácido láctico, que puede emplearse para la producción de ácido poliláctico (PLA), uno de los bioplásticos con mayor demanda y escasez actual de producción.
Asimismo, junto con el Laboratorio de Contaminación de Alimentos (COAL) de la Universitat de València (UV) e ITC Packaging, el Instituto Tecnológico del Plástico investiga en el marco del proyecto ReusePHB para diseñar unos innovadores envases reutilizables a base de polihidroxibutirato (PHB), seguros en cuanto a aptitud alimentaria y compostables. Se trata de unos envases totalmente novedosos, ya que actualmente no hay opciones basadas en estos biopolímeros en el mercado, pues las alternativas existentes son a base de ácido poliláctico.
También para mejorar la gestión de residuos e impulsar una edificación sostenible para construir unos entornos más habitables, Aimplas está creando una solución que convierte los colchones fuera de uso (CFU) en materia prima para aplicaciones de construcción, como son los paneles para revestimiento de paredes y suelos que presentan propiedades de aislamiento térmico y acústico. Y es que se estima que solo en la Comunidad Valenciana se generan alrededor de 300 000 CFU al año y gran parte de ellos acaba en vertederos. Así, mediante el proyecto Oracle, en colaboración con la Universitat Politècnica de València (UPV), Delax, Girsa y Recipur Eco, se trabaja para eliminar las barreras al reciclado de estos objetos tan comunes.
Estos proyectos han sido financiados en el marco del Programa de ayudas con la cofinanciación de los fondos Feder de la UE, dentro del Programa Operativo Feder de la Comunitat Valenciana 2014-2020, convocadas por la Resolución de 14 de enero de 2021, del vicepresidente ejecutivo de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), y dirigidas al fortalecimiento y desarrollo del Sistema Valenciano de Innovación para la mejora del modelo productivo para los ejercicios 2021 a 2023.