ELCHE. La Fundación Salud Infantil (FSI), la Universidad Nebrija y la Fundación García Peralta han puesto en marcha la Cátedra de Investigación Nebrija–Fundación Salud Infantil–Fundación García Peralta, una alianza estratégica con una duración inicial de cinco años, orientada a promover investigación científica aplicada y con transferencia real a la práctica profesional.
La cátedra, liderada por la Fundación Salud Infantil, nace con el objetivo de generar conocimiento riguroso en el ámbito del neurodesarrollo infantil y transformarlo en mejoras concretas en la evaluación, la intervención y la calidad de vida de los niños y sus familias. Esta iniciativa refuerza el compromiso conjunto de las tres entidades con una ciencia útil, conectada con las necesidades reales de la sociedad.
La actividad investigadora se desarrollará en el Centro Provincial de Investigación de la Fundación Salud Infantil, un espacio concebido para integrar investigación, innovación y práctica clínica. El primer gran proyecto de la cátedra se centrará en el análisis del comportamiento en niños con graves dificultades de comunicación, utilizando tecnología de eye-tracking como herramienta principal.
El objetivo de este proyecto es comprender de forma más precisa cómo interactúan estos niños con su entorno, cómo procesan la información y qué patrones de comportamiento muestran, para poder diseñar programas de intervención y proyectos de trabajo más ajustados a sus necesidades reales. El uso de tecnología avanzada permitirá acceder a indicadores objetivos del comportamiento, especialmente relevantes en población con grandes barreras comunicativas.
Con esta cátedra, la Fundación Salud Infantil, la Universidad Nebrija y la Fundación García Peralta consolidan una colaboración estable que apuesta por la investigación interdisciplinar, la innovación tecnológica y la transferencia del conocimiento a los contextos clínicos y educativos.
La creación de esta cátedra supone un paso firme hacia un modelo de investigación comprometido, sostenible y orientado al impacto social, situando al neurodesarrollo infantil y a las personas en el centro de la acción científica.