ALICANTE. La declaración ante la juez de instrucción de cuatro exdirectivos de la plataforma de Expert en Alicante, Suministro de Electrodomésticos SA (Suesa), por falsear supuestamente las cuentas de la empresa (hasta que no hubo más remedio que liquidarla) y por manipular la contabilidad comercial entre la matriz y su filial, congregó ante las puertas de los juzgados de Alicante a un pequeño grupo de afectados por la quiebra. Fundamentalmente, exempleados de Suesa.
Aunque la quiebra dio al traste con los comercios de algunos asociados (muchos de adhirieron a Milar o a otras cadenas locales al aflorar los problemas financieros), los más perjudicados fueron los empleados de la plataforma logística de Las Atalayas, que este miércoles recordaban cómo el cambio de auditor de cuentas hizo estallar la bomba. "Acabábamos de tener una reunión con la dirección para tranquilizarnos y al acabar llegó el nuevo auditor, nos dijo que nos iba a contar cómo estaba de verdad la empresa, y tras describir una situación desoladora dimitió", recordaba uno de ellos, que había sido transportista de Suesa.
"Yo me quedé sin trabajo de la noche a la mañana, entré en Suesa al terminar la mili, sin estudios, y estuve trabajando hasta que me echaron en 2019. Con 52 años, ahora no hay quien me contrate", relataba otro. "He tenido que vender mi casa para poder vivir, me queda un mes de paro y con el subsidio mínimo no me da ni para pagar la hipoteca". Este afectado ha optado por vender su vivienda e irse a vivir de alquiler.
Más suerte tuvo un tercero, que contaba con formación de auxiliar de enfermería y desde que terminó despedido de Suesa ha conseguido recolocarse en la sanidad pública, al integrarse en la bolsa de empleo. "Yo tengo 58 años, pero gracias a Dios estoy pudiendo trabajar y seguir adelante", celebra. Aún así, acudió a la protesta ante las puertas de los juzgados porque, como el resto de afectados que se han unido a su plataforma, considera que los acusados son responsables de hacer quebrar una empresa que era rentable por primar otros criterios sobre la rentabilidad económica.
No acudió a la protesta uno de los principales impulsores de la denuncia contra los exdirectivos, un exsocio de Suesa con una tienda de electrodomésticos en la Vega Baja. "Iba a venir, pero al final no ha podido", explican. El inconformismo y la tenacidad de este empresario, apoyado por otros socios, es lo que obligó a la dirección a reformular sus cuentas de 2018 y 2019 y admitir que Suesa estaba en quiebra. Y, a partir de ahí, comenzó el trabajo policial que cristalizaba en la declaración de este miércoles. "No me acerco a ellos porque no se lo que podría pasar", asegura otro mientras ve cómo los imputados acceden al edificio.