ELCHE. La firma de calzado Wonders, empresa familiar con décadas de trayectoria en una de las regiones alicantinas con más tradición artesana de la industria, Elche, ha confiado de nuevo en Tomás Amat Estudio de Arquitectura, Pablo Belda + Tomás Amat, para el diseño y proyecto del que ya es su nuevo showroom. Un espacio sobre el que los arquitectos trabajaron hace ahora 20 años, cuando se proyectaron las oficinas del Grupo Danubio, al que pertenece la marca.
El objetivo principal del proyecto, en palabras de Tomás Amat, uno de los socios fundadores del estudio de arquitectura, “no ha sido otro que renovar por completo la imagen de la firma a través de la creación de un showroom más amplio que fuera capaz de transmitir la esencia de la elaboración artesana de calzado, dando al producto el máximo protagonismo, pero sin renunciar por ello a la creación de una imagen de vanguardia”.
Para ello, los arquitectos han decidido rehacer por completo la sala de muestras y adaptarla a la evolución de la propia compañía ampliando el espacio central para ganar metros y apropiarse así de una zona anexa que anteriormente hacía las funciones de “office” y de un antiguo despacho. De esta forma se ha conseguido ampliar la superficie total disponible hasta los 110,00 m2 útiles sobre los que gira el planteamiento del nuevo showroom.
Así, comenta Pablo Belda, el otro socio fundador y responsable del proyecto, “el programa de actuación ha resultado sencillo con la única diferencia frente a la sala de muestras anterior, de que debíamos encajar también dentro de él un corner específico que sirviese de modelo para adaptarlo a futuras tiendas”.
De esta manera, el resultado del diseño emerge a través de una distribución del espacio fluida y dinámica, de líneas orgánicas, limpia y pulcra que ofrece una experiencia al comprador, al compás del detalle y calidad del calzado de altas prestaciones que la firma ofrece. Todo ello, proporcionando al cliente, como subraya Amat, “la máxima superficie expositiva posible, sin sobrecargar el perímetro ni la parte central de la sala, dónde aparecen dos pilares exentos que distorsionan la visión continua que hemos buscado de la exposición y que en la propuesta hemos abrazado para integrarlos en el espacio diáfano haciendo retroceder el contorno de las baldas de exposición”.
El espíritu juguetón y divertido también va más allá y se esconde en el fondo y las bases del proyecto. Todo el mobiliario que se ha utilizado para la exposición del producto ha sido diseñado a medida y producido y ejecutado mediante técnicas que provienen del mundo de las fallas.
Se trata, matizan los dos arquitectos socios del estudio, “de módulos de porexpan revestidos de poliester que nos han permitido jugar con esas formas orgánicas de las que venimos hablando a lo largo de todo el proyecto y que además proporcionan la resistencia necesaria para la exposición del producto”. Todo fabricado en taller durante el período de demolición del antiguo showroom y montado en obra en apenas una semana.