ALICANTE. La plataforma de VTC por antonomasia, Uber, comenzará a operar en Alicante con una veintena de conductores, tal como adelantó en exclusiva este diario el pasado miércoles, pero su intención es crecer progresivamente a medida que los alicantinos conozcan el servicio y éste se consolide. De hecho, la plataforma ha dado los primeros pasos para contar con estructura en la provincia, donde comenzará a operar a mediados de febrero en las ciudades de Alicante y Elche, con la previsión de poder quintuplicar el número de vehículos.
Así, según ha podido saber este diario, la empresa está buscando espacios para alrededor de un centenar de vehículos, cinco veces más que los conductores con los que prevé iniciar el servicio en la capital alicantina a mediados del próximo mes. En este sentido, cabe recordar que Uber cuenta tanto con conductores que aportan su propio vehículo (y licencia VTC) como con otros que se suman a su flota. El requisito indispensable en ambos casos es contar con todos los puntos del carné y estar limpio de antecedentes penales; para aportar vehículo propio, este debe ser negro u oscuro, tener cinco puertas, y menos de seis años o 350.000 kilómetros.
Como ha desvelado este diario, la firma está en estos momentos en plena selección de personal a través de entrevistas personales, tras captar solicitudes a través de un portal web de ofertas de empleo. Si no hay contratiempos, los Uber empezarán a circular por la capital alicantina (y también por la ciudad de Elche) en unas dos semanas, un mes después de arrancar el servicio en València. La plataforma de VTC ha decidido extender su presencia a la Comunitat Valenciana, donde ya operaba su homóloga española Cabify, ante la gran demanda potencial en el territorio: 670.000 personas abrieron la aplicación e intentaron viajar con Uber en 2018, según la empresa.
El desembarco de Uber en Alicante y Elche coincide en el tiempo con su decisión, anunciada este mismo jueves de forma oficial, de dejar de operar en la ciudad de Barcelona. Una medida que también ha anunciado Cabify y que se produce después de que la nueva normativa catalana imponga a los VTC un tiempo de espera de 15 minutos para recoger al cliente desde su contratación. Una regulación adoptada tras las medidas de presión del sector del taxi, que ha retomado las protestas del pasado verano, y que las dos principales empresas de VTC ya avanzaron que forzarían su marcha de la Ciudad Condal.
La plataforma tiene intención de empezar a prestar su servicio más popular (y el más básico), UberX, en Alicante y Elche. Este servicio está disponible en València desde hace dos semanas, con una tarifa de 0,1 euros el minuto, con un coste de 1,2 euros por kilómetro y un mínimo de 3,5 euros por viaje. Unas tarifas que la empresa que en España dirige Juan Galiardo defiende que son "un 20% más económicas que el taxi", con la ventaja de que "el usuario sabe de antemano lo que va a pagar". El resto de servicios que ofrece la app en otras localizaciones no estará disponible, por el momento.
En la Comunitat aún no se han producido protestas del colectivo del taxi desde el pasado verano, cuando se unieron a la huelga estatal en plena temporada turística (el último fin de semana de julio), pero se está apoyando las acciones que se llevan a cabo en Madrid. El Consell cierra esta semana el plazo para presentar aportaciones de las asociaciones de taxistas a la futura regulación de las VTC (una vez traspasadas a las autonomías las competencias de Fomento), una normativa que el presidente Ximo Puig defendió esta misma semana que debe ser "un marco de convivencia y regulatorio para los taxis y los vehículos de turismo con conductor en el que todos tengan las mismas oportunidades, derechos y deberes".