El teatro musical valenciano se reivindica: "Entretiene, divierte y cada vez se respeta más"

VALÈNCIA. “El teatro musical está en auge en España. Sigue un código que gusta, entretiene, divierte y cada vez está más respetado por el público”, apunta la directora y creadora Mamen Mengó sobre este género, “se comprende cada vez más como una creación que mezcla todo tipo de disciplinas del teatro textual y le suma otras como cantar y bailar. Hay muy buen nivel actoral y cada vez se hace mejor”. 

Sin embargo… ¿Por qué se sigue señalando como algo "comercial" en el mal sentido de la palabra?, ¿por qué hay fuga de talentos a ciudades como Madrid y Barcelona? Con motivo de analizar parte de esta problemática, Mengó, junto al director y autor Víctor Lucas, conversa con Culturplaza sobre el nivel del teatro musical en València.

Lo hacen desde las entrañas de la Sala Off en la que están en cartel con dos musicales: por una parte, está la obra original Mi avión de papel. Un musical de altos vuelos -hasta el 12 de enero- en la que siete desconocidos que comparten curso se tienen que enfrentar a una clase que cambia su forma de ver la vida. También están sobre las tablas con La llave mágica, una obra en la que se cuenta la historia de Guille, un niño que se adentra en el mundo de los libros de una forma inesperada y que puede verse hasta el 26 de enero. 

Ambos montajes, con música original de Lucas, buscan captar al público infantil y juvenil con una buena historia, un gancho y una moraleja que llega acompañada de unas leves notas de piano: “Queremos que el público pueda divertirse y a la vez aprender algo nuevo. Lo importante en teatro es tener calidad y una historia potente para enganchar a la gente y no es tan relevante el código que utilices”, destaca Lucas.

“Habitualmente se le da menos valor al teatro musical cuando es un tipo de teatro más como otro cualquiera y en el que se busca educar al público de la misma forma”. Trabajando desde sus entrañas, Mengó y Lucas comprenden que el teatro musical se compone de "todos los tipos de teatro" y comprenden a sus actores como los “atletas” del escenario que saben hacer de todo. 

En ambas producciones cuentan con la participación de Pau Vercher quien considera que para formar parte del teatro musical hay que encajar en un perfil “360” y que, en el caso de Mi avión de papel y La llave mágica, tiene que responder ante el público más exigente: jóvenes, padres y niños. “Además de cantar, bailar y actuar, hay que saber interactuar con un público joven, muy exigente al que no hay que infantilizar. Tenemos que saber responder y reaccionar ante ellos mientras intentamos no distraernos de la obra”.

“En este teatro también se pretenden mostrar ciertos valores y hay que dar voz a una historia muy concreta a través de lo musical. Muchas veces al teatro infantil o juvenil se le cuelga esa etiqueta que lo tilda de menos profesional pero hay perfiles con muchísimo talento y personajes muy complejos”, apunta el actor valenciano, quien considera que una de las claves de supervivencia para este tipo de teatro en València es que aumenten las producciones: “En la ciudad cada vez hay más producción musical pero no llegamos al nivel de Madrid o Barcelona. Las producciones en València no suelen durar mucho tiempo en exhibición, mientras que allí les dejan durante cuatro o cinco meses. Tenemos que ser conscientes de que este es un trabajo como cualquier otro y que no hace falta salir de València para ver una buena obra musical”.

Tanto Mengó como Lucas consideran que aunque València está “cada vez mejor” aún no se considera como una de las cunas de musicales de España, pero Mengó sí que cree que tenemos “los mejores creadores” de piezas originales: “Víctor y yo apostamos por la creación de musicales originales y no vamos por la adaptación. Nos gusta crear y disfrutar del teatro musical mientras percibimos a un público que sale contento de ver la obra”. Respecto a la fuga de talentos a ciudades como Madrid y Barcelona, consideran que hay que hacer una apuesta más firme a nivel político por apoyar el teatro musical valenciano original. 

“Hay que educar a la gente para que disfrute de las producciones que se están haciendo aquí que pueden estar a la altura de las producciones que se están haciendo en Madrid”, apunta Lucas, “nos cuesta mucho crear desde nuestra tierra, persistir y empezar a convencer a la gente de que somos unos grandes creadores”. Junto a esta idea consideran que hay que dejar de asociar el concepto de “demasiado comercial” a este tipo de producciones, ya que no por el hecho de generar algo comercial “baja de calidad”.

“No hay que comprender lo comercial como algo negativo. En todos los géneros puede haber un buen teatro textual o mal teatro y en la variedad está el éxito. Las cosas comerciales no pierden calidad siempre y cuando se hagan bien y si eso sirve para programar más y mejor no nos importa la etiqueta”, explica Mengó, quien junto a Lucas considera que en el teatro puede pasar como con todo: “Te puede gustar más o menos, pero todo lo que nazca a través de nosotros estará hecho con respeto y amor a la profesión. Puede ser comercial, mejor o peor, pero calidad tiene”.