El anticlericalismo sigue vivo en una izquierda partidaria de volar cruces erigidas en el franquismo. La cruz es símbolo de paz y reconciliación, lo contrario del odio destilado por Compromís y Podemos.
Templos vacíos, escasez de vocaciones, mínima influencia en la sociedad… La Iglesia católica vive un declive acelerado. En España sus jefecillos, preocupados con no perder el dinero público, se pliegan al poder. Dicen amén a la exhumación de Franco —al que tanto deben— y bendicen las barrabasadas del nacionalismo vasco y catalán