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entrevista a josé maría sánchez, ex juez, letrado y diputado de vox por alicante

"Si el debate sobre la financiación se basa en lo que cada territorio quiere, no es lo mejor para la unidad nacional"

5/01/2020 - 

ALICANTE. Juez en excedencia, catedrático de Derecho Eclesiástico y abogado de despachos internacionales durante unos cuantos años, José María Sánchez estuvo, hasta el pasado mes de agosto, en Luxemburgo, como letrado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. No milita en Vox, pero fue candidato al Congreso de los Diputados en dos ocasiones por la formación de Santiago Abascal hasta que fue elegido el pasado 10N como número dos por Alicante. Aunque no reside en la circunscripción, admite que tiene y ha tenido relación con la provincia: ha veraneado muchos veranos tanto en la capital -donde la familia posee una participación el edificio del actual Hotel Meliá- y en Xàbia. No le molesta que le llamen cunero.

-¿Le ha sorprendido el resultado de Vox el pasado 10N?

-No, no me sorprende.

-¿Qué busca el electorado que ha elegido a Vox?

-Es relativamente sencillo de entender. El electorado que elige Vox en su mayoría lo fue del PP, que está completamente harto del PP. Por muchos motivos, que duran muchos años, pero principalmente por el Gobierno de Rajoy por la crisis catalana. Aquello se concibió como algo incalificable. A mi me cogió en Luxemburgo, pero lo viví con verdadera angustia. No sólo por la gravedad del episodio, sino por la actitud que tomaba Rajoy de absoluta pasividad. Parecía que se consumaba una secesión territorial, y que éste estaba allí tan pancho en la Moncloa. Él no hizo nada hasta muy tarde, y mal. Ese sentimiento mío lo compartieron millones de electores del PP. El episodio catalán fue inolvidable e imperdonable. Pensé entonces que el electorado del PP no lo olvidaría nunca,  que quedaría registrado.

"El episodio catalán fue inolvidable e imperdonable. En el electorado del PP no se olvidará nunca, quedará registrado"

-Desde ese punto de visto que usted describe, Ciudadanos no ha servido, no ha sido útil…

-Ciudadanos no ha servido porque Rivera, pese a que tiene contraídos muchos méritos con España en el pasado, con su oposición al nacionalismo catalán más radical, se lo ha creído en cuanto ha llegado a Madrid y su partido ha explotado. Creyó que iba a ser ministro, presidente del Gobierno y ha perdido un poco el rumbo, fruto de que no era una persona con fundamento, con sustancia. Un chico joven, valiente, que lo hizo bien, pero con poca sustancia y que se dejó llevar por sus propias ilusiones…y eso no es la política. El elector espera que un político haga algo…y éste se ha equivocado. Además, en las últimas elecciones cometió un error de cálculo, demostró escasa inteligencia política: se empeñó en disputarle el terreno del centro derecha al PP y ahí ha salido derrotado.

-¿Cómo ve la legislatura que ahora comienza? ¿Le ve futuro?

-No, será un desastre absoluto en todos los órdenes. Esto nace con fecha de caducidad, va a ser un mandato muy corto, que roza la inmoralidad pública. Es la política concebida como una serie de combinaciones que lo único que pretenden es la conveniencia de un señor. Pero tengo mi interpretación: creo que Pedro Sánchez va a chocar rápidamente con Iglesias, al segundo Consejo de Ministro ya saltarán chispas. Son personas con elementos comunes en sus perfiles y con elementos muy distintos. Son incompatibles y me da la impresión de se van a detestar en muy poco tiempo. Segundo problema. El pacto con Podemos ya nace con muchas críticas y va a abocar a la economía española de abierta recesión. La prensa, casi toda la prensa, va a decir que vamos hacia el desastre y en seis o siete meses, Europa también tocará la campanilla. En pocos meses, habrá un estado de opinión creado por la prensa contrario al Gobierno por razones extra ideológicas, y eso no lo aguanta mucho un gobierno.  

"En pocos meses, habrá un estado de opinión creado por la prensa contrario al Gobierno por razones extra ideológicas, y eso no lo aguanta mucho un gobierno"  

Entonces, Pedro Sánchez se le abrirá una posibilidad: arrogarse el voto de Podemos y recuperar parte de los cinco millones de votos que perdió. Dirá que la culpa es de Podemos y que se los tiene que quitar de encima. Y ahí caben dos posibilidades: que convoque elecciones y trate de recuperar algo del electorado de Podemos. O, la otra posibilidad, es estar esperando al PP, la gran coalición. Si Pedro Sánchez hace las cosas con un sentido de la estrategia, él se alía con Podemos, primero; se carga a Podemos en cuanto a pueda, segundo, y después, o busca el apoyo del PP, o convoca elecciones para volver a solicitar los votos de Podemos. Si busca el apoyo del PP, el electorado del PSOE le premiará, y parte del PP también estará conforme porque se habrán creído el cuento de la estabilidad, el desbloqueo y estas cosas.

-Y no ve más factible, el efecto contrario, una alianza entre PP y Vox…

-No dan los votos.

-¿Y en un futuro?

-Debería cambiar la composición del Congreso. En el futuro, indudablemente. Vox no tiene en estos momentos ninguna afinidad con el PP, pero tampoco tiene ninguna incompatibilidad en cuestiones esenciales. Lo que yo he dicho del PP, lo piensan muchos electores. Vemos al PP como un partido degenerado en todos los sentidos, también en el moral, porque es un partido de una corrupción terrible, tanto como el PSOE.

-Pero qué les separa más del PP, ¿los temas sociales e ideológicos, como las leyes de violencia de género o de libertad sexual, o el pasado de Rajoy?

-En origen, el largo episodio catalán es muy determinante del deterioro o hundimiento electoral del PP. No hay que olvidar que Rajoy pierde en 2015 cuatro millones de votos, que van esencialmente a Ciudadanos y qué en elecciones sucesivas, una parte va a Vox. Después, Vox ya ha volado por sí mismo. Ahí hay una diferencia infranqueable, salvo que ahora el PP, como dice Casado, que ahora va a cambiar. ¿Quién nos dice que las cosas van a cambiar si actuó de esta manera en el pasado? Pero, ¿quién es Casado? Casado es un sujeto inédito, que no ha trabajado nunca y que ha acabado la carrera con graves dificultades, a golpe de llamadas… ¿Es posible que un señor con ese currículum les diga que les va a gobernar? Es una cosa de chiste.

En las políticas legislativas, que yo llamaría políticas disolventes, son las que minan una moral tradicional, … y eso al votante de Vox no le gustan, ni tampoco a algún votante del PP. Y en eso, al PP ya lo vemos, es muy tibio, se lava las manos.

-¿Vox es un voto de extrema derecha, o dónde se refugia el cabreo?

-Si a cabreo lo llamamos el hartazgo al PP, pues llamémosle cabreo. Me da igual, pero no es la palabra que utilizaría. Hay una parte del electorado de Vox, la mayoritaria, que procede del PP, que, con el episodio catalán, dice que hasta aquí hemos llegado. Y por eso Vox concita ese apoyo.

¿Extrema derecha? No lo sé. ¿Hay un contenido ideológico en Vox que se pueda calificar de extrema derecha? A mi juicio, no. Vox es defensor del orden constitucional. Con eso, ya se acaba esta historia. Hay que observar y respetar la Constitución, y en esa medida, hablar de extrema derecha como una fuerza anticonstitucional, pues no. Que haya personas en Vox de extrema derecha, es posible, como también hay viejos comunistas en el PSOE.

-¿El apoyo a la Constitución significa un respeto al Estado de las Autonomías?

-No, siempre se ha considerado un error. Ya lo digo Fraga, que ya advirtió de peligro del título VIII de la Constitución. El título VIII no resuelve ningún problema, es un problema en sí. El tiempo le ha dado la razón a Fraga. Hubo un tiempo que las aguas se remansaron, pero al final el problema ha estallado. El título VIII introduce un mecanismo de contradicción de la Constitución: habla, por una parte, de unas competencias que son exclusivas del Estado, pero que se pueden transferir por una ley orgánica, que es una ley inferior y que puede reformar la Constitución sin el procedimiento formal establecido para ello. Esto es una chapuza. Ese bodrio explica lo nutridas que están las comunidades autónomas. Y hay que recordar que en 1978 ya se tenía constancia de proceso federalizante, interno y externo que vivía España: se sabía que se iba a ceder soberanía a Europa, y competencias estatales a las CCAA. Pero nadie lo pensó.

-A su modo de ver, ¿cuál debería ser la relación entre el Estado y las CCAA?

- Creo que el título VIII de la Constitución, en su conjunto, es un error: el estado de las autonomías como tal es un error, y debe ser reformado. Esto no significa negar un grado de autonomía a algunas regiones españolas, que todos sabemos cuáles son. Una cierta autonomía puede tener, pero no tal y como está concebida en la Constitución, en mi entendimiento. Vox considera que eso hay que reformarlo. Ahora bien, de la reforma no debe surgir la idea que nadie tenga ninguna autonomía. Eso no es así. Pero hay varios modelos. Lo que es un disparate es que haya autonomía donde no había voluntad popular de ser autónoma.

"Lo que es un disparate es que haya autonomía donde no había voluntad popular de ser zona autónoma"

-¿Lo dice por León?

-Lo digo por todo. Hay que recordar que Segovia votó en el año 78 la autonomía uniprovincial. Almería también se opuso a la vía rápida de la autonomía de Andalucía. Se ha creado artificialmente unos sentimientos, que siguen sin existir, pero existen clientelas políticas.

-¿Qué le parece que haya comunidades autónomas que reclaman una mejor financiación autonómica?

-Esto, desde el punto de vista técnico, es una cosa muy difícil. Muy difícil, y quien dice lo contrario, no dice la verdad. Segundo, políticamente, es muy peligroso. Porque si el debate sobre la financiación se basa en lo que cada territorio dice y quiere, es evidente que eso no es lo mejor para la unidad nacional. Se pone en manos de un dirigente autonómico el argumento de que un territorio debe recibir en función de su aportación o contribución. Entonces, desde ese punto de vista, ¿qué es España? ¿Un conjunto de territorios? Entonces habría unos constantes ajustes económicos en función de quién contribuye más…Esto no sería una nación, sería una entidad mercantil, en el que se reparten los dividendos los socios. Abrir ese debate es muy poco respetuoso con la integridad nacional, muy poco porque al final se permite que todo se decida o ventile en términos económicos, y eso no es una nación. Una nación no es una sociedad mercantil.

"Abrir el debate de la financiación es muy poco respetuoso con la integridad nacional porque al final se permite que todo se decida o ventile en términos económicos"

-Pero se justifica porque hay una prestación de servicios públicos que tienen un coste y que las CCAA asumen…

-Y pueden tener razón. Pero, ¿y qué pasa si en León tiene unas necesidades superiores? Esta idea que yo llamo de unidad de unidad nacional, en términos cursis actuales, es lo que se llama la solidaridad. Otro error. Esto no es una cuestión de solidaridad; es más que una cuestión de solidaridad porque la solidaridad es una aportación voluntaria. Estos es un error porque si somos españoles no podemos estar en constante discusión de si lo somos o no lo somos. Por tanto, no somos solidarios a la fuerza; estamos obligados a mirar por el bien de todos. Por eso digo que ese tipo de debate tiene mucho tipo de peligro. La solidaridad es voluntaria y si la relación entre Cataluña y España es la voluntad, estamos mal porque si la voluntad es separarse...

-Imagínese, que, a usted, en una reunión con empresarios le reclaman la necesidad de que Alicante tenga más financiación ¿qué les diría?

-Esto es una cuestión práctica, circunstanciada. Por ejemplo, si me dicen que hay esta carretera con un estado muy deplorable y hay que reformarla, pues sí…esto habrá que atenderlo. Eso es algo normal, es una cuestión de administración. Eso es como una comunidad de propiedad horizontal. Estas son cuestiones de elemental sentido de la administración. Ya lo sé que Alicante tiene muchas cosas pendientes, que reclama, y en gran parte con motivo. En gran parte. Pero todo lo se reclame y que se reduzca aun razonamiento económico, es, a mi juicio, antinacional. La existencia de las naciones no es una cuestión económica. Si no que se lo pregunten a los nacionalistas…que hablan tanto de la lengua y de la cultura. Plantearlo todo en términos económicos no es posible, al menos, en la idea de la que yo parto, de que España es una nación, única.

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