ELCHE. Si no fuera porque otras ciudades vecinas —sin ir más lejos Alicante— aún no tienen claro qué pasará el sábado, se podría decir que lo de Elche con el PSOE y Compromís fue un pacto in extremis. Aunque al final se impusiera la luz verde con un principio de acuerdo en la jornada del jueves, hasta esa misma mañana aún no había nada del todo claro con respecto a qué iba a pasar en la investidura del sábado. Una vez cerrado el pacto en la jornada del miércoles, es decir, Sostenibilidad —Medio Ambiente, Eficiencia Energética, Medio Rural y Movilidad— y Comercio para Compromís, estos últimos tensaron más la cuerda para pedir Turismo. Algo que casi fagocita las negociaciones, ya que los socialistas no vieron serio que se exigiera dicha concejalía después de haber cerrado el acuerdo.
Sin embargo, la noche del miércoles, el PSOE envió una oferta a Compromís con tintes de ultimátum, o eso o nada. El jueves por la mañana con contactos informales y algo de inquietud en el ambiente, finalmente la coalición de Mireia Mollà aceptó el trato, dado que los socialistas estaban dispuestos a ir solos a la investidura del sábado —conscientes de que en segunda vuelta saldrían por tener la mayoría de votos—. Un trato que se refrendó por la tarde en sendas asambleas de los partidos. Compromís obtendría el 'pack verde' con Medio Rural —que podrán encajar en dicho pack o en Comercio— y una tercera tenencia de alcaldía. Un pacto aceptable teniendo en cuenta que la correlación de fuerzas les deja muy atrás con respecto a los socialistas.
Eso sí, por el camino quedan áreas como Turismo —asumida por el PSOE—, Comunicación, Transparencia o Participación, que habían generado malestar por tener la responsabilidad compartida con sus consecuentes choques, o que por parte del partido del puño y la rosa se entienden como áreas transversales, sin el suficiente rango como para tener una concejalía. A eso hay que sumarle que dentro de Sostenibilidad, Compromís ha tenido que ceder el área de Aguas, otra puntilla de la correlación de fuerzas. Así pues, el PSOE se sale con la suya, como era de prever, ya que tiene una mayoría clara, evitando ahora competencias difusas o compartidas que han sido fruto de erosión en la pasada legislatura, y recuperando áreas en las que estaban disconformes con la gestión.
Otro de los puntos de fricción, aunque no como concejalía, sino como área, había sido la de la elección de los alcaldes pedáneos, una de las cuestiones que más ampollas han levantado a colación del amago segregacionista de El Altet. Compromís ha tenido que pasar por el aro otra vez, porque ellos preferían una consulta popular, lo que supone "una mayor democracia", como defiende la aún portavoz Mireia Mollà —con pie y medio en la Conselleria de Medio Ambiente porque en Iniciativa no tienen mucho perfil femenino de primera línea donde elegir—, mientras que Ramón Abad, portavoz de la comisión negociadora socialista, defiende que se elijan por designación del alcalde, "como dice la ley".
Dentro de Comercio habrá que ver qué márgenes de maniobra tiene la coalición verde, ya que aunque apenas les han quedado concejalías con ámbitos compartidos, esta puede ser una de ellas, ya que solía estar en Promoción Económica —cuya parte de trabajo, economía o emprendimiento sigue en el PSOE—, lo que podría suponer más choques por la gestión. Aunque son sólo conjeturas. Lo que parece más viable es que jueguen la carta de aplicar el Edacom y ponerlo en práctica durante estos cuatro años. También queda pendiente cómo funcionará la teórica concejalía 2030 para la Capitalidad Verde Europea que Carlos González quiere crear para su futuro Ejecutivo, del que se espera un organigrama diferente. Una cartera pues, que por lógica podría caer en Compromís en Sostenibilidad, y de la que habrá que ver cómo quedan las competencias si se crea finalmente, aunque la pedrea ya ha tenido lugar. Sería otra de esas competencias compartidas y descoordinadas que han creado problemas estos cuatro años.
En cualquier caso, ambas formaciones están contentas con el acuerdo, o al menos así lo aseveran. El PSOE porque se queda con el botín importante —Hacienda, Urbanismo, Recursos Humanos, Limpieza...— y deja Sostenibilidad a Compromís, como estaba previsto, y Compromís porque juegan la carta de haber logrado reeditar un pacto progresista, además de conseguir una concejalía con más juego, y no tan etéreas como Participación o Transparencia. Eso sí, ahroa están con las fuerzas bastante más limitadas, por lo que tendrán que pelear mucho más para sacar adelante sus propuestas. Y para colocar a personal de confianza. Además, también tendrán menos visibilidad al no haber conseguido la portavocía adjunta que pedían, lo que el PSOE no estaba dispuesto a asumir, primero por los números que tienen, y después por la incomodidad de varios momentos.
Dentro de lo programático, han acordado 27 líneas estratégicas y 72 puntos de gobierno para los próximos cuatro años. Unos puntos en los que no ha habido fricciones en casos como el Mercado Central, que será uno de los quids de los primeros compases del Ejecutivo, ya que ambos han aseverado estar de acuerdo en replantear el proyecto —cosa que Aparcisa no quiere, por lo que acabará en los juzgados si no hay alguna carta que puedan jugar antes—. Tampoco han sido motivo de discusión cuestiones como el Plan Centro con la que ambos socios están de acuerdo, y aunque se entiende que es transversal porque afecta a muchos ámbitos, los socialistas creen que encaja mejor en Mantenimiento y Vía Pública.
Sin duda, esta y otras cuestiones más concretas, más de fondo ahora que la forma ya está resuelta a grandes rasgos, seguirán siendo objeto de negociación en los próximos días. Como también se verá si finalmente si Mollà recala en Valencia, lo que significaría que los dos ediles de Compromís serían Antonio García y Felip Sànchez —salvo alguna carambola extraña—, número tres en las primarias. De momento, los socialistas asumen la gran parte de las competencias, aunque ofrecerán mejoras en cuestiones de distintos apartados, como por ejemplo aumentar el presupuesto participativo para compensar la eliminación de Participación como concejalía, una de las áreas que más desapercibidas han pasado en lo que respecta a los de Mollà, junto a Transparencia o Turismo. En cualquier caso, y como algunas fuentes socialistas afirmaban al principio de la negociación, veían bien reeditar el bipartito con sus socios lógicos, por lo que Ciudadanos, que tenían muy buena predisposición, queda relegado en la oposición, aunque eso sí, con papel preferente por si hiciera falta en el futuro.