ALICANTE. Pese a su enésima amenaza de dimisión, si la Agencia Tributaria no acepta la que asegura será su última oferta de pago, el presidente del Hércules, Juan Carlos Ramírez señalaba este lunes que está dispuesto a desembolsar las próximas tres temporadas 1,5 millones de euros para apuntalar el proyecto deportivo.
El empresario vasco recordaba que con "el millón de euros de ingresos anuales que tiene el club en Segunda División B" solo se pueden afrontar los "gastos estructurales" por lo que se hace necesario el apoyo económico de terceros. Hasta ahora, este se ha venido materializando por medio de préstamos participativos (el Hércules se obliga a devolver el principal más unos intereses) pero hace tiempo que Ramírez ya manifestó que en el futuro habrá de ser mediante ampliaciones de capital, algo que reiteraba este viernes en la sala de prensa del estadio José Rico Pérez y que también hay que hilar con la subasta por parte del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) del control del 87% de las acciones del club (aunque Ramírez, en el futuro sabremos si por casualidad o con mucha intención, solo se refería a la subasta del derecho de crédito del IVF contra la fundación, en virtud de cuyo impago está embargado el 72% del capital social del Hércules).
El presidente del Hércules que, a diferencia del pasado en esta ocasión no habló de acuerdos con el banco del Consell ni tampoco de cantidades, expresaba su deseo de que la "subasta pública" sea convocada finalmente "entre el 20 y el 25 de junio" y, obviamente, que él resulte adjudicatario del lote.
La hoja de ruta de Ramírez pasa por, una vez cuente con el control de un paquete mayoritario, convocar una junta extraordinaria de accionistas en la que aprobaría una reducción del capital social a cero y una posterior ampliación cuyo importe se ajustaría a la suma que desea inyectar en el Hércules.
Como hemos venido contando en Alicante Plaza, el IVF contrató con un experto independiente la tasación de las acciones del club. No obstante el tiempo transcurrido y tratarse el Hércules de un club muy fiscalizado como consecuencia del convenio de acreedores, con auditorías anuales que reflejan que se encuentra en causa legal de disolución y que carece de patrimonio, dicho trabajo de valoración se está dilatando sobremanera y, a juzgar por el plazo apuntado por Ramírez parece que la cosa va aún más para largo.