ALICANTE. La hostelería se lleva la peor parte, como ya viene siendo habitual, en la nueva batería de medidas de la Generalitat para tratar de contener la expansión del coronavirus, que se ha disparado de forma exponencial coincidiendo con las fiestas navideñas. Un sector exhausto, que se siente criminalizado y donde muchos empresarios han tirado ya la toalla mientras los que resisten se desgañitan pidiendo (de momento sin eco) ayudas directas y medidas específicas, ve una vez más cómo se limitan las condiciones de su actividad, cuando no directamente se cierra.
Así sucede en los municipios de la Comunitat, tres de ellos en la provincia, donde se aplicará desde el jueves un confinamiento perimetral. En Alcoy, Castalla y Polop, durante 14 días (al menos) no podrán abrir bares, restaurantes y otros locales de ocio salvo que presten servicio de comidas para llevar. Fuera de los municipios confinados, el horario de estos locales se reduce a las 17 horas de la tarde, se prohíbe fumar en las terrazas de bares y restaurantes y las mesas, tanto en interior como en terraza, podrán ser ocupadas por un máximo de 4 personas. El aforo, asimismo, se reduce del 50 al 30%.
Unas medidas que, tal como denuncian diferentes asociaciones empresariales, supondrá la puntilla definitiva a un sector que llega a estas alturas de la pandemia ya bastante dañado. La Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (Conhostur) consideró que las nuevas medidas "criminalizan" al sector y suponen "un golpe de estado que nos lleva a la ruina". Las medidas, lamentaron, "han vuelto a aprobarse sin que se hayan contemplado las llamadas de socorro que el sector en bloque de toda la Comunidad Valenciana lleva haciendo desde hace meses ante la falta de ayudas y de respuesta a las múltiples peticiones de diálogo realizadas".
Precisamente, como publicaba este martes Alicante Plaza, las nuevas restricciones se aprueban justo cuando la hostelería de Alicante (ARA, Alroa y FEHPA) se conjuraba con una nueva campaña de protestas para lograr un "plan de rescate" del Consell, que debería incluir la concesión de ayudas directas, más allá de los aplazamientos, bonificaciones o exenciones fiscales acordados por algunos ayuntamientos, entre ellos el de la ciudad de Alicante, o de la entrega de subvenciones. Las asociaciones hosteleras de Alicante ya se esté planteando, incluso, la posibilidad de acudir a la vía de la justicia para emprender acciones contra los responsables políticos de la Generalitat por la adopción de restricciones que el sector considera arbitrarias y carentes de motivación.
Por su parte, la asociación Hostelería de Elche consideró que las medidas tomadas por el Consell "son la puntilla para el sector y abocan al cierre a multitud de locales hosteleros y de ocio". Esta decisión "no está acompañada de ayudas directas para compensar por las cuantiosas pérdidas que arrastran las empresas desde marzo de 2020", lamentan, al tiempo que consideran que "se está cargando intencionadamente sobre el sector toda la responsabilidad de los contagios", por lo que están analizando la posibilidad de organizar movilizaciones y otro tipo de protestas "para reivindicar un trato adecuado y compensaciones justas por la caída de ingresos y por la mala imagen que se está proyectando".
Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, defendió en su intervención de este martes que las medidas se han adoptado "para hacer frente a la emergencia sanitaria, para proteger mejor la salud de la población y para garantizar servicios esenciales", y avanzó nque ha convocado para este mismo jueves, coincidiendo con la aplicación de las nuevas medidas, a la patronal y a los sindicatos para acordar un plan de ayudas a los sectores más afectados por la covid-19, aunque no concretó si se tratará de ayudas directas, como reclaman los hosteleros. "Se trata de salvar vidas, trabajos, familias", ha enfatizado.
"El camino de la Generalitat ha sido guiado por una evaluación continúa de la pandemia y un análisis riguroso de los datos, sin reacciones impulsivas, sin excesos nocivos para el bienestar colectivo y sin dejar de hacer aquello que había que hacer, fuera popular o impopular", defendió el presidente. En ese sentido, recordó que la Comunitat Valenciana fue la primera al cerrar los bares y al restringir la movilidad nocturna, y también, "con gran dolor", la única en prohibir los viajes familiares en Navidad entre comunidades autónomas. "Siempre hemos dicho que no dudaríamos al adoptar las medidas necesarias para controlar la pandemia", remarcó.