Embalse del Rollo en Aspe, donde está llegando agua del Júcar-Vinalopó. Foto: RAFA MOLINA ELCHE. La conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ha licitado definitivamente las obras de la primera fase para una nueva conducción subterránea de las aguas trasvasadas por la margen izquierda del postrasvase del trasvase Júcar-Vinalopó. Es decir, del conjunto de obras que permiten transportar las aguas hasta su punto final en la central de Alhorines (Villena). La finalidad de la conducción es la mejora de la calidad ambiental de los acuíferos del Vinalopó, mediante el cese de extracción para riego de aguas subterráneas de los mismos y su sustitución por aguas superficiales. Una importante actuación de renovación de tuberías, conducciones y otras infraestructuras que se ha presupuestado en más de 11 millones de euros tras ajustar los precios por el contexto de las materias primas.
El proyecto terminó de redactarse en enero de 2019, pero en el transcurso de la licitación en octubre de 2021, se presentó un recurso al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC), por parte de la Confederación Nacional de la Construcción, para ajustar los precios por los cambios en el mercado. Ahora ha quedado el presupuesto en un máximo de 11.723.546,81 euros, y el plazo de ejecución sería de 18 meses. La conselleria pretende lograr los objetivos ambientales en las masas de agua en mal estado del Vinalopó, de manera que con esta sustitución de recursos se eviten "graves consecuencias sociales, ambientales y económicas", señala el informe.
El objeto de la obra es trasegar las aguas trasvasadas desde el Júcar partiendo del embalse del Toscar hacia la margen izquierda del Vinalopó, hasta las balsas de la margen izquierda de las entidades de riego incluidas en el plan. El proyecto comprende la instalación de un tramo de 7.653 metros de tubería principal que dé servicio a la Margen Izquierda, cuyo trazado tiene su origen en el embalse del Toscar, en el término municipal de Monovar y su final a la entrada del término municipal de Agost. La definición de las obras del plan se están efectuando por tres fases fases y están en distintos estadios de desarrollo. Esta primera fase comienza en el punto kilométrico 2+811 y termina en el 10+464, justo en la confluencia con el río Vinalopó. Las obras proyectadas comprenden, además de la conducción principal, el ramal de conexión con el embalse La Mola. El trazado buscado, no solo debe conectar el punto inicial con el final, sino que debe permitir distribuir el agua a las diferente entidades de riego en las balsas establecidas y evitar la interferencia con núcleos urbanos y grandes infraestructuras.
Si bien las obras proyectadas representan solo una una fase, su dimensionamiento se ha realizado pensando en el funcionamiento y explotación cuando se encuentren todas las actuaciones previstas ejecutadas. Con la capacidad hidráulica prevista para la situación a largo plazo, tanto en la conducción principal como en otras derivaciones, sin descartar que se puedan generar nuevas "con la condición, evidente, de que los caudales totales no superen los caudales de diseño". Se actuarán esos ocho kilómetros sobre la conducción principal, derivación del embalse de la Mola, instalaciones eléctricas en baja tensión para la alimentación de la arqueta de derivación La Mola, sistema de telecontrol y telemando e infraestructura para la futura ubicación de Equipo de Turbinado para Recuperación de Energía en la Derivación de La Mola.
La nueva conducción de la Margen Izquierda se ha diseñado para una capacidad de transporte de 3,0 m3/s, con diferentes caudales para el Medio Vinalopó (en la primera fase, 2,0 m3/s) y para las entidades de L'Alacantí y Elche en la tercera fase (1,0 m3/s). Cuando esté ejecutada la primera de la Margen izquierda, serán trasvasables anualmente para la Margen Derecha 17,50 hectómetros cúbicos, y lo mismo para la Margen Izquierda, y para las entidades que riegan desde el Toscar 1,50 hectómetros. En total, 36,50 hectómetros anuales. Con toda la Margen Izquierda completada, las cifras serán respectivamente 21,95 hm3; 45,34 hm3; 3,02 hm3... en total, 70,31 hectómetros cúbicos.
Una actuación con la que la conselleria que dirige Mireia Mollà busca ahora una firma que se encargue, y que llega en medio de la polémica por el trasvase y la medida de prohibir explotar más los acuíferos del Alto Vinalopó declarados como sobreexplotados (declaración recurrida y pendiente de pronunciamiento del Tribunal Superior de Justicia), que consisten en reducir un 90% el caudal disponible para regadío hasta 2027. La publicación de estos planes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha dado el pistoletazo de salida al cierre de los acuíferos.
De otro lado, la Confederación y Conselleria llegaron previamente a un acuerdo con los regantes de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) San Enrique, para la rebaja del precio del agua, que afecta a 38 municipios. Aunque a partir de 2027 no se podrá extraer agua de los acuíferos sobreexplotados, como es el caso de los de la sierra de Crevillente, los del Castelar o San Pascual, por lo que ahora queda, entre otras muchas cuestiones, cerrar acuerdos con el Gobierno e impulsar esta y otras actuaciones que permitan no tener que recurrir a estos acuíferos. En casos como el ilicitano, el municipio ha reducido el consumo de estos en más de un hectómetro cúbico y a partir de la mencionada fecha dependerá de los canales del Taibilla.
