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Pasado y presente de la profesión zapatera se dan la mano en las nuevas oficinas centrales de ISISI

Las oficinas centrales de ISISI, en Elche, una de las capitales mundiales del calzado, han sido reformadas por el estudio de arquitectura Tomás Amat Estudio de Arquitectura.

16/10/2019 - 

ELCHE. En Elche, la ciudad con mayor producción de calzado de España y referente de esa industria a nivel mundial, Tomás Amat Estudio de Arquitectura, Pablo Belda + Tomás Amat, ha llevado a cabo el proyecto de la renovación de las oficinas de Isisi Trend Design SL. Ubicadas en el parque empresarial de Torrellano, la remodelación ha implicado un trabajo arquitectónico, de obra e interiorismo de seis meses; entre enero y agosto de 2018, con un presupuesto total de 250.000€.

ISISI es una empresa con 30 años de experiencia fabricando tejidos y adornos para calzado y marroquinería. Formada por un equipo de personas apasionadas por la moda, esta empresa trabaja surtiendo a sus clientes de piezas, tejidos, accesorios y complementos de plena tendencia, con el fin de potenciar el éxito de sus creaciones.

ISISI se preocupa por elaborar diseños personalizados para cada cliente; diseños que materializan en laminados, tejidos con sofisticados oxidados y explosivos colores, bordados, o adornos y pasamanerías de elaboración artesanal. Tomás Amat y Pablo Belda han querido plasmar este espíritu empresarial en el proyecto y la remodelación, adaptando el espacio, no sólo a las necesidades de la empresa, sino también reflejando su identidad y su forma de trabajo.

Los años de experiencia y tradición de ISISI también hacían deseable que ese espacio se refiriera al pasado y a su amplia trayectoria, hablando, así, de la profesión que llevan décadas desarrollando para la región y fuera de ella.

Diseño y proyección del espacio

Una empresa con tanto carácter precisaba de un espacio global corporativo que fuera espejo de esa personalidad. El estudio de arquitectos de Tomás Amat y Pablo Belda ha liderado la remodelación de las oficinas de la compañía, de una superficie total de 550 m2, así como su almacén y taller de 930 m2.

Cada área, estancia o zona de trabajo tiene una identidad individual, sin que por ello se haya perdido la singularidad y sentido del conjunto del recinto. Los arquitectos han querido respetar en su diseño las estructuras básicas del edificio, de una gran impronta industrial. Así lo señalan ellos mismos, al contar que mantuvieron “la preexistencia de los elementos encontrados; pavimentos, cerramientos laterales, cubierta de cerchas metálicas y fachada exterior, interviniendo exclusivamente en el interior”. Tomás Amat y Pablo Belda han entendido los límites espaciales como “un gran contenedor en los que se desarrolla nuestro programa”. Así, se ha optado por la permanencia de los espacios originales de la estructura, como techo o columnas de ladrillo blanco. El techo, con su altitud y diseño, unido a su color negro, ha otorgado una mayor altura, profundidad y proyección a cada sala.

La planta del primer nivel presenta una forma rectangular, con un solo acceso en uno de sus extremos. A la llegada, nos recibe un sólido y contundente mostrador de módulo único, realizado en Tecnocemento. En esta planta, encontramos la zona de atención al público, las oficinas, talleres de diseño o las salas de reuniones.

Tomás Amat y Pablo Belda han optado por secuenciar el espacio de trabajo “optimizando y regularizando el área que acota las actividades propias de la empresa”. La fórmula que han empleado para ello ha sido la de insertar espacios dentro de espacios, “en los que el residuo conforma los elementos de comunicación”. De esta forma, los elementos que pudieran suponer obstáculos, como por ejemplo los pilares presentes, se han aprovechado para proyectar las salas conectadas a través de largos pasillos.

Una impronta arquitectónica propia

Las señas de este proyecto han sido la predominancia de líneas y de formas rectas, organización y trazado de espacios diáfanos, claros y rectangulares. Asimismo, el minimalismo es el nexo común que une la tradición y la vanguardia que se encuentran y conviven en un delicado pero sugerente equilibrio. Estas son las insignias de esta nave rehabilitada, reestructurada y reformulada con éxito, en la que conviven presente y pasado.

La sucesión y encuentro de espacios se lleva a cabo a través de los pasillos, los bastidores de tejido y las puertas correderas. De esta forma, además, se disfruta al máximo de todos los espacios; ningún rincón queda desaprovechado. Los bastidores de tejido, a modo de tabiquería flexible, así como los bastidores de vidrio, han sido hechos a medida. En palabras de los arquitectos, “utilizamos una estructura ágil que configure el espacio, espacios de relación, de intercambio, que permita lugares de estudio, de información, de exposición, de trabajo, que albergue nuestro programa y la transparencia de sus acciones con sus actividades yuxtapuestas”.

Los bastidores de tejido y vidrio dividen y acotan los espacios, ayudan a reflejar la luz, dando sensación de amplitud y dotándolos de un aire vanguardista. Algo que, además, contribuye a que las formas y las figuras se adivinen a través del tejido que albergan los bastidores, creando sombras chinescas, creativas y divertidas, en constante movimiento.

Y es que el mayor aprovechamiento de la luz (especialmente la natural y fundamentalmente en las áreas de diseño y de trabajo), ha sido otra de las máximas que han perseguido los arquitectos, además del ya mencionado aprovechamiento del espacio a través de la mejor distribución de zonas. Algo que se ha conseguido gracias a la circulación de la luz natural que permiten los bastidores utilizados que no llegan al techo, y que son traslúcidos o transparentes.

Las luminarias con que se ha configurado la iluminación gozan de un aspecto industrial gracias a los carriles suspendidos y la utilización de campanas de iluminación industrial. Algo que apoya y refuerza la distribución del espacio, marcando, enmarcando y dando servicio a cada una de las estancias. Sin duda, el trabajo de iluminación ha sido diseñado con una clara vocación estética; proyectado al milímetro, dibujando formas desde la altura, creando tramas en el techo... Un esquema que ha sido trabajado desde todos los ángulos.

Como añaden los arquitectos, “la transparencia de la actividad y la suma de información secuenciada determina uno de nuestros puntos de salida de la propuesta”. Con todo, la remodelación es sinónimo de tantos aspectos de la empresa.

La estética de una profesión

En la remodelación, Tomás Amat y Pablo Belda no han querido dejar nada al azar y no han pasado por alto los usos y funciones de ISISI. Así, decorado y mobiliario también tienen un claro componente autorreferencial. “El uso del tejido, elemento fundamental de esta empresa, entendemos que es nuestro elemento fundamental para determinar los espacios y delimitar la actividad”, añaden los responsables del proyecto. En definitiva; un espacio que, por sí mismo, hablara de la familia del diseño a la que acoge.

De esta forma, las zonas de trabajo de estructura y proyección moderna han sido decoradas, no obstante, con un mobiliario de reminiscencias cuyos, muchos de sus elementos, nos hablan del pasado de la profesión zapatera y de la tradición de la industria del calzado.

Se trata de muebles de diseño industrial y de oficina, de aspecto colonial y sureño, que entra en contraste con la transparencia y claridad del vidrio, así como con los bastidores de tejido traslúcidos, elementos a la orden del día de la vanguardia. Un mobiliario con gran presencia de la madera como material puro y característico en este proyecto. Todo ello, evoca y recuerda la tradición de esta industria y, de esta empresa en particular, al tiempo que lo rodean de aires futuristas.

La paleta cromática que predomina en las diferentes estancias va de los tonos verdes y blancos, a los marrones, beige y ocres en distintas intensidades. Unos colores que nos remiten a la naturaleza, y sobre los que resalta la presencia de elementos como los estampados de los textiles con los que se trabaja y que, a su vez, adornan las diferentes estancias. La presencia de textiles en diferentes zonas del recinto -además de en los propios talleres-, como en zonas de paso o pasillos, o algunas salas, subrayan el deseo por resaltar el ámbito de trabajo al que pertenecen y el respeto y amor que profesan por la profesión.

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