ALICANTE. Cada noche me pongo un ratito en la cama con mi hijo de tres años y medio para que se duerma. Yo, que soy de radio de toda la vida, juego con él, le cuento alguna historia y me pongo los auriculares. Acto seguido me dice si ha empezado ya el fútbol. Le digo que sí y me pide que le ponga un pinganillo. Entonces le pregunto que cómo va el Hércules, y él siempre responde lo mismo:
- Mal. Pero España va ganando, apunta luego.
Si desapareciera el Hércules dada su delicada salud, y algún día alguno de mis hijos me preguntara qué hice yo para evitarlo, me gustaría poder mirarlos a la cara. Ya sé que hay un responsable, un contexto y hasta un verdugo, pero de poco me valdrá eso dentro de treinta años si no hay Hércules al que asistir.Soy un trabajador, de escaso poder adquisitivo, pero tampoco creo que 'El Chepa' tuviera muchos recursos y mirad lo que consiguió.
Hay una gran diferencia entre la sociedad de hoy en día y la de hace un siglo. Hace cien años la sociedad se esforzaba en mejorar, en crecer, en avanzar, luchaba para un bien futuro. Hoy, que disfrutamos todos esos avances y mejoras, no movemos un dedo por nada que no reporte un beneficio inmediato. Somos una sociedad acomodada.
Acomodadísima. Esta ciudad gozó de mujeres y hombres ilustres. ¿Cuántas personas de la actualidad pasarán a la historia por el buen hacer con su ciudad? Son tiempos de Fogueres, nos enorgullecemos de cómo luce Alicante, de ver a asiáticos paseando por las engalanadas calles fotografiando los distintos monumentos, pero eso es la fachada de la ciudad, el interior es bien distinto. Los alicantinos de hoy no estamos a la altura de nuestra historia. Con lo que ha sido esta ciudad,y tiene que venir un empresario de fuera a invertir su tiempo y su dinero para salvar al Hércules. Vergüenza siento.
¿Pero, qué se puede hacer?
¿Que el responsable de la situación del Hércules es Enrique Ortiz?, puede ser. ¿Que ningún empresario hace nada?, puede ser. ¿Que Hacienda aprieta mucho más al Hércules que a otros clubes?, puede ser. Y así buscando excusas se puede estar un mes. ¿Y qué hacemos, llorar al muerto?
Yo no quiero llorar salvo de alegría. Quiero que dentro de cincuenta años los alicantinos puedan asistir a ver el Hércules. Pero a este Hércules, al que la peña la Peña Herculana puso un autobús cuando él no lo podía pagar; al que Las Banderas hizo guardia aquella noche de junio del 99 en la que estuvo cinco minutos muerto, que por cierto fue Enrique Ortiz quien lo resucitó.
¿Y qué se puede hacer?, pues no lo sé, es una gran pregunta. Tal vez se pueda sacar un abono para un lustro. Un abono para cinco años por mil euros. Que es caro en Segunda División B, pero tal vez sea barato si se llega a Primera. No todos lo podrán sacar, que la vida es complicada. Pero tal vez dos mil de los cinco mil abonados sí pueden. Y eso son dos millones de euros. Y con eso y lo que pone la otra parte se puede pagar a Hacienda y el Hércules empezar a andar.
¿Y si desaparece y pierdo el dinero? ¿Y si se lo quedan los de siempre? Es posible.Esto es una inversión en nuestro Hércules, como gusta decir. Se puede ganar o perder. Pero al menos dentro de unos años cuando alguien te pregunte qué hiciste tú para salvar al Hércules, podrás mirar a los ojos y decir que hiciste todo lo posible. Y si sale bien, tendrás el abono pagado durante cinco años, la conciencia tranquila, sentirás orgullo y tendrás Hércules al que ir a ver cada domingo.