ELCHE. El lunes se celebra el primer pleno del año con una oposición en cuadro. Si bien el bipartito actual tiene mayoría, por lo que puede hacer y deshacer a voluntad sin buscar otros socios, la situación que vive la oposición dista mucho de ser la ideal para fiscalizar el trabajo del Ejecutivo local. Por una parte, hace unos días volvía a haber otra sacudida en Ciudadanos al confirmarse la expulsión del hasta ahora portavoz Eduardo García-Ontiveros, que pasará a ser concejal no adscrito. Por otra, la que había sido portavoz de Vox, Amparo Cerdá, anunciaba su dimisión por discrepancia con la gestora provincial. A todo ello se suma un Partido Popular cuyo portavoz tiene que cumplir también con sus labores en el Senado, y el resto del grupo solo tiene dos dedicaciones exclusivas, casi las mismas que las otras dos formaciones teniendo siete concejales más.
El pasado jueves García-Ontiveros comparecía en rueda de prensa para dar a conocer su versión de los hechos sobre lo que está ocurriendo en los últimos meses en la formación naranja. Una situación cuya guinda ha sido la expulsión, una posibilidad que se destapó a finales del año pasado y que ahora ha supuesto la construcción de un muro en el grupo municipal por falta de espacio para separarle de Eva Crisol, que este lunes tomará posesión como portavoz de Cs al ser la única edil del partido. Su excompañero de filas no entregará el acta por lo que seguirá como edil, y además ha llevado la situación a los tribunales, por lo que nada hace pensar que se hayan acabado los temblores en la línea de flotación del partido. Queda por ver qué rumbo tomará el nuevo Cs de Crisol, que se hace con el poder después de los movimientos que han tenido sus afines en la provincia para hacerse con el poder, en línea con la pugna autonómica de Emilio Argüeso con Toni Cantó. Desde luego, la situación parece estar lejos de la estabilidad.
Por la otra parte, las discrepancias en Vox que han sido fehacientes en los últimos tiempos, como el nombramiento de Juan Roldán como coordinador del partido, ha acabado con la dimisión de Cerdá, anunciada a través de WhatsApp y sin comparecer ante los medios. En su mensaje, entregado a Ana Vega, y al responsable de la zona este del partido, Luciano Ferrer, argumentaba como motivo la "discrepancia en la imposición de la nueva organización y gestión del partido a nivel local". También denunciaba la "actitud permisiva y absolutamente garantista con aquellos que en la persecución de sus objetivos particulares atacan al partido y a sus cargos". Una gota que ha colmado el vaso desde los comicios del 26, los que apuntaba le han hecho perder la fuerza y la ilusión que le llevaron al partido, "por eso me veo en la obligación de dar un paso atrás".
Una dimisión inesperada a pesar de esas tensiones y que también muestra las costuras que existen a día de hoy en el partido, que a nivel local aún sigue sin coger el ritmo y no tiene mucha presencia, además de presentar mociones en el pleno con cuestiones del partido a nivel nacional, algo que en cualquier caso hacen todas las formaciones con representación en la corporación. Presumiblemente será Aurora Rodil, la número 2 del partido, la nueva portavoz, y tomará acta como concejal el arquitecto Juan Antonio Alberdi, siguiente en la lista. Un viejo conocido del Ayuntamiento y de los socialistas ya que presentó varias querellas contra miembros del gobierno de Diego Macià por el caso Urbielx, aunque finalmente fueron archivadas. Puede suponer un hueso duro de roer para el bipartito por las actuaciones que le preceden, además de que conoce la administración por dentro y asuntos importantes como el urbanismo.
Por último, el PP, líder de la oposición, sigue sin encontrar la medida para hacer frente al bipartito, a pesar de los anuncios de "venta de humo" del gobierno, la mayoría de estos hace difícil ponerles en jaque, como hicieron en varias ocasiones durante la pasada legislatura al estar en minoría. Sumado a las únicas dos dedicaciones exclusivas en el grupo municipal, lo que supone que el resto de concejales no tienen la dedicación total a la labor fiscalizadora, y la propia presencia de Pablo Ruz en el Senado, dificultan esa labor. Y con ese contexto, salvo algún escándalo del gobierno municipal y con la fragmentación de votos en otros dos partidos que ahora mismo están lejos de su mejor momento, de seguir por esta vía, tendrán difícil recuperar la alcaldía.