ALICANTE. Tarde animada la de este lunes en el estadio Rico Pérez. No había partido, pero aquellos que anduvieran por las calles Foguerer Romeu Zarandieta, Escultor Bañuls, Futbolista José Tormo e incluso Aureliano Ibarra pudieron ser testigos de parte (la que se desarrolló externamente) de la tasación a la que se sometió la instalación por parte del equipo técnico al que el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ha encomendado la elaboración de un informe con el que determinar su valor, a fin de fijar el precio de venta.
El movimiento se enmarca en el interés por parte de la Generalitat de obtener la cesión onerosa del estadio para desarrollar en él un proyecto que trascienda al deporte y que se ha bautizado como 'Arena Alicante'. Se trata de una iniciativa necesaria, pues el estado del estadio es deplorable, pero sobre la que ahora mismo solo planea el misterio, pues desde el Palau de la Generalitat declinan una y otra vez ofrecer detalles al respecto.
Tampoco es que lo hagan desde el banco del Consell, desde el que este lunes confirmaban a Alicante Plaza la visita de los tasadores con un "no hay novedad". La misma respuesta que daban la semana pasada al ser interpelados por el desarrollo de la negociación con el Hércules, el incómodo 'inquilino''. Ahora bien, el club blanquiazul ha pasado de ver cómo el IVF le consideraba una suerte de okupa y calificaba como papel mojado el contrato de alquiler suscrito con Aligestión Integral en 2007, a que el banco del Consell quiera llegar a un acuerdo con él para establecer unas nuevas condiciones de arrendamiento que rijan hasta que la cesión a la Generalitat del estadio sea una realidad. El cambio de postura del IVF responde a que, con el novedoso interés en hacerse con la titularidad del Rico Pérez que le llega desde El Palau, tiene la oportunidad de deshacerse de una patata cada vez más caliente de manera 'rápida' (a cambio de compensar deuda con la Generalitat), al tiempo que contribuir a un proyecto multidisciplinar que sirva de atractivo para la ciudad de Alicante.
Del resultado de la negociación entre el club y el IVF dependerá que este dé o no instrucciones al administrador concursal (y liquidador) de Aligestión de retirar la demanda interpuesta en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante y cuya vista está señalada para el próximo 17 de noviembre.
En 2017 fue valorado en 13,5 millones de euros
El pasado 3 de agosto se cumplían 47 años desde la inauguración del Rico Pérez, gracias a cuya existencia la ciudad pudo ser sede del Campeonato del Mundo de Fútbol que acogió España en 1982 (Diego Armando Maradona anotó sobre su césped su primer tanto en un Mundial).
La instalación fue vendida en 1994 por el Hércules al Ayuntamiento de Alicante a cambio de 5,4 millones de euros. Una operación con la que el club, que se había quedado fuera de los sucesivos planes de saneamiento con los que el fútbol español trataba de saldar su deuda pública, pudo reducir a cero las cantidades millonarias que adeudaba tanto a la Agencia Tributaria como a la Seguridad Social y proceder a su conversión en Sociedad Anónima Deportiva.
En 2007, el Rico Pérez regresó a manos privadas, pero no las del Hércules... La mercantil Aligestión Integral le adquiría el estadio al consistorio a cambio de 7,8 millones de euros y la obligación de invertir 4,2 en reformarlo. Esta mercantil acabó en 2012 declarándose en concurso, primero, y luego yendo a liquidación a raíz, básicamente, de la deuda millonaria contraída con el IVF a través de la Fundación del Hércules en 2010 (la contraavaló ante la entonces Caja de Ahorros del Mediterráneo con motivo del tristemente famoso préstamo de 18 millones de euros). En 2017, en el marco de la liquidación de bienes y derechos de Aligestión se celebró una subasta pública que el banco del Consell se llevó por algo más de 3,7 millones de euros (en la práctica invirtió menos de la mitad, dada su condición de acreedor de la mercantil en liquidación), haciéndose con el Rico Pérez, entre otros activos.
Con carácter previo a esa subasta se procedió a una tasación del estadio que arrojó un valor de 13,5 millones.