ORIHUELA. En medio de las tragedias, cada buena noticia cuenta. En el caso de la Vega Baja, castigada desde el jueves por unas lluvias e inundaciones que no se recordaban, la noticia de la reparación de la rotura de las motas del río Segura a la Altura de Almoradí, y también en el Raal, en Murcia, a última hora de la tarde trae un respiro a las localidades aisladas por completo en la Vega Baja, Almoradí y Dolores y que así continúan a esta hora. Otra noticia que se acogía bien era la de la estabilización del caudal del río Segura a la altura de la Contraparada en Murcia y Orihuela y la previsión, lenta aunque constante, al parecer, de una disminución del caudal. Las lluvias en la comarca también parece dar una tregua, en estos días, según las previsiones.
La parte negativa de las previsiones las llevan las localidades del sur y la desembocadura, como Formentera de Segura y Rojales, que esperan un aumento de caudal del río, así como el peligro de desbordamiento y anegaciones. El caudal del Reguerón también estaba previsto aumentar. Además, otras dos malas noticias llegaron sobre las 23.30 horas, en cuestión de minutos. El canal de desagüe del embalse de Santomera sufrió una avería , algo que, deben reparar de la CHS. Además, la mota del Segura se rompió a su paso por Ceutí, pocos minutos después y a últimas horas del día, técnicos se desplazaban para evaluar la situación y el plan de reparación. Hoy será otro día para estar pendientes de la evolución del volumen de agua desde el Segura y las lluvias. No obstante, la pregunta crucial que también cabe hacerse, más allá de las emergencias que atajar minuto a minuto, es la de ¿Cuándo se va a recobrar la normalidad en la comarca?
La respuesta no es sencilla de concretar, pero si de hilvanar, la normalidad tardará mucho en llegar.
Las consecuencias de las inundaciones, que han sido generalizadas en toda la comarca, con una alerta que aún no ha acabado, hacen prever una larga recuperación. A pesar del trabajo y coordinación de equipos de emergencias que han podido controlar dos brechas en motas del río, tanto en Almoradí, donde la UME ha rehecho parte de la pared con piedras de una cantera de Guardamar, la situación de emergencia impide prever los pasos hacia recobrar la vida normal. Más cuando en cuestión de minutos la previsión y los factores cambian.
De momento, la Generalitat Valenciana y las administraciones competentes se centran en atender a las personas: primero realojar (bien en albergues o en a previsión de viviendas sociales e manera temporal) y en facilitar agua potable y alimentos. Desde las administraciones se entran en la próxima semana como fecha de inicio de estudio y recuperación de la vida normal.
En este sentido, el único avance es un anuncio del conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, quien ha asegurado que "la Generalitat está preparando un balance de "todas las infraestructuras que han resultado dañadas" para priorizar reparaciones. No obstante no hay fecha prevista aún. Y las estimaciones de pérdidas se avecinan de récord. Aún queda por ver qué pasará en los próximos días, porque el agua recogida en Jaén, cabecera del Segura y la previsión del tiempo avecinan lluvias para la próxima semana en la provincia de Alicante.
Almoradí y Dolores, dos localidades aisladas, con infraestructuras rotas, y con un nivel de inundación que llegan al metro y medio en algunas zonas tendrán lejos el momento de la normalidad. A ello hay que sumar todas las localidades, que, aunque en medidas menos dramáticas, también sufren consecuencias inusitadas del desastre. Orihuela, Catral, Rojales, Almoradi, San Isidro, Daya Nueva y Daya Vieja, a la espera de la evolución en Formentera del Segura y Rojales. En el nivel más básico de infraestructuras, reabrir las carreteras cortadas va a costar. El achique de agua con bombas en puntos críticos de los municipios afectados, se realiza, pero es muy complicado poner plazos de mejora.
Hay que recordar, además que el alivio de agua desde Santomera, a 15 hectómetros por segundo, es una avenida de agua extrema que tienen que afrontar unas infraestructuras ya resentidas y que, con las brechas abiertas en los últimos días, lo tienen difícil para soportar. Esta circunstancia condiciona la reacción ante la inundación.
Además, hay víctimas mortales. Las inundaciones en la Vega Baja se han cobrado una segunda víctima, hoy sábado 14 de septiembre. El fallecido es un hombre de 41 años, y ha sido hallado en la pedanía de La Matanza de Orihuela por efectivos de los boinas verdes. Este trágico suceso se suma a la víctima de ayer, viernes, en la misma comarca; un hombre español de 58 años, natural de Redován. El cuerpo de la víctima fue hallado por el helicóptero de la Guardia Civil mientras realizaba tareas de rescate. Todo apunta a que la víctima se ha visto sorprendida por la inundación que afecta a la Vega Baja como consecuencia de la DANA y la crecida del río Segura, que desbordó a primera hora del viernes.
Paso a paso, la coordinación de administraciones deberán demostrar el nivel de cohesión para que la reparación, que se avecina larga, llegue a buen puerto para los miles de habitantes de la Vega Baja, una comarca entera en vilo por los daños del agua.