ELCHE. La Torre Ibarra, también conocida como Casa de la Mina, es una de tantas edificaciones del término municipal de Elche con protección ambiental, la mínima —incluso en inmuebles importantes como el Gran Teatro, San Fermín o el viejo Capitolio—, y que supone incluso su demolición y restitución, como se ha hecho con la Casa de las Palomas. El quid de la cuestión es que estaba cerrada antes del confinamiento y ahora lleva tiempo accesible porque se ha forzado, y la misma se ha vandalizado.
A este respecto, según ha podido saber este medio, hace alrededor de un año, en pleno estallido de la pandemia, el inmueble se encontraba cerrado. Sin embargo, desde hace algún tiempo se ha detectado que alguien ha estado entrando, como se ve en las fotos, creando distintos desperfectos. A pesar de que el edificio estaba abandonado, las fotos muestran restos de botellón, así como varias pintadas y el estado interior, con azulejos arrancados, y mobiliario deteriorado. Si bien es cierto que ya se habían registrado otros episodios de este tipo que habían supuesto la destrucción o el expolio de parte del mobiliario, habiendo sufrido, incluso, el robo de parte del pavimento hidráulico. Pero hasta ahora había permanecido cerrada de nuevo.
Precisamente igual que la Casa de las Palomas, la Torre Ibarra se encuentra en el terreno de ampliación de Elche Parque Empresarial, en el sector E-49. Si bien la primera ya se ha reconstruido en otra zona del enclave bajo el pretexto de que estaba en estado ruinoso, y sobre todo cae en una de las parcelas en las que se tiene que urbanizar para la ampliación, para este caso se desconoce cuáles son los planes. Aunque en su momento, desde Pimesa se señaló que se tendría en cuenta y que se integrará con el entorno. Teniendo en cuenta que cuenta con una protección ambiental, y que eso supone la protección paisajística y los valores visuales de las partes importantes de la misma, o su demolición y ulterior restitución.
En ese sentido, esta construcción es un conjunto de edificaciones que formaban el núcleo de una finca dedicada al recreo y a la producción agrícola. En la ordenación propuesta se propone integrar este elemento al entorno, de esta manera se permite conservarlo y protegerlo y aumentar su visibilidad, pues hay que tener en cuenta que es un inmueble protegido por el Plan Especial de Protección de Edificios y Conjuntos del Término Municipal de Elche, perteneciente al PGOU de 1998. En su grado de protección ambiental se destacan como elementos principales el porche, las fachadas —donde recae su singularidad— y el esquema organizativo de la vivienda. Sería por tanto lo principal a preservar. La torre se levantó en 1930 y el resto de construcciones después, escalonadamente en el tiempo.
Según Alebus, la empresa encargada de elaborar el informe de patrimonio del sector, señaló que esta edificación supone “un valioso ejemplo de las casas de campo ilicitanas construidas entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX”, y que especialmente la torre y la capilla hacen ver que “el inmueble goza de un innegable valor patrimonial que parece necesario conservar”. Señalaba el informe que para convertir el edificio en un inmueble funcional será necesario redactar un proyecto de intervención arquitectónica que, inevitablemente, partirá de la caracterización del mismo.
La propietaria de la finca, la empresa municipal, señaló su intención de preservar la integridad del conjunto. En el caso de que en el proyecto final se decida no incluir alguna de las edificaciones que no forman parte del inmueble principal (cochera, viviendas de caseros o balsas de recreo), será necesario proceder previamente a su descripción pormenorizada y a la redacción de un documento que caracterice minuciosamente estas construcciones.
Asimismo, hay otros elementos de valor encontrados, aunque no gozan de protección específica. En las inmediaciones de la finca de la Casa de la Mina se encuentra el “parat” o azud, situado frente al “portell” del Hondo de la Mina. Dado que está parcialmente enterrado y hay vegetación, la construcción no es totalmente visible, por lo que se plantea como una prioridad, antes de abordar la ordenación de la zona, la documentación completa de este bien patrimonial. Se habrá de redactar un proyecto de intervención en el que se incluya la limpieza y excavación con supervisión arqueológica de los rellenos que impiden la visualización completa del parat para enviar al servicio territorial de Patrimonio Cultural.
Por otra parte, hay otro elemento propiedad del Ayuntamiento, un yacimiento arqueológico, “evidenciado por la presencia de materiales arqueológicos en superficie”. Para él se propuso la realización de sondeos arqueológicos previos a la ejecución de cualquier movimiento de tierras en el área de dispersión de materiales arqueológicos descrita. En el caso de que se compruebe la existencia de yacimientos, se valorará la necesidad de efectuar la excavación en extensión. Completan el conjunto de hallazgos otros bienes etnológicos de menor entidad, entre los que se cuenta una pequeña edificación relacionada con la explotación agropecuaria de la zona, un pozo y una balsa de acumulación de agua para riego. Se propuso la limpieza y documentación de estos bienes patrimoniales para la obtención del modelo 3D mediante fotogrametría, así como la redacción de un informe en el que se describan de manera exhaustiva, de forma que, con anterioridad a la ejecución de las obras previstas, se recabe la totalidad de los datos posibles que definen estas construcciones.