ALTEA. Las obras del frente litoral de Altea tendrán que seguir durante el verano. La empresa encargada de los trabajos, Torrescamara, ha pedido una prórroga al no poder hacer frente al proyecto en el periodo de tiempo que se estipuló: un año desde mayo de 2021. Se trata de la segunda vez que lo pide, la primera no se aceptó y el Servicio Provincial de Costas le abrió un expediente disciplinario, aunque fuentes municipales no concretan si se terminó ejecutando. Ahora, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha admitido la petición y se alargará cinco meses, hasta el 27 de octubre.
Según explican desde el Consistorio, el motivo para la prórroga está en la "subida generalizada de precios y los efectos de la guerra en la economía, así como los retrasos en los suministros". Todo ello está dificultando a las empresas el cumplimiento de las condiciones pactadas.
“Las condiciones de los contratos con las administraciones públicas son estrictas, y las adjudicaciones de obras previas a la situación económica provocada por la invasión de Ucrania, hace que la mayoría de empresas estén pasando por una situación complicada, para poder cumplir con las condiciones firmadas”, ha comentado el alcalde de Altea, Jaume Llinares.
Como se recordará, El Ayuntamiento tuvo que aprobar una prórroga a Categor, encargada de la obra de la piscina municipal, por estos mismos motivos. Aunque más tarde se ha conocido que la mercantil ha estado renunciando a varias obras por el alza de costes.
Con todo, para lo que respecta al frente litoral, el gobierno local sostiene que implica un cambio de fecha en la recepción de la obra, pero no modifica el resto de las condiciones, entre otros asuntos, no hay incremento del coste de la obra. El presupuesto para los trabajos se adjudicó por 3,4 millones de euros, lo que suponía un 23% a la baja (el importe base era de 5,3 millones).
“Sí que se puede destacar que la dificultad de suministros ha obligado a recurrir a veces a materiales similares a los que habían contemplados al proyecto inicial, sin embargo, como también contempla el contrato, tienen que cumplir con las mismas condiciones técnicas que los originales. Hemos recurrido a una supervisión externa por que sea la encargada de controlar estas cuestiones. Todas las previsiones indican que tendremos una buena temporada turística, pero es obvio que las obras complicarán el uso de las terrazas, en la zona afectada”, ha añadido el alcalde.
Tal y como apuntan desde el Ayuntamiento, las obras se están realizando con recursos públicos y en suelo público, y el Consistorio "está obligado a mantener unas condiciones que garanticen la seguridad en la zona de obra. Sin embargo, se ha negociado con la constructora y con la dirección de la obra el uso parcial de los tramos donde se acabe la pavimentación, para el uso de terrazas y también se ha solicitado, a medida que avanzo la obra, ampliar la zona destinada a los peatones". En concreto, los trabajos se centran en el tramo comprendido entre el Carreró del Astillero y la Travessera de Sant Pere.
Una de las declaraciones que se hicieron en su día sobre la cronología de la obra apuntaban a evitar molestias a los bares de primera línea. Algo que intentan de mantener ahora: “A los establecimientos afectados no se los cobrará, tampoco este año, la ocupación de las terrazas, recordamos que llevan sin pagarlo desde 2020, a causa de las restricciones de la covid-19”, ha continuado el primer edil.
“El 27 de octubre es la fecha prevista para la finalización completa de las obras. Vivimos en una sociedad globalizada, y a veces, las circunstancias internacionales nos afectan inevitablemente, pero tenemos la confianza que a la finalización de las obras Altea mejorará su oferta turística y, sobre todo, la calidad de vida de nuestros ciudadanos con la nueva playa y el nuevo paseo, lo cual nos permitirá afrontar el futuro con mayor fortaleza”, ha concluido Jaume Llinares.