ELCHE. Tras los días complicados que ha vivido la oposición, sobre todo en las filas de Vox y Ciudadanos, que han perdido en una semana a sus respectivos portavoces, Amparo Cerdá y Eduardo García-Ontiveros respectivamente, la aparente calma vuelve a reinar en sendos partidos. No solo eso, sino que el PP sigue intentando comportarse en la práctica como lo que es numéricamente, el líder de la oposición. Tras subir una marcha esta semana con más actividad de denuncia por la gestión con respecto a semanas anteriores, ahora su estrategia pasa por vertebrar a la oposición en torno a una especie de alianza para seguir unas líneas comunes. "Unidad desde la divergencia", que dice Pablo Ruz.
El viernes se reunieron Ruz y José Navarro por el PP, Eva Crisol —con su recién estrenada nueva etapa— por Cs, Aurora Rodil y Juan Antonio Alberdi por Vox y faltó García-Ontiveros, que a priori faltó por motivos de trabajo. Eso sí, en la comparecencia solo estuvieron PP y Cs, a falta de que Vox decida si ratifica lo aprobado en la reunión. En resumidas cuentas, principalmente el mayor efecto que puede tener la reunión es el de enviar el mensaje de puertas hacia fuera sobre el "rodillo" que denuncian sufren por parte del bipartito y "la vulneración de nuestros derechos", apuntaba Crisol. Una declaración de intenciones, porque los números siguen sin dar para doblegar al equipo de gobierno en los plenos, que en cualquier caso, no son vinculantes, como se demostró en la pasada legislatura. Si hay algo que importante que aprobar, se hace en la Junta de Gobierno.
A ese respecto, precisamente otra de las críticas que pusieron encima de la mesa fue la de que los plenos están "vacíos de contenido", algo que al menos se constató en el pleno de enero, sin puntos en el orden del día prácticamente salvo las mociones. Una sesión plenaria en la que por ejemplo Crisol denuncia que aprovecharon para atacar a las formaciones de la oposición por sus asuntos internos "y no para tratar las cuestiones locales". Ruz añade que además se tumbaron las mociones que tenían vocación de "interés general". Y a priori, así seguirá siendo, porque el bipartito tiene mayoría absoluta, de ahí que esta esta reunión tenga más peso de cara al relato y puertas hacia fuera que no en la vida municipal. A pesar de que las fuerzas en cuanto al electorado sean muy similares, recordaba el portavoz popular, PSOE y Compromís suman casi 44.000 votos mientras que las tres derechas tienen tan solo 800 votos menos.
Por otra parte, otra de las cuestiones que pican en la oposición es a su juicio la "parcialidad del alcalde y la valoración de las mociones de los grupos municipales", apuntaba Navarro, además de la limitación de los tiempos que no se cumplen a la hora de defender sus propuestas en las sesiones plenarias. Un cúmulo de situaciones que llevan a ese rodillo que denuncian sufrir. Una mayoría que ha sido ejercida en situaciones como la de las elecciones pedáneas o las dedicaciones exclusivas.
Ahora la idea es que se reúnan periódicamente para compartir impresiones y posibles estrategias de cara a mociones conjuntas o plenos extraordinarios. Ambas cosas ya se han hecho en el pasado, por lo que una vez más, la importancia del relato, y de paso, que el PP se encargue de mostrar que él es quien hace de motor, ejerciendo como principal promotor de la causa, lo cual puede vender una imagen de proactividad y 'responsabilidad' de cara a futuros electores. Un cambio de estrategia que dista de aquellos recados que hacía a Cs hace unos meses para que no se dejasen embelesar por el bipartito, que enmendaba mociones naranjas que estos aceptaban. Una vía nueva a explotar que habrá que ver qué resultado da. La batalla por el relato. Y de paso, aunque insistan en trabajar solo en sus puntos comunes, un laboratorio de ensayos para un futuro electoral.