ELCHE. Es un tema siempre recurrente, que fluye en el ambiente y que en cualquier momento baja al suelo para ser recuperado por determinados colectivos para defender sus intereses: la contaminación acústica y los decibelios. Bien sea por la Asociación de Afectados por el Ruido —a quien el TSJ dio la razón contra la ordenanza municipal de contaminación acústica—, por vecinos que se quejan del ruido de los establecimientos, por el Institut d’Estudis Comarcals del Baix Vinalopó en su lucha contra el proyecto de Mercado Central o por las propias instituciones, el asunto del ruido siempre alcanza cotas de protagonismo durante algunas veces al año. Ahora mismo es el propio Ayuntamiento de Elche quien le vuelve a dar actualidad, puesto que el jueves 24 de agosto se publicó oficialmente en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) la nueva Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica, tal y como aprobó el pleno el pasado 31 de julio. Ahora se abre un plazo de 30 días para presentar reclamaciones o sugerencias, hasta el 5 de octubre.
No obstante, a pesar del plazo de alegaciones, antes de su aprobación en el pleno ya recibió una treintena de ellas. Se trata de una nueva ordenanza que incluye ahora un protocolo de medición de aislamiento de impacto. Este llega principalmente por las numerosas quejas que han ido goteando durante los últimos años, sobre todo de estos colectivos contra el ruido, en referencia a la música de los locales de ocio o el ruido ocasionado por los establecimientos de comerciantes, ya sea por las horas a las que cierran o por casos más concretos como el arrastre de sillas y otros enseres en las terrazas.
Esta era para el Consistorio una ordenanza que tenía que modificar sí o sí, puesto que la herencia de la anterior, que se aprobó en 2012, ha ocasionado varios quebraderos de cabeza, puesto que ha recibido dos sentencias en contra. Una de ellas la presentada por la Asociación de Afectados por el Ruido, que gracias al fallo del Tribunal Superior de Justicia, ahora es el local que provoca la contaminación acústica quien tiene que pagar los costes de la sonometría, sea cual sea el resultado, frente al caso de la ordenanza anterior, en la que dicho coste lo tenía que asumir el denunciante si era negativa. En 2015, el mismo tribunal tumbó la norma ilicitana mediante la cual se permitía que los niveles de ruido fueran superiores a la ley autonómica y estatal. La nueva ordenanza habrá de adaptarse pues a los nuevos tiempos para evitar problemas como los que ya han tenido.
Entre otros avances de cara a esta nueva ordenanza, se crea el observatorio del ruido como espacio de encuentro, participación y colaboración entre todos los sectores implicados en la contaminación acústica, en aras de conseguir una mejor coordinación y eficacia en su supervisión y control. La Mesa se reunirá ordinariamente dos veces al año, y, extraordinariamente, cuando sea convocada por la Presidencia. Esta Mesa del ruido estará presidida por el concejal competente en la materia, o quien legalmente le sustituya. En ella habrá un concejal por cada partido político con representación municipal, un representante de las asociaciones de comerciantes de la ciudad, un representante de las asociaciones de empresas de servicios, otro de las entidades ciudadanas del ámbito de la contaminación acústica, otro de las asociaciones de vecinos de la ciudad y por último un representante de la Policía Local de Elche. Se trata por tanto de un órgano plural y diverso para que haya un seguimiento de los problemas en este ámbito y para evitar las situaciones anteriores de los últimos tiempos.
Asimismo, entre otras medidas, las instalaciones y servicios generales de los establecimientos en edificaciones, para evitar vibraciones, deberán contar con las medidas correctoras necesarias para evitar que el ruido y las vibraciones transmitidos por las mismas superen los límites establecidos en la ordenanza utilizando las medidas de aislamiento adecuadas. Los propietarios o responsables de tales instalaciones y servicios serán los obligados a mantenerlas en las debidas condiciones a fin de que se cumpla lo indicado en la Ordenanza.
Las actuaciones sujetas a evaluación de impacto ambiental, así como aquellos proyectos de instalación de actividades, que sean susceptibles de producir ruidos o vibraciones, deberán adjuntar un estudio acústico que comprenda todas y cada una de las fuentes sonoras y una evaluación de las medidas correctoras a adoptar para garantizar que no se transmitan al exterior o interior de locales o viviendas colindantes, en las condiciones más desfavorables, niveles superiores a los establecidos en la presente Ordenanza
Por otra parte, además del Mapa Estratégico de la Ciudad de Elche, se podrán elaborar mapas de ruido específicos sobre cualquiera de las fuentes emisoras, tales como mapas de ruido del ocio nocturno, en aquellas zonas donde se advierta que estas fuentes tienen un papel predominante en los niveles sonoros ambientales, con el fin de servir de fundamento a la elaboración de Planes Zonales Específicos. También entran en la palestra las Zonas Acústicamente Saturadas, que son aquéllas en que se producen unos elevados niveles sonoros debido a la existencia de numerosas actividades recreativas, espectáculos o establecimientos públicos, a la actividad de las personas que los utilizan, al ruido del tráfico en dichas zonas, así como a cualquier otra actividad que incida en la saturación del nivel sonoro de la zona. Será el el Ayuntamiento quien declare estas zonas a petición de cualquier particular, persona física o jurídica, pública o privada. Para corregir la contaminación de estas zonas se prevén medidas que van desde el corte de tráfico durante determinados periodos, hasta la vigilancia de agentes de seguridad o la suspensión de concesión de licencias.
Para las nuevas actividades y a la hora de hacer el estudio acústico, en locales de espectáculos, establecimientos públicos, o actividades recreativas, se tendrá especial consideración del impacto producido por mesas y sillas, barra, pista de baile, lavado de vasos, etc., que son algunas de las quejas más repetidas por los vecinos. Las vigas de los locales deberán amortiguar las vibraciones. También se debe estimar el nivel de ruido en el estado de explotación con ensayos que evalúen el mismo o la definición de medidas correctoras en el caso de que sean pertinentes. En cualquier caso, son muchas las nuevas medidas que entran y que reflejan la voluntad de evitar estas situaciones y con un mayor control de los diferentes agentes, puede que el Consistorio esté bien encaminado.