ALICANTE. En Foguerer Romeu Zarandieta cuentan los días que restan para el 5 de julio. Pese a la promesa del Consell de tratar de conseguir que la Comisión Europea acepte un pago fraccionado de los siete millones de euros que le reclama al Hércules si este no obtiene al menos una cautelarísima antes del citado día, la realidad es que va a resultar muy complicado que en ese caso Bruselas ceda, por mucho interés que le pueda poner el Consell
De ahí que todas las miradas estén puestas en Luxemburgo, en un Tribunal de Justicia de la Unión Europea que admitió a trámite hace dos semanas el recurso del club blanquiazul, en el que se solicita la suspensión cautelar de la ejecución de la citada decisión de recuperación y que mientras se pronuncia al respecto, la lógica dice que lo normal es que le otorgue una cautelarísima como ha hecho con el Valencia.
El problema es que el club che tiene esa cautelarísima desde hace justo una semana porque no agotó el plazo de dos meses para recurrir, algo que sí hizo el Hércules, en contra de lo anunciado en su momento por el propio presidente Quique Hernández y el criterio de los abogados contratados por el club: la entidad del Rico Pérez interpuso su recurso el último día que podía hacerlo, decisión con la que buscaba ganar tiempo pero que ahora se le vuelve en contra conforme se acerca el 5 de julio, último día para el pago voluntario al Instituto Valenciano de Finanzas de los ya tristemente famosos siete millones de euros de marras.
Jugar con los plazos tiene estas cosas.