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entrevista | consejero de granjas solares del mediterráneo

Juan José Cortés: "Tenemos en proyecto plantas solares en Alicante, Elche, Xixona y Madrid" 

15/12/2019 - 

ALICANTE. El sector de las energías renovables, y sobre todo el de la fotovoltaica, vive una segunda juventud impulsado por el fin del 'impuesto al sol'. Los proyectos y el interés de los inversores por la provincia de Alicante se multiplican, y también los recelos de algunos pequeños inversores y de los propios consumidores, que vieron cómo el anterior cambio legislativo golpeó con dureza sus bolsillos al desmoronarse el incipiente negocio de volcar energía a la red y retirarse las subvenciones. De todo ello hablamos en esta entrevista con el abogado y empresario alicantino Juan José Cortés, consejero de la firma Granjas Solares del Mediterráneo, que como adelantó Alicante Plaza tiene en proyecto una planta de 10 megavatios en Foncalent que será la primera que vuelque energía a la red de Alicante.

-Al margen de la planta en Foncalent, para la que se han dado un plazo de dos años, ¿tienen en marcha otros proyectos para el corto o medio plazo?

-Sí, actualmente estamos tratando de lanzar varios proyectos de entre 4 y 10 megavatios en varias localizaciones de la provincia de Alicante: la propia capital, Mutxamel, Elche, Xixona, Elda... y también alguno en Madrid y otras zonas del centro de la Península, en este caso de más de 100 megavatios y en colaboración con grandes inversores.

-Usted es uno de los pioneros de la energía fotovoltaica en Alicante, pues lanzó su primer proyecto fotovoltaico hace doce años...

-Así es, hace ya más de una década que inicié esta andadura y estaba tremendamente ilusionado con mi proyecto de huerta solar, en el que invertí casi tres años de trabajo y todos mis ahorros. El proyecto original era muy ambicioso, en torno a los 20 MW, con unos 150 millones de euros de inversión. Pero se quedó en una planta de pequeños inversores de casi 1 megavatio en Jumilla, porque en la Comunitat Valenciana nos lo pusieron muy complicado. El factor regulatorio nos jugó a todos una mala pasada. Todo comienza con la firma por parte de España del Protocolo de Kioto, en el que se comprometió a reducir emisiones antes de 2020 impulsando, vía primas, la inversión privada en esta tecnología de producción de energía a través de la luz solar. Algo a lo que muchos pequeños inversores como yo nos volcamos, y decidimos arriesgar todo por un negocio que permitía vivir del sol protegiendo la tierra. Algo esencial para los que tenemos hijos y pensamos en el futuro que les vamos a dejar.

-Ya que saca usted el tema, existe la aparente contradicción de que aquello fue un fiasco para los pequeños inversores, muchos de los cuales fueron a la ruina, y a la vez la idea muy extendida de que son las subvenciones a las renovables las que encarecen el recibo de la luz. ¿Es así? 

-Por lo que se refiere al proyecto del Estado, cuyo eslogan por cierto decía 'El sol puede ser tuyo', en principio era una muy buena apuesta. Hasta que llegó la crisis y, a los escasos dos años, comenzaron los recortes que asfixiaron a la mayoría, porque la financiación estaba hiperajustada a los ingresos que la ley garantizaba por la venta de toda la energía, y en cuanto se recortaron los ingresos por la venta de esa energía los bancos no estuvieron dispuestos a asumirlo. O bien ejecutaron los préstamos, o refinanciaron a los más solventes, pero con unas condiciones bastante gravosas. Al final el Supremo ha establecido que estas plantas deben gozar de una rentabilidad razonable, y no la que se prometía en esos decretos, de entre el 13 y el 15%. El Gobierno acaba de darnos un respiro y mantendrá por doce años más la rentabilidad de un 7%, aproximadamente, que es lo que entiende por razonable. Yo soy un superviviente de esta crisis por razones de oportunidad nada más. En cuanto a que las subvenciones son las culpables del encarecimiento de la tarifa de la luz, déjeme que diga que en realidad más del 50% del recibo de la luz son impuestos y sobrecostes que van a parar a las eléctricas, por conceptos como el déficit tarifario que algún día se desvelará qué es y por qué tenemos que pagarlo. Además, de la tarifa, el 50% es simplemente por la potencia contratada, no por lo que se consume en realidad, otra aberración por la que Bruselas ya está investigando a España. Al final, las primas a las renovables no llegan al 20%. Es un debate que merece la pena explicar bien, porque parece que los titulares de plantas solares somos ricos cuando la realidad es totalmente opuesta.

-Y en este contexto, ¿a qué obedece este nuevo clima de euforia hacia la energía solar, en la que los grandes inversores de todas partes del mundo se están volcando en la provincia?

-Este sector ha dado un vuelco en solo diez años. Básicamente se podrían señalar tres razones. Una, la drástica reducción del coste de la tecnología fotovoltaica, que en menos de diez años ha recortado casi un 90% el coste de las placas. En segundo lugar, el mercado eléctrico es un mercado de demanda y el precio está siempre al alza, y el vatio producido por la fotovoltaica es el más barato ya de todo el mix energético. En tercer y último lugar, la legislación. La normativa estatal ha zanjado la inseguridad que había en torno al autoconsumo, y por otro lado, la autonómica en la Comunitat Valenciana exime del requisito de la declaración de interés comunitario a plantas solares de menos de 5 megavatios o que ocupen menos de diez hectáreas, lo que facilita la inversión en este tipo de instalaciones. La energía eléctrica es el futuro gracias a las renovables, y de todas ellas la fotovoltaica está llamada a ser la de mayor crecimiento e implantación en todo el planeta. España, junto con Brasil y otros países, es una zona de radiación solar de máximo rendimiento. Y dentro de España, Alicante es zona V, es decir, que tenemos el petróleo del futuro, que además de no contaminar es inagotable.

-¿Cuáles son, a su juicio, las claves del autoconsumo basado en energía solar fotovoltaica?

-Incomprensiblemente, la posibilidad de generar electricidad para autoabastecerse en España se ha visto cercenada por imperativo legal desde hace más de una década, al atender los sucesivos gobiernos las demandas del lobby eléctrico. Hasta que con el 'impuesto al sol' se colmó el vaso de la paciencia y Europa nos ha dado un buen tirón de orejas. Por fin, este mismo año la normativa ya es clara, y permite que la opción del autoconsumo sea rentable, aunque de manera individual los retornos de la inversión son bastante largos aún. No obstante, se abren grandes oportunidades para las comunidades de propietarios que tengan espacio para poner placas, o lleguen a acuerdos con productores, porque la curva de consumo y de producción no están tan enfrentadas como las de una vivienda aislada. La norma acaba de salir del horno y todavía no tenemos datos ni casuística, pero lo que está claro es que es legalmente viable, rentable y es el futuro de nuestro país: energía distribuida y consumos locales a demanda, por horas, cantidad, tramos, precio… lo que queramos. El balance neto, o poder compensar el excedente vertido a la red por el autoproductor con consumo de esa red cuando deja de producir, tampoco es una realidad todavía, pero el año que viene deberá serlo definitivamente.

-¿Cómo valora el papel de España para desarrollar este sector energético que parece tan de moda?

-España en 2007 se postulaba como la primera potencia tecnológica del mundo en estos desarrollos. Compañías punteras fueron adquiridas por las grandes multinacionales del sector y se auguraba la explosión de un nuevo sector liderado por España. Pero la presión del lobby eléctrico que se vio seriamente amenazado a corto plazo hizo que desde 2010 el sector prácticamente desapareciera. El resultado es desolador, y a fecha de hoy países como Inglaterra o Alemania tienen más megavatios de energía fotovoltaica que España, el país del sol. Todo un sector productivo, limpio y puntero en tecnología se dejó morir. Esperemos que esta segunda oportunidad no sea para que los mismos también acaparen este gran sector de futuro. Algo que por cierto ya está ocurriendo con la llegada de estos grandes inversores.

-¿Cuáles son los retos del futuro en la energía solar?

-Como yo lo veo, además del desarrollo imparable de la capacidad instalada en megavatios que nos pondrá a la cabeza de Europa, las nuevas tecnologías aplicadas a la producción y el consumo de energía serán determinantes. El consumidor podrá hacerse una tarifa 'a la carta' real. La generación distribuida gracias a las plantas fotovoltaicas de todo tipo y tamaño democratizará el mercado y productores locales competirán con los grandes comercializadores. Y finalmente, la tecnología de almacenamiento de la energía supondrá una auténtica revolución del sector, no solo en la autonomía de todo artefacto que consume energía, motores, empresas, ciudades, etc, sino de su disponibilidad en cualquier tiempo y, sobre todo, lugar. Imagine poder llevar energía a cualquier sitio del planeta en simples baterías que obviamente se recargarán con el sol durante el día. Es un futuro realmente esperanzador.

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