ELCHE. La Sala d’Exposicions Temporals del MACE, edificio situado en la Plaça de Sant Joan, frente a la socarrona mirada de Sixto Marco, alberga desde el pasado 7 de octubre y hasta el 15 de enero un doble homenaje, el de la ciudad de Elx a uno de sus referentes culturales del siglo XX y el del propio artista a sí mismo, profeta en su tierra, fundador de una de las agrupaciones de artistas que revolucionaron el arte realista posterior a la Segunda Guerra Mundial, junto con Dau al Set, el Grupo Parpalló o el Equipo Crónica, siendo los únicos en elegir un topónimo reivindicativo de su origen para su denominación, el Grup d’Elx: Castejón, Agulló, Coll y Marco, una de esas alineaciones ofensivas que uno se aprende de memoria para toda la vida. Esta doble conmemoración se convertirá en triple el 18 de noviembre, con la inauguración, dentro del propio espacio expositivo del Museo, de una estatua en bronce realizada por el autor, homenajeando a uno de sus referentes morales y artísticos: Miguel Hernández.
La exposición de divide entre las tres plantas del edificio, constando, principalmente, de trabajos en cera sobre papel, óleo sobre papel y óleo y cera sobre cartón. Las técnicas básicas de un Castejón apegado al dibujo como expresión artística última, más allá de su experimentación con la pintura o la escultura. Retratos, anatomías, homenajes. Desde los esbozos tomados al natural de los presos, compañeros de encierro en las diferentes prisiones por las que pasó el autor, entre 1967 y 1971, hasta el retrato “El meu pare”, donde el trabajo con los claroscuros produce un efecto de profundidad, de gravedad, de seria contención, que casi lo convierten en una máscara mortuoria. Cómo no, también la ruptura con la realidad a través del onirismo y el surrealismo, esos cuerpos desnudos agujereados por el fuego incandescente de la poesía. Los antropomorfos, los mutantes que a un aficionado al cómic no pueden dejar dejar de hacerle pensar en Enki Bilal y en el seguro conocimiento de este sobre la obra de Castejón, antes de crear “La feria de los inmortales”. Y los homenajes íntimos, el amor y la literatura, los retratos de Paca, su compañera desde aquel lejano 1971, su hija Arminda, Goya, Galdós.
Lo primero que acude al recuerdo tras contemplar los retratos carcelarios de Joan Castejón, son las manos sucias por el barro de la infancia. Los pegotes de arcilla que de igual manera que impregnan las telas blancas de los faldones de las mesas camilla, con un cierto adiestramiento podrían pasar por encima de los cartones colocados para asegurar las ventanas, y dejar en ellos el rastro de un trazo, de un intento de figura, del contorno de una cara.
Su dibujo es un organismo vivo, una saludable mancha de cera sobre los dedos expandiéndose y sofocando los rincones del papel. No por nada ese manchar el dedo prensil, ese pulgar que nos empieza a hacer humanos en los albores de la especie, con cera Manley y enfrentarlo ante el lienzo sobre el caballete, es el eje de la película presentada abril de 2015 en el MOMA de Nueva York, dirigida por el alicantino Artur Balder.
Cuatro citas acompañarán a esta exposición: los días 22 y 23 de octubre, el autor, Joan García Castejón, impartirá un Seminari-Taller en las propias salas del MACE; el 24 de noviembre, conferencia sobre la obra de Castejón, a cargo de Carlos Arenas; el 12 de enero, conferencia y encuentro con Arminda García, comisaria de la exposición e hija de Joan Castejón.
El Raval de Sant Joan d’Elx ha celebrado este año los 750 desde su fundación, como arrabal allende los muros de la Vila Vella. Como no podía ser de otra manera, entre los actividades organizadas entre la administración y los propios vecinos del barrio, a través de diferentes asociaciones, ha estado muy presente el arte moderno, en forma de “urban sketching”, dibujos urbanos. La relación del barrio del Raval con el arte contemporàneo se remonta a la voluntad del Grup d’Elx, formado por los artistas Joan Castejón, Albert Agulló, Toni Coll y Sixto Marco, de utilizar el edificio emblemático de la antigua Universidad del Raval, el Ajuntament del Raval, un edificio civil de principios del siglo XVII que albergaba el consejo representante de una población asimilada, tras la expulsión de los moriscos. Situado en la Plaza del Raval, tras pasar el arco que muchos presuponen puerta de entrada al barrio, en 1980 se inauguró su colección permanente.
El Centro Municipal de Exposiciones, Sala de Exposiciones Temporales del MACE, se encuentra al otro lado del arco, en la plaza frente a la parroquia que da nombre al barrio, un edificio funcional de arquitectura racionalista inaugurado en los años 90 del siglo pasado.
El Raval trabaja desde los años 70 en la recuperación del tramado urbano, en su lenta pero segura evolución desde una fuerte identidad. El equilibrio entre los habitantes más antiguos, muchos de ellos enraizados con el mundo rural ilicitano y también con las tradiciones artesanas, junto con las aportaciones de nuevas generaciones de profesionales que han encontrado en este espacio vital tranquilidad y posibilidades de expresión artística y cultural, han poblado sus calles de propuestas de ocio y cultura. Circundando la misma Plaza de Sant Joan encontraremos el Centro del MACE, el MUPE, Museo Paleontológico y una Galería de Arte, junto con una interesante oferta de restauración.
Arte, cultura y ocio en el Raval d’Elx.