ELCHE. Febrero se antoja un mes clave de grandes proyectos esperados en la ciudad. Todos vinculados al medio municipal Pimesa, quien los promueve. Si no hay contratiempos con algún recurso, a principios del próximo mes podrían empezar las obras de rehabilitación de Porfirio Pascual, y también la adjudicación de lo mismo en el Mercado Central. En cuanto a las demoliciones en el barrio de San Antón, también se quiere agilizar.
El Consejo de Administración de Pimesa de este miércoles tiene previsto aprobar la adjudicación oficial a la UTE FCC Construcción y Obras y Servicios P. Selva por 11,9 millones de euros, tal y como avanzó este diario. Tras el visto bueno, hay un plazo de diez días por si alguna de las otras tres concurrentes quiere presentar recurso a la decisión. Si no lo hay, tan solo queda requerir la documentación para formalizar el contrato. Si nadie recurre, en febrero pueden empezar las obras. Se han delegado las competencias para el trámite en el gerente, Antonio Martínez, para agilizar el proceso. Cabe recordar que en junio de 2026 debe estar finalizado todo.
Quedaría para más adelante cerrar algún fleco, pero "lo importante es que ya tenemos empresa adjudicataria", ya que el primer concurso público quedó desierto. Se tuvo que ajustar el presupuesto. La actual UTE, que hizo la oferta mejor valorada, ha propuesto tres días de desalojo de los vecinos, correspondiente al momento en el que se derriban las escaleras para instalar los ascensores exteriores. Como aún no han firmado el contrato, aún no se ha abordado esta cuestión, ya que se tiene que analizar cómo proceder para que sea lo menos molesto para el vecindario.
Aunque el grueso de la obra viene por los fondos europeos, el proyecto global asciende a 14 millones de euros. Incluye la rehabilitación de los edificios (12,6 millones), la reurbanización del barrio (1,2 millones) y de la oficina de rehabilitación (250.000 euros). Las actuaciones se financiarán con cargos a Fondos Next Generation y fondos propios de la Generalitat Valenciana (10 millones), aportaciones de las personas y familias residentes (1,9 millones) y del Ayuntamiento de Elche (2,1 millones). Además, el Consistorio tiene que requerir a la Generalitat (quien vehicula los fondos europeos) que asuma el sobrecoste de la obra tras la revisión de precios. Aunque finalmente con las liquidaciones se verá cuál es esa cantidad y si finalmente las ayudas obtenidas cubren finalmente este aumento del precio.
Los vecinos aportan entre 2.000 o 3.000 euros como mínimo por vivienda, y 7.500 las que más. Cada una varía por las necesidades de reforma estructural que tenga y según cada proyecto de las 302 viviendas (18 bloques y 40 comunidades de vecinos). Con ayuda para aquellos que no se lo puedan permitir.
Respecto al Mercado Central, se espera adjudicar la semana que viene, para lo cual se convocará un Consejo de Administración extraordinario. De nuevo se ha facultado a la gerencia para requerir documentación y avanzar trámites y no tener que esperar a un nuevo Consejo ordinario. Así también se evita que si hubiere un recurso y fuera admitido, se diera la posibilidad de tener que retrotraer el procedimiento a varios pasos atrás. Martínez asevera que la adjudicación es "inmediata", por lo que tendrá lugar las próximas semanas. Se están ultimando los análisis de las ofertas. En total se presentaron una decena de compañías.
En cuanto a San Antón, se seguirá la misma fórmula, con las competencias del Consejo delegadas al gerente, la intención es adelantar plazos para adelantar todo lo que sea posible, aunque aún habrá que esperar un poco más. El proyecto de derribo está en fase de análisis de las ofertas, de los informes técnicos, que son bastantes porque se presentaron una docena de empresas. Asimismo, cabe resaltar que como tal, hay dos de los viejos bloques a demoler que ya están vacíos, pero Pimesa aún no puede disponer de ellos porque no ha finalizado la fase de expropiación. Hasta hace poco estaba pendiente de una resolución por ocupación que le ha sido favorable. De hecho, alguno de los titulares que quedaban en las viviendas hace tiempo que están recolocados. Así, hasta que no se pueda disponer de los inmuebles, no habrá demolición. Aunque ya hay dos vacíos.